¿Tensión entre Estados Unidos e Irán podría convertirse en un enfrentamiento militar?

Ánh Huyền
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(VOVWORLD) - El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció este sábado que reforzaría sus tropas en Oriente Medio con un buque de asalto anfibio y misiles Patriot, como parte de su estrategia para hacer frente a la creciente tensión con Irán. Irán calificó ese acto de "fanfarronada" dentro de la "guerra psicológica" de Washington y consideró poco probable que los comandantes estadounidenses quieran probar las capacidades de las Fuerzas Armadas de su país.  ¿Podrían tales fricciones escalar hasta un conflicto militar?
¿Tensión entre Estados Unidos e Irán podría convertirse en un enfrentamiento militar? - ảnh 1 El buque de asalto anfibio USS Arlington de Estados Unidos (Foto: Naval de Estados Unidos)

Intercambio de advertencias

En los últimos días, las partes han intercambiado declaraciones agresivas. El consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, conocido por su posición inflexible hacia Teherán, dijo el 13 de mayo que el Pentágono está implementando un plan militar integral que prevé enviar hasta 120 mil soldados a Oriente Medio por si Irán ataca a las fuerzas estadounidenses o acelera el desarrollo de armas nucleares, además del envío del buque de asalto anfibio USS Arlington, que se incorporará al contingente del Mando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (CentCom) operando en esta región, y de baterías de misiles interceptores Patriot.

Con antelación, los medios de comunicación norteamericanos informaron que cuatro bombarderos B-52 Stratofortress llegaron a una base aérea de Estados Unidos en Qatar, mientras 5 mil 200 militares fueron desplegados en Irak, limítrofe con Irán.

En respuesta, el ayatolá Yousef Tabatabai-Nejad, un clérigo iraní de alto rango, afirmó que no se necesitan más que misiles para eliminar a los buques estadounidenses. “Si intentan cualquier movimiento, enfrentarán decenas de misiles porque en ese momento los funcionarios iraníes no estarán responsabilizados con actuar con cautela, sino que las cosas estarán en manos de nuestro querido líder”, añadió el clérigo en referencia al ayatolá Alí Jameneí.

Mientras, el presidente iraní, Hassan Rouhani, advirtió que Teherán no cedería ante las amenazas de ningún país, y el ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, aseguró que Washington se “suicidaría” si le declara la guerra a Irán.

Las relaciones entre la nación persa y Washington empeoraron luego de retirarse este del pacto nuclear también firmado por otras cinco potencias mundiales, llamado Plan de Acción Integral Conjunto. En abril pasado, Estados Unidos anunció el fin de las exenciones que había concedido a ocho naciones o territorios (China, India, Italia, Grecia, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Turquía) para que siguieran comprando petróleo iraní. Luego, incluyó al Cuerpo de Guardias Revolucionarias Islámicas de Irán en su lista de organizaciones terroristas.

A su vez, Teherán advirtió que bloquearía el estrecho de Hormuz, una importante ruta marítima mundial. El presidente iraní, Hassan Rouhani, informó el 8 de mayo que su país reduciría sus compromisos con el acuerdo nuclear de 2015 dentro de 60 días. Aseguró también que la república islámica aumentaría los volúmenes de enriquecimiento de uranio y que estaba preparada para conversar con Europa sobre el pacto.

Una prueba

Los últimos actos de las partes preocupan a la comunidad mundial sobre la posibilidad de un enfrentamiento militar. Sin embargo, observadores internacionales argumentaron que esto puede ser solo una jugada psicológica de Estados Unidos porque este sabe las enormes pérdidas económicas que acarrearía la conversión del estrecho de Hormuz en un campo de batalla.

En realidad, después de las escaramuzas verbales, los bandos hicieron declaraciones para aliviar la situación. El pasado 14 de mayo, el presidente Trump negó que planee enviar 120 mil soldados a Oriente Medio en caso de ataque por parte de Irán. El mismo día, el líder supremo iraní, ayatolá Alí Jameneí, reveló que Teherán no busca la guerra con Estados Unidos. Sin embargo, tanto Washington como Teherán aún se mantienen firmes en sus posiciones. La república islámica afirmó que el colapso del pacto nuclear de 2015 es una amenaza para todo el mundo y dijo estar lista para participar en las negociaciones con Estados Unidos, pero solo si este levanta las sanciones económicas contra Teherán y respeta al país. Por su parte, Washington llamó a Irán a abandonar sus ambiciones nucleares y afirmó dejar abierta la posibilidad de una solución distinta de la militar con esa nación de Oriente Medio.

Aunque las dos partes dicen que no quieren la guerra, los movimientos "psicológicos" y los actos de provocación podrían despejar las incertidumbres en el peor de los sentidos y desembocar en un conflicto en la región.

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