Una visita, diversas intenciones

Ánh Huyền
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(VOVworld) – El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha concluido su visita a Beijing donde se reunió con su homólogo, Wang Yi. Pese a ser anunciada como una actividad diplomática previa al viaje del presidente Vladimir Putin en el próximo mes, la visita de Lavrov capta el gran interés del círculo de analistas mundiales, ya que se efectuó en medio de las tensiones entre Moscú y Occidente en torno al tema de Ucrania. Según estimaciones, los movimientos diplomáticos de Moscú tienen más significado que el de consolidar las relaciones bilaterales.

(VOVworld) – El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha concluido su visita a Beijing donde se reunió con su homólogo, Wang Yi. Pese a ser anunciada como una actividad diplomática previa al viaje del presidente Vladimir Putin en el próximo mes, la visita de Lavrov capta el gran interés del círculo de analistas mundiales, ya que se efectuó en medio de las tensiones entre Moscú y Occidente en torno al tema de Ucrania. Según estimaciones, los movimientos diplomáticos de Moscú tienen más significado que el de consolidar las relaciones bilaterales.

En las conversaciones con su par chino, Sergei Lavrov afirmó que las relaciones de asociación estratégica Rusia- China gozan de un alto nivel de confianza mutua. Las dos partes coincidieron en que el sector más potencial en la cooperación bilateral es el comercio, lo cual se reflejó en la cifra de 88 mil 800 millones de dólares, alcanzada en 2013 pese a las condiciones desfavorables de la economía mundial, así como en el aumento de la exportación del petróleo ruso a China y de las inversiones chinas en la explotación de gas en la plataforma continental de Rusia. La colaboración en los campos social, militar y de seguridad también va en buena marcha.

Sin embargo, analistas estimaron que en realidad, la visita del canciller ruso tiene como finalidad impulsar las actividades diplomáticas con el Este, en especial con China en el contexto de una nueva guerra fría surgida entre Rusia y Occidente después de lo acontecido en Ucrania.

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El canciller ruso, Sergei Lavrov, y el presidente de China, Xi Jinping en Beijing 

Esfuerzos para ganarse mayor influencia

La crisis de Ucrania condujo a Rusia y Estados Unidos a una nueva guerra fría y las relaciones entre estas dos potencias se encuentran en el peor estado desde el colapso de la Unión Soviética en 1991. Tal como lo ocurrido en la anterior confrontación, China se ha convertido en un tercero de gran importancia, y la posición de Beijing es lo que tanto a Estados Unidos como a Rusia les interesa saber. Se puede decir que buscar el apoyo de China es uno de los objetivos principales de Sergei Lavrov en esta visita.

En esta competición para ganar influencia, parece que Moscú se beneficia de mayores ventajas, por la coincidencia con China en temas económicos, criterios políticos y posición hacia Occidente. Estos dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU son aliados cercanos en muchos temas candentes de la actualidad internacional, tales como Siria, Irán y Corea del Norte… Por otra parte, la relación socio- rival y de cooperación- retención mutua entre China y Estados Unidos también favorece a Rusia.

Entonces, ¿cómo se ha manifestado China ante la situación en Ucrania? En realidad, desde que se desatara la crisis de Ucrania a finales de 2013, los medios de comunicación chinos tienden a criticar a Occidente como autor del caos en ese país y consideraron comprensible la voluntad del presidente ruso, Vladimir Putin, de proteger los intereses y derechos de los ciudadanos rusos. Después de la incursión de tropas rusas en Crimea, China solo alzó su voz para llamar a las partes a resolver el conflicto por medios pacíficos según la ley. La abstención de China a la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en el pasado mes de marzo sobre la integración de Crimea a la Federación Rusa, reflejó en parte la posición de Beijing sobre el tema de Ucrania. Es difícil considerar esta abstención una oposición a Rusia.

En esta visita a China, Lavrov no vaciló en destacar que Rusia valoró en alto grado la posición objetiva y equitativa del gigante asiático sobre la integración de Crimea y que Beijing demostró su conocimiento integral sobre los factores, especialmente los históricos, en su enfoque sobre la crisis en Ucrania.

Establecimiento de un nuevo orden mundial

La crisis en Ucrania se traduce en sucesos muy complicados. Aunque es difícil desencadenar una guerra, la inestabilidad en ese país podría derivar en un gran giro para la formación de un nuevo orden mundial. Los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados europeos por aislar a Rusia lo acercan más a China, algo que nunca desea Washington. Pese a una historia complicada que comparten Rusia y China, con la cooperación en beneficios recíprocos que mantienen nada podrá impedir el establecimiento de una nueva alianza en contrapeso con Estados Unidos. Una información que llama mucho la atención de la opinión pública, es que Rusia y China están negociando la firma de un acuerdo sobre el suministro del gas ruso a China durante 30 años y este tema será decidido en la visita del presidente Putin, en mayo próximo. De ser firmado el contrato, las relaciones comerciales entre Rusia y China podrán recompensar las pérdidas causadas por las sanciones de Estados Unidos contra Moscú.

Partiendo de los hechos antes citados, se puede concluir que la visita de Lavrov a China ha logrado determinados frutos. A pesar de no expresar abiertamente su apoyo, la actitud de Beijing de no oponerse a las decisiones de Rusia satisface a Moscú, y favorece su participación en el próximo encuentro de las 4 partes en Ginebra, Suiza, en busca de una solución política para Ucrania. 

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