(VOVworld) – Hace 69 años, el Partido Comunista de Vietnam y el Presidente Ho Chi Minh llamaron a la Insurrección General para reconquistar la administración del régimen colonialista- feudal y fundar la República Democrática de Vietnam, el primer Estado obrero- campesino en el Sudeste de Asia. Este triunfo es considerado como el hito más brillante en la historia vietnamita, que cambió el destino de su pueblo y le abrió una nueva era, la de la independencia y el socialismo. El acontecimiento dejó preciosas lecciones para la construcción y defensa nacional en estos últimos 70 años.
Ho Chi Minh llamó al pueblo vietnamita a sublevarse para liberarse de la
dominación francesa y del régimen feudal en 1945 Cumpliendo la Directiva militar número 1 del Comité de Sublevación emitida el 13 de agosto de 1945, desde Hanoi, la capital hasta las aldeas más remotas, se congregaron y levantaron para reconquistar la administración. La Revolución de Agosto triunfó así en un corto tiempo y con muy poca sangre derramada. Luego, el 2 de septiembre, en la histórica Plaza de Ba Dinh, el Presidente Ho Chi Minh leyó la Proclamación de la Independencia, declarando al mundo el nacimiento de un Vietnam independiente y libre, y la determinación de todo su pueblo de proteger a todo costo esa independencia y libertad reconquistadas tras largos años de lucha.
Significado histórico
Por primera vez un pueblo pequeño logró librarse del yugo de los colonialistas e imperialistas. Después del triunfo de la Revolución de Agosto, de una colonia, Vietnam se convirtió en una nación independiente y sus habitantes, de ser esclavos, en dueños de su propio destino y su país. El general Nguyen Quyet, entonces secretario del Comité Partidista de Hanoi apuntó: “El mundo calificó la Revolución de Agosto de acontecimiento histórico que cambió la vida del pueblo vietnamita y una tremenda victoria sobre el imperialismo y las clases explotadoras. Representó un gran significado no solamente para Vietnam, sino para toda la época.”
Las valiosas lecciones y experiencias de este acontecimiento propician las victorias posteriores del pueblo vietnamita, en las prolongadas resistencias contra los colonialistas franceses y los imperialistas norteamericanos, para la liberación total y reunificación del país en 1975. Contribuyen también a los éxitos de la política renovadora que elevan la posición del país en la palestra internacional después de casi 30 años de aplicación.
La capital Hanoi de hoy, 69 años después del triunfo de la Revolución de Agosto Lecciones y experiencias
La victoria de la Revolución de Agosto de 1945 se debe primeramente a un Partido dirigente verdaderamente pionero y revolucionario que supo asimilar y poner en práctica con creatividad el Marxismo- Leninismo y el ideario progresista de Ho Chi Minh, actualizarse de cada etapa revolucionaria para plantear lineamientos acertados, además de aprovechar las oportunidades, formar y usar de modo adecuado los recursos, combinando las fuerzas nacionales con las de la época. Esta gesta independentista muestra la unidad nacional, el patriotismo y la voluntad del pueblo vietnamita para liberarse. El profesor- doctor Ngo Dang Tri recalcó: “Hanoi realizó con éxito la Sublevación, incitando y favoreciendo actos similares en otras localidades del país. Recuerdo palabras del profesor Tran Van Giau, secretario del Comité partidista de la región sureña Nam Ky, líder de la Insurrección en la ciudad de Saigón Gia Dinh, quien dijo: “Aunque no recibimos directamente la orden central, al oír hablar del triunfo de la Insurrección en Hanoi, decidimos promover la rebelión para derrocar el gobierno de Saigón”.
Hoy en día, poniendo en práctica las lecciones de la Revolución de Agosto sobre el valor de las fuerzas generales del pueblo, combinando con las de la época, y tomando iniciativas en el despliegue de la política externa independiente y de apertura, Vietnam se esfuerza en superar las dificultades y los retos y cumplir sus tareas medulares de defender, construir y desarrollar el país, impulsando la industrialización y modernización, y garantizando la continuidad de la renovación en la nueva coyuntura.