La agencia de noticias Associated Press (AP) es una de las sancionadas por China, en represalia a las medidas equitativas de Estados Unidos contra medios chinos. (Foto: AP) |
Al intervenir en la rueda de prensa regular efectuada a principios de este mes en Beijing, el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian, anunció que Associated Press (AP), United Press International (UPI), Columbia Broadcasting System (CBS) y National Public Radio (NPR) tienen un plazo de siete días para presentar declaraciones sobre su personal, operaciones financieras, propiedad raíz y otros asuntos. Dijo que esa es una respuesta a un anuncio hecho el 22 de junio por Washington en el que clasifican a la Televisión Central China, el Diario del Pueblo, el periódico Global Times y la agencia de noticias China News Service como misiones extranjeras en lugar de agencias de medios en los Estados Unidos, por lo que deberán informar sobre todos sus empleados y sus propiedades raíces en Estados Unidos, tal como se aplica a las embajadas y consulados.
La guerra está dirigida a los medios
De hecho, las tensiones entre China y Estados Unidos sobre este tema comenzaron el 18 de febrero de 2020 cuando el Departamento de Estado norteamericano clasificó como misiones extranjeras a cinco medios chinos: la Agencia de Noticias Xinhua, China Daily Distribution Corporation, China Global Television Network, China Radio International y el Diario del Pueblo en su territorio.
Luego, el 13 de marzo, Estados Unidos pidió a estos organismos reducir el número de reporteros permanentes en su territorio de 160 a 100. A principios de mayo, Washington emitió nuevas regulaciones destinadas a endurecer las condiciones de visado para los periodistas chinos.
En reciprocidad, el 18 de marzo, Beijing declaró expulsar a 13 corresponsales estadounidenses pertenecientes al The New York Time, The Washington Post y The Wall Street Journal. También, requirió que las delegaciones radicadas en China de dichos periódicos y también de la revista Time y la emisora Voice of America declaren por escrito la información sobre su personal, finanzas, operaciones e inmuebles en China. Además, tomó medidas equitativas contra los periodistas estadounidenses en cuanto a la solicitud de visado, los procedimientos administrativos y las entrevistas.
Confrontación en todos los frentes
No solo con los medios de comunicación, Estados Unidos y China también se enfrentan en otros campos. En 2019, las dos grandes potencias comenzaron una guerra comercial, que solo se alivió a principios de este año tras la firma de un acuerdo en la primera fase. Sin embargo, la aparición del covid-19 encendió una vez más el conflicto entre los dos países. Tanto Beijing como Washington han hecho reiteradas declaraciones acusándose mutuamente en torno a la pandemia, como el origen del virus SARS-CoV-2, la cuestión de prohibición de vuelos comerciales o la forma en que China reaccionó ante el brote a fines de 2019.
En particular, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha inculpado repetidamente a China de haber retrasado la información sobre la gravedad de la epidemia, lo que provocó que el mundo pague un precio muy alto, mientras que el país asiático rechaza esta acusación.
En el campo de tecnología, Estados Unidos continúa imponiendo nuevas sanciones contra el grupo de telecomunicación Huawei. Específicamente, a mediados de mayo pasado, el Departamento de Comercio norteamericano decidió ajustar una regulación de exportación para limitar la compra de semiconductores de dicha empresa tecnológica. Luego, el 30 de junio pasado, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) designó oficialmente a Huawei y ZTE como “amenazas para la seguridad nacional de las redes de telecomunicaciones” del país. Esto significa que los proveedores de telecomunicaciones en Estados Unidos no podrán adquirir equipos y dispositivos de dichas compañías chinas. En noviembre pasado, la FCC votó de forma unánime al bloqueo del uso de fondos federales para comprar equipos de Huawei y ZTE.
Con respecto al tema de Hong Kong (China), después de que la Asamblea Nacional de China aprobó la Ley de Seguridad Nacional en esta Región Administrativa Especial, que entró en vigencia oficialmente el 30 de junio pasado, Estados Unidos inmediatamente revocó el estatus especial de Hong Kong a partir del 1 de julio de 2020.
En consecuencia, la nación norteamericana restringió a estudiantes chinos, revierte las regulaciones especiales sobre aduanas y otras áreas para Hong Kong, incluyendo la disponibilidad de excepciones a las licencias de exportación e impuso sanciones a funcionarios chinos y de esa región especial.
En respuesta, muchas fuentes dijeron que el gobierno chino había pedido a las compañías estatales dejar de comprar productos estadounidenses en virtud del acuerdo comercial de la primera fase firmado entre las dos partes.
Se puede ver que la confrontación entre las dos potencias se extendió a muchos campos, desde el comercio hasta la alta tecnología, la seguridad y el manejo de la pandemia.