Relaciones Unión Europea-Turquía, discrepancias constantes

Ánh Huyền
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(VOVworld) – Las relaciones entre la Unión Europea y Turquía han experimentado altibajos y se han agravado debido a las diferencias en numerosos temas. La falta de confianza que provoca dudas hace imposible que alcancen un arreglo común tanto en la cooperación bilateral como en la solución de los problemas internacionales.

(VOVworld) – Las relaciones entre la Unión Europea y Turquía han experimentado altibajos y se han agravado debido a las diferencias en numerosos temas. La falta de confianza que provoca dudas hace imposible que alcancen un arreglo común tanto en la cooperación bilateral como en la solución de los problemas internacionales. 

En el último acontecimiento entre esas dos partes, el Parlamento Europeo aprobó el 26 de noviembre último la propuesta que puso fin a los diálogos sobre el ingreso de Turquía en la Unión Europea. Al acusar a Ankara de violar los derechos humanos, el bloque continental consideró también medidas punitivas contra la economía turca después de que el gobierno de ese país euroasiático detuviera a miembros de la oposición tras el fallido golpe de estado ocurrido en julio último.

Gota que hizo desbordar el agua del vaso

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El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan


En respuesta a dicha acción, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instó a la Unión Europea a moderar sus posiciones y afirmó que su Ejecutivo tiene la responsabilidad de gobernar el país sin injerencia extranjera en sus asuntos internos. Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de prorrogar el estado de emergencia en el territorio aplicado después de la fallida asonada militar, además de reanudar la aplicación de la pena de muerte. De esta manera, Ankara podría celebrar en 2017 un referendo sobre la posibilidad de su incorporación a la Unión Europea. Con anterioridad, Erdogan amenazó con abrir la frontera para facilitar el desplazamiento de los migrantes hacia el viejo continente si se mantienen las presiones sobre su país.

No es difícil entender la razón de la reacción de Ankara después de la congelación de los diálogos aprobada por dicha agrupación regional. Turquía solicitó el ingreso en la Unión Europea en 1987. Sin embargo, no fue hasta 2005 que las negociaciones al respecto comenzaron mientras en los últimos 11 años, este proceso no ha avanzado, salvo en algunos temas acordados en una larga lista de los requisitos.

Turquía necesita ser miembro del bloque europeo para beneficiarse de los incentivos económicos, comerciales, financieros e inversionistas, así como del bienestar social. Sin embargo, todavía no ha recibido la respuesta adecuada porque es una nación musulmana, lo que preocupa a la Unión en cuanto a la desestabilización de las conexiones comunitarias. Durante siglos, la comunidad islamista ha tenido diferentes bases ideológicas mientras sus miembros extremistas han provocado consecuencias que condujeron a una reacción cautelosa de los dirigentes de la Unión Europea a las propuestas turcas. Sin embargo, después de sufrir la ola de refugiados, la agrupación continental necesita el apoyo de Ankara. En la actualidad, el país euroasiático ha sido un lugar de refugio para migrantes del Oriente Medio y aspira a ser miembro de la Unión Europea. Sin embargo, el rechazo del bloque regional a las políticas internas de Ankara luego del fallido golpe y la suspensión de los diálogos sobre dicho tema constituyen la gota de agua que colma el vaso, haciendo que esa nación perdiera la paciencia e incrementara los enfrentamientos contra la Unión Europea.

Peligrosas secuelas

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La sesión del Parlamento Europeo efectuada este 24 de noviembre sobre la negociación para la integración de Turquía en la Unión Europea (Foto: AFP)


En el actual escenario, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró que su gobierno considera la posibilidad de retirar la solicitud del ingreso en el bloque europeo y en su lugar participar en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Esta última es una institución compuesta por 6 miembros oficiales, entre los que destacan Rusia y China, dos contrapesos de Estados Unidos. En realidad, Ankara no amenaza sólo con dicha declaración, pues en 2017 acogerá la Reunión del Club Energético de dicha organización intergubernamental, convirtiéndose en el primer país no integrante que celebre y asuma la presidencia de la cita. Mientras la Unión Europea no presta mucha atención a Turquía, China hace lo contrario. El portavoz de la Cancillería del gigante asiático, Geng Shuang, afirmó que su país está dispuesto a aceptar la solicitud de la integración turca en el bloque argumentando que es un socio de diálogo con buenos lazos de cooperación desarrollados durante años. De esta manera, Beijing espera impulsar esos nexos, reiteró el vocero chino.

Según observadores, la posible retirada del ingreso en la Unión Europea por parte de Turquía para considerar su participación en la Organización de Cooperación de Shanghái agravará la preocupación del viejo continente. Con una posición geoestratégica al lindar con Europa, Turquía juega un papel trascendental en el control de las corrientes de migrantes hacia el bloque regional para garantizar la seguridad y el orden social allí. En tanto, las relaciones entre Ankara y Moscú han progresado luego de la compra turca del sistema antimisil S-400 de Rusia. Esta acción inquieta a la Unión Europea en un contexto en el que esta agrupación enfrenta numerosos problemas críticos aún por resolver.

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