Unen esfuerzos para ayudar a las víctimas de la dioxina en Vietnam

Ánh Huyền
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(VOVWORLD) - El 10 de agosto de cada año, se celebra en Vietnam una gran gama de actividades para aliviar el dolor de las víctimas del agente naranja/dioxina rociado en este territorio por los aviones militares de Estados Unidos hace 57 años. Se trata también de una oportunidad para dar a conocer a la comunidad internacional sobre las consecuencias de la guerra en Vietnam.
Unen esfuerzos para ayudar a las víctimas de la dioxina en Vietnam - ảnh 1 Una víctima de la dioxina de segunda generación 

El agente naranja/dioxina, una de las sustancias más tóxicas conocidas, fue usado por el Ejército norteamericano durante la guerra contra Vietnam hace 57 años. Desde 1961 hasta 1971, las tropas estadounidenses lanzaron unos 80 millones de litros de herbicidas, el 61% de ellos fue de dicha química, sobre una gran superficie de la región sureña de la nación indochina. Este veneno causó graves consecuencias en el medio ambiente, el ecosistema y la salud humana.

De hecho, la guerra química que Estados Unidos lanzó en Vietnam fue de una gran magnitud y dejó las secuelas más graves y devastadoras en la historia de la humanidad.

Las graves consecuencias

Según las estimaciones, actualmente hay más de 4,8 millones vietnamitas expuestos al agente naranja/dioxina, de ellos 3 millones son víctimas directas por haber vivido o participado en los campos de batalla en el sur del país, 150 mil de segunda generación, 35 mil de tercera generación y 2 mil de cuarta generación. Nguyen Tan Dau, residente en Quang Tri, uno de los afectados por las secuelas del defoliante, compartió: “Luché en la quinta Zona Militar el 1968 al 1971. Entonces, fui contaminado con la dioxina. Actualmente, sufro muchas enfermedades. Tengo 10 hijos, pero cinco de ellos murieron mientras que uno es discapacitado.”

El Ministerio vietnamita de Salud Pública afirmó que el sector médico internacional ha reconocido 17 enfermedades relacionadas directamente con el agente naranja/dioxina, puesto que esta química no solo perjudica los sistemas circulatorio, respiratorio y de secreción, sino también debilita las defensas inmunes del cuerpo humano y lo hace más vulnerable a las infecciones.

La atención especial del Partido y el Estado

De hecho, el trabajo de superación de las consecuencias del agente naranja/dioxina está recibiendo la atención especial del Partido y el Estado vietnamitas.

Desde 1998, el Parlamento nacional aprobó tres veces el Decreto de implementación de las políticas preferenciales a las víctimas de la sustancia tóxica antes mencionada, además de dedicar más de 10 billones de dongs (425 millones de dólares) para ayudarles y descontaminar el medio ambiente.

Especialmente, la campaña para solicitar al Gobierno y las empresas estadounidenses que participaron en la guerra química en Vietnam a responsabilizarse por sus actos ha logrado resultados positivos. Desde 2011, el Congreso norteamericano dio luz verde a las asistencias para limpiar el aeropuerto de Da Nang, en el sur de la región central de Vietnam, y mejorar la salud de los vietnamitas que viven cerca de los lugares contaminados. Algunas organizaciones no gubernamentales de Estados Unidos también les han ayudado en este proceso.

Movilizan recursos sociales nacionales e internacionales

Sin embargo, dichos apoyos son pequeños en comparación con el dolor que sufren las víctimas. Por esta razón, el Gobierno vietnamita trata de movilizar  más recursos de la sociedad para ese fin. Pham Van Toi, presidente del Club nacional de actividades caritativas, dijo al respecto: “Durante las visitas a las familias con víctimas de la dioxina en todo el país, percibí que ellos viven en una situación miserable. No pueden caminar ni comer ni bañarse por sí mismos. Me esforzaré para ayudarles más. Espero que toda la comunidad una las manos en este trabajo.”

Al lado de las entidades nacionales, unas 100 organizaciones no gubernamentales internacionales también participan en la tarea, a través de los proyectos de desarrollo socioeconómico.

Vietnam planea conseguir en 2020 elevar las asistencias a las víctimas de la dioxina, ayudándoles a su integración social, además de superar básicamente las secuelas de esa sustancia tóxica en el medio ambiente y la salud humana. Para lograr este propósito, se requerirán los esfuerzos tanto del Gobierno y los organismos sociales de Vietnam, como del Ejecutivo y las empresas estadounidenses, además de las organizaciones internacionales.

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