Sudán sigue inmerso en espiral de violencia tras un año de conflicto

Quang Dũng
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(VOVWORLD) - Hoy 15 de abril se cumple un año desde que estalló el conflicto en Sudán. Transcurrido ese tiempo, el país de África Oriental sigue sumido en una espiral de violencia que empuja a millones de personas a una tragedia humanitaria, mientras no se vislumbra señal alguna de una solución al conflicto.

El conflicto en Sudán estalló el 15 de abril de 2023, cuando el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) lucharon por el control del país. El enfrentamiento desde la capital, Jartum, se extendió rápidamente a otras localidades.

Tragedia humanitaria

La guerra por el poder entre dos fuerzas que alguna vez fueron aliadas empujó a Sudán al caos, con la economía y las instituciones estatales al borde del colapso. Según datos de las Naciones Unidas el conflicto en Sudán durante el año pasado cobró la vida de casi 15.000 personas e hirió a cientos de miles más. Más de 8,5 millones de personas tuvieron que huir de sus hogares, de las cuales alrededor de 1,8 millones lo hicieron hacia los países vecinos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que el sistema sanitario en Sudán está colapsando debido a la grave falta de personal médico, así como de medicamentos, vacunas, equipos y suministros médicos. Entre el 70 y 80% de las instalaciones médicas en Sudán dejan de funcionar a causa de los combates. Algunos estados no han recibido suministros médicos durante un año.

Sudán sigue inmerso en espiral de violencia tras un año de conflicto - ảnh 1El humo se eleva durante confrontaciones armadas en Jartum, capital de Sudán, el 1 de mayo de 2023. (Foto: VNA)

El conflicto empujó a Sudán a una grave crisis humanitaria. El 29 de marzo pasado el Sistema Integrado de Clasificación de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC) de la ONU estimó que casi 5 millones de sudaneses están gravemente desnutridos, de los cuales 3,6 millones son niños menores de 5 años y 1,2 millones mujeres embarazadas y lactantes. El IPC enfatizó que si las hostilidades no cesan inmediatamente y no se intensifica el despliegue de asistencia humanitaria, aproximadamente la mitad de la población sudanesa corre el riesgo de enfrentar inseguridad alimentaria y desnutrición aguda, calculada en el peor nivel en el período de abril a mayo.

Según Justin Brady, director de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Actividades Humanitarias (OCHA) en Sudán, la tragedia es especialmente alarmante para los niños: “Esta guerra es especialmente dura para los niños. Se estima que 730.000 niños sufren desnutrición aguda. Sin apoyo urgente, más de 200.000 niños podrían morir de hambre en las próximas semanas y meses”.

Mientras la situación humanitaria continúa empeorando, las actividades de socorro en Sudán enfrentan muchos desafíos, porque el conflicto sigue complejo, la burocracia continúa ampliándose y la infraestructura está dañada. La destrucción obstaculiza la distribución de bienes de socorro.

La crisis en Sudán se está extendiendo a los países vecinos, que también enfrentan dificultades. Michael Dunford, director regional de África Oriental del Programa de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), dijo: “Los refugiados sudaneses llegaron en masa a Chad y Sudán del Sur, dos países que ya se encontraban en un estado de extrema inestabilidad. Sudán del Sur ha tenido que aceptar actualmente a más de 600.000 refugiados sudaneses, mientras que el 75% de la población del país necesita asistencia humanitaria. Por lo tanto, el PMA y otras organizaciones no pueden satisfacer todas las necesidades".

El conflicto olvidado

A pesar de la tragedia humanitaria en Sudán, la ayuda a los civiles en este país de África Oriental todavía enfrenta la indiferencia de la comunidad internacional. Según la ONU, sus agencias humanitarias necesitan al menos 2.700 millones de dólares este año para proporcionar alimentos, suministros médicos y otras necesidades a 24 millones de sudaneses, lo que equivale a casi la mitad de la población de este país (51 millones).

Sudán sigue inmerso en espiral de violencia tras un año de conflicto - ảnh 2Refugiados sudaneses en un hospital de Adre, Chad. (Foto: Reuters)

Sin embargo, las cifras proporcionadas por OCHA muestran que hasta finales de marzo de este año los donantes sólo se habían comprometido a proporcionar 145 millones de dólares a Sudán, suficiente para cubrir sólo alrededor de un 5% de las necesidades. Según Christos Christou, presidente de Médicos Sin Fronteras (MSF), la indiferencia de la comunidad internacional hacia Sudán es impactante e inaceptable porque el país está experimentando la mayor tragedia humanitaria del mundo.

Mientras tanto, los esfuerzos de la comunidad internacional por encontrar una solución para poner fin al conflicto y hallar una solución política para Sudán siguen estancados. En la última reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en Sudán, celebrada a principios de marzo último, los delegados no pudieron proponer ninguna solución viable en el futuro próximo, aparte de los llamamientos a la participación de las partes en el conflicto. En particular, algunos países continúan criticándose entre sí por involucrarse en el conflicto de Sudán y complicar la situación.

Este punto muerto obligó al secretario general de la ONU, António Guterres, a advertir: “El conflicto está causando consecuencias nefastas para el pueblo sudanés y está dañando la unidad de este país. Ahora existe un grave riesgo de que este conflicto pueda provocar inestabilidad regional, con enormes implicaciones, que se extenderán desde el Sahel hasta el Cuerno de África y el Mar Rojo”.

En el futuro inmediato el conflicto en Sudán amenaza directamente la relación entre este país y Sudán del Sur, el cual optó por su separación hace más de una década. Sudán del Sur no sólo ha estado bajo una gran presión por la afluencia de refugiados, sino que el conflicto en la colindante nación también ha causado una mayor inestabilidad en la frontera entre los dos países, al tiempo que ha destruido actividades de cooperación económica, incluido el oleoducto de Sudán del Sur que pasa por el territorio sudanés hasta el puerto Sudán en el Mar Rojo.

Los observadores advierten que si el conflicto en Sudán continúa los dos países podrían volver a un estado de hostilidad como en años anteriores, llevando a la región a un nuevo y más grave caos.

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