Un paso retrospectivo en las relaciones Rusia- EEUU

Anh Huyen
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(VOVworld) - Desde este lunes, la Agencia Estadounidense de Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) se retira de Rusia, poniendo fin así a su presencia en este país tras 20 años de operaciones, a petición de Moscú. Aunque Washington afirmó que el cierre de esta Agencia en Rusia no afectará a las relaciones entre ambas naciones, según estimaron analistas, esta decisión impide el mejoramiento de los vínculos bilaterales, que padecieron altibajos en el pasado. 

(VOVworld) - Desde este lunes, la Agencia Estadounidense de Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) se retira de Rusia, poniendo fin así a su presencia en este país tras 20 años de operaciones, a petición de Moscú. Aunque Washington afirmó que el cierre de esta Agencia en Rusia no afectará a las relaciones entre ambas naciones, según estimaron analistas, esta decisión impide el mejoramiento de los vínculos bilaterales, que padecieron altibajos en el pasado. 

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Rusia explica el cierre de la USAID en su territorio por injerencia

La USAID, fundada en 1961, se encarga de las asistencias civiles en el exterior, con la supuesta finalidad de promover la democracia, la economía y la sanidad, suministrar ayudas humanitarias urgentes y prevenir conflictos en más de 100 países. Desde la desintegración en 1991 de la Unión Soviética, Washington ha invertido 2,7 mil millones de dólares en distintos programas y antes de su retirada, trabajaban para ella unos 600 rusos y 13 estadounidenses. En los años del 90, este organismo prestó apoyo para la transferencia en economía de mercado de un sistema concentrado bajo la administración estatal. Sin embargo, desde hace una década, las crecientes asistencias de la USAID estaban destinadas a organizaciones supervisoras de los derechos humanos y a la consolidación de la sociedad civil, en especial, suministraba mucho dinero a Golos, la única organización de escrutinio electoral independiente en Rusia.

El cierre de la oficina de la USAID fue anunciado el 18 de septiembre por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia. Moscú afirmó que la USAID trataba de ejercer influencias en el proceso político, las instituciones de la sociedad civil y las elecciones en diferentes niveles en Rusia mediante las asistencias. Añadió que la sociedad civil rusa ya es suficientemente madura como para prescindir de “tutores externos”. Según los resultados de un sondeo realizado tras el anuncio del Gobierno sobre el fin de las operaciones de la USAID en suelo ruso, más del 75 por ciento de las opiniones mostraron simpatía con la decisión gubernamental, por el bien de la nación, estimaron. Solo el 10,5 por ciento de los encuestados la consideró como un acto dañino  para los intereses rusos. Analistas políticos calificaron el cierre de la USAID en Rusia como una decisión oportuna y racional.

Mientras tanto, la expulsión de la USAID provocó una ola de reacciones del círculo oficial y de los medios de comunicación de EEUU. El Departamento de Estado lamentó la decisión de Moscú y al mismo tiempo rechazó la acusación contra esa agencia de intervenir en la vida política de Rusia. El senador republicano, John McCain criticó la acción de Rusia, atribuyéndole un significado de imputación a la administración del Presidente Barack Obama. Una serie de periódicos de gran circulación y agencias cablegráficas importantes de EEUU estimaron que se trata de un paso de retrospección en los lazos Rusia- EEUU, que anula todos los esfuerzos de Obama por reavivar las relaciones con Moscú.

En realidad, esta decisión se incluye en el plan de reforma política del Presidente ruso Vladimir Putin tras su reelección. Antes de su regreso al Kremlín, analistas internacionales estimaron que con la expulsión de la USAID de Rusia, comenzará un período difícil en las relaciones entre Moscú y Washington, pues, a diferencia de su predecesor, Putin mantiene siempre una postura dura ante EEUU. Durante su campaña electoral, este estadista presentó la imagen de una Rusia amenazada por Occidente y después de su reelección, este criterio rige sus política interna y externa. Luego de su retorno al Kremlín en mayo de 2012, Putin se concentra en hacer reducir los riesgos de inestabilidad surgidos de los movimientos rebeldes de las facciones opositoras, que según opinó, operan con la ayuda financiera de las organizaciones no gubernamentales extranjeras. Paralelo al aumento de las medidas de reforma política y su diposición al diálogo, el presidente Putin ratificó una nueva ley sobre las manifestaciones y la elevación de multas para los protestantes, además de recrudecer las medidas contra las denigraciones lanzadas al Gobierno, incrementar el control de las operaciones de las organizaciones no gubernamentales, exhortándoles a inscribir sus actividades en el Ministerio de Justicia y proporcionar informes trimestrales a los órganos competentes de Rusia. En los últimos tiempos, Rusia ha criticado algunas organizaciones extranjeras que suministran asistencias a la oposición e incitan a la violencia en su territorio. Incluso, el presidente Putin acusó a Washington de estar detrás de las masivas protestas anti gubernamentales a finales del año pasado, cuando el Partido Rusia Unida obtuvo la victoria en las elecciones legislativas.

Al asumir el poder, el presidente estadounidense Barack Obama buscó oportunidades para reactivar los nexos con Rusia, y sus esfuerzos han dado ciertos resultados, como el pacto sobre el control de armas en 2012. Sin embargo, existen diferencias entre las dos naciones en torno a muchos temas, desde la situación de violencia en Siria y el programa nuclear de Irán, hasta la planeada instalación del escudo anti misiles de EEUU y el movimiento “primavera árabe”. En medio de la agudización de estas diferencias, el NO expresado por Moscú a la USAID, prevé una nueva etapa tormentosa en las relaciones entre Rusia y EEUU. 

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