Adoptada por el Buró Político del Partido el 22 de agosto de 2025, la Resolución 71 establece objetivos y medidas claramente definidos. Su eje fundamental es “asegurar la justicia y la igualdad de oportunidades en la educación”, reafirmando que la enseñanza no es únicamente un derecho básico, sino también un motor del desarrollo sostenible.
 El primer ministro Pham Minh Chinh expone los ejes centrales de la Resolución 71 durante la Conferencia Nacional sobre la aplicación de las resoluciones. (Foto: VGP/Nhat Bac). |
Un marcado sentido humanista
La equidad en la educación, tal como recoge la Resolución, significa que nadie quede rezagado; supone eliminar las brechas territoriales y sociales, crear condiciones de desarrollo para cada persona y garantizar un entorno formativo inclusivo y de calidad.
En la Conferencia Nacional de divulgación de las resoluciones, celebrada en Hanói el 16 de septiembre, el primer ministro Pham Minh Chinh subrayó: “Debemos asegurar el acceso igualitario a la educación. Los habitantes de las zonas remotas, fronterizas, insulares y las minorías étnicas, han de gozar de las mismas oportunidades que el resto de la población”.
La Resolución 71 plantea que el avance educativo debe comenzar con una renovación profunda de la mentalidad, la conciencia y el marco institucional, antes de desplegar soluciones concretas. La justicia educativa no se limita al derecho a estudiar, sino que implica acceso efectivo, condiciones adecuadas de aprendizaje y disfrute pleno del conocimiento.
 Promoción del aprendizaje permanente en bibliotecas, museos y centros culturales. (Foto: VGP)
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El viceministro de Educación y Formación, Pham Ngoc Thuong, dijo lo siguiente: “La transformación educativa debe partir de un cambio en el pensamiento y en las instituciones. Los objetivos son claros, exigentes y de carácter revolucionario, con una hoja de ruta dividida en tres etapas: 2025-2030, 2035 y 2045, y ocho soluciones factibles y de gran impacto”.
La equidad educativa constituye un valor humanista y, al mismo tiempo, la base para liberar el potencial, la inteligencia y las aspiraciones de cada persona, generando una fuerza colectiva para la nación.
Ngo Mau Tinh, subdirector de la Escuela Étnica Semi-internado de Primaria y Secundaria Lam Thuy, en la provincia central de Quang Tri, expresó su confianza al decir: “Con la Resolución 71, creemos que la educación en Vietnam entrará en una etapa de gran desarrollo, en la que los estudiantes tendrán más oportunidades para crecer, mientras los docentes recibirán reconocimiento y apoyo, y las escuelas podrán elevar su calidad. Sobre todo, es la determinación de construir un sistema educativo renovador y humanista”.
De la consigna a la acción
Las ocho medidas de la Resolución abarcan la inversión integral en infraestructuras, el impulso de la digitalización, la expansión de la enseñanza en línea, la formación profesional y la adopción de políticas específicas para personas con escasos recursos económicos, con discapacidad o niños fuera de la escuela. Es la traducción práctica del principio de “no dejar a nadie atrás”, convirtiendo la equidad en acciones concretas.
 El secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, interviene en la Conferencia Nacional sobre la aplicación de las resoluciones. (Foto: VGP/Nhat Bac). |
Asimismo, la Resolución sienta las bases para la construcción de una sociedad del aprendizaje y de la educación a lo largo de la vida. En un contexto de globalización, transformación digital y cuarta revolución industrial, el conocimiento se erige en recurso decisivo para la posición de cada país. La educación no puede limitarse a las aulas, sino que debe extenderse al aprendizaje permanente, en cualquier momento y lugar. Por ello, la Resolución fija como objetivo establecer mecanismos y políticas que permitan a cada ciudadano aprender de forma continua, reforzar su capacidad de adaptación, creatividad, emprendimiento e integración internacional.
El secretario general del Partido To Lam lo sintetizó así al decir: “Invertir en educación es invertir en la esencia vital de la nación, es invertir en el futuro del pueblo. Se trata del sector clave de todos los sectores, del motor esencial para aumentar la productividad, impulsar la competitividad nacional y alimentar el anhelo de desarrollo”.
La Resolución 71 no es únicamente un documento normativo, sino que constituye una declaración de aspiraciones sobre el camino del país hacia el progreso mediante el conocimiento. Cuando cada ciudadano disponga de oportunidades educativas y la equidad sea una realidad, Vietnam podrá liberar todo su potencial colectivo y crear un nuevo impulso para materializar su ambición de prosperidad y fortaleza.