Después de que la tregua de 10 días fracasar por desacuerdos sobre la evacuación de los combatientes de la oposición, las fuerzas del Gobierno sirio reanudaron su ofensiva contra el bastión rebelde de Douma, cerca de Damasco, para recuperar el control en esa zona. Los enfrentamientos entre ambas partes provocaron decenas de muertes, en su mayoría mujeres y niños quienes fueron trasladados a centros médicos tras presentar dificultades respiratorias.
Mientras las investigaciones todavía no han llegado a su fin, ese incidente fue presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, encendiendo así los diferendos entre Rusia y Estados Unidos. A su vez, Washington declaró que adoptará medidas de respuesta contra el régimen de Bashar Al-assad sin importar el respaldo de la mayor organización mundial.
La ciudad siria de Alepo en escombros debido al caos prolongado (Foto: AFP/Getty Images)
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¿Por qué atacan Douma?
Douma es uno de los pocos lugares que aún quedan bajo el control de los rebeldes en la región de Ghouta Oriental. Durante 6 años, fue un bastión sólido para realizar ataques contra Damasco. La recuperación del control de la zona resulta decisiva para el presidente sirio, Bashar al-Assad, puesto que podría revertir el actual escenario caótico desde la Guerra Civil en 2011. Esto significaría la victoria de la alianza entre Rusia y Siria en la batalla contra los terroristas en ese país y la posición adversa de Estados Unidos y sus aliados en ese combate.
Un supuesto ataque químico se produjo en Douma y fue expandido por los medios de comunicación en momentos en que el grupo rebelde se encuentra en estado crítico. Damasco y Moscú argumentaron que el incidente fue “un plan previsto” para confundir y perder la dirección de las operaciones antiterroristas.
Por su parte, Washington y Occidente dijeron lo contrario. El inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, criticó que Rusia e Irán apoyaron al Gobierno sirio, acusando este último como autoría de ese atentado. Trump insistió en tomar medidas de respuesta “apropiadas” sin esperar el respaldo de la ONU. El portaaviones USS Donald Cook transportó misiles crucero Tomahawk con rumbo a Siria. El segundo vehículo de ese tipo llamado USS Porter también seguirá ese camino, según fuentes oficiales.
En la reunión emergente de la ONU efectuada el 9 de abril, Rusia aseguró que no hay ninguna prueba sobre el ataque químico. Invitó a representantes internacionales al escenario del incidente para realizar investigaciones y al mismo tiempo, advirtió ante una posible respuesta que agravaría la situación siria. Estados Unidos lo pretende ignorar y continúa culpando a Moscú y Damascoal respecto.
Mientras, las fuerzas aéreas rusas en Siria mostraron su disposición a un posible combate. Las unidades de defensa en las bases Tartus y Khmeimim están formadas por sistemas antiaéreos S-400, Pantsir-S1, aviones de combate Su-30SM y Su-35.
Pretensiones de intereses propios
Analistas opinaron que Washington velará por sus intereses propios en la batalla siria para aumentar su influencia en la región, explotar los recursos naturales y derrotar la administración de Bashar al-Assad a fin de formar un nuevo Gobierno sin cooperación rusa. También dijeron que los estadounidenses pretendían acusar al Ejecutivo sirio de causar los ataques químicos, de expresar su ambición de fortalecer la competitividad política ante Rusia para reducir la importancia del país euroasiático en el Medio Oriente.
Cabe destacar que la actual crisis prolongada en Siria está en auge bajo el control de Estados Unidos y Occidente mientras que la lucha antiterrorista se acercaría a su fin, abriendo así perspectivas para el itinerario de paz en esa nación después de una serie de negociaciones. Las acusaciones de Washington en torno al supuesto ataque químico que ocurrió recientemente en la ciudad siria de Douma, al parecer, atestiguarían su preocupación sobre su rol en esa región. Pese a cualquier pretexto, Siria aún se encuentra en un “laberinto de inestabilidades”.