(VOVworld) – Justamente a un año de los atentados en Bélgica que dejaron un saldo de 32 muertos y cientos de heridos, este 22 de marzo el mundo se estremeció ante el ataque contra la sede del Parlamento británico en el pleno corazón de Londres. Se trata del peor acto de ese tipo en el Reino Unido desde el perpetrado con bombas el 7 de julio de 2005 en el sistema de transporte público de ese país, el cual cobró la vida de cerca de 60 personas. Al parecer, el Reino Unido se ha convertido en el nuevo blanco del terrorismo en Europa.

Policías londinenses aumentan vigilancia en los alrededores de la sede del Parlamento después del ataque terrorista del 22 de marzo (Foto: AFP/ VNA)

Las víctimas del atentado de este miércoles en Londres se aproximaron a 50, de ellas, al menos 5 mortales. La forma con la que se realizó el acto recuerda la de los ataques en Niza (Francia) y en Berlín (Alemania) en julio y diciembre de 2016, respectivamente.

En una declaración, la primera ministra Theresa May lo consideró una acción intencional y llamó a la unidad de todo el pueblo.

Del riesgo a la realidad

Antes del suceso de este 22 de marzo, analistas advirtieron en varias ocasiones que los yihadistas del autoproclamado Estado Islámico y los llamados “lobos solitarios” que permanecían refugiados en el Reino Unido podrían perpetrar ataques en esta nación como venganza por el apoyo de Londres a las operaciones aéreas en la ciudad de Mosul, Iraq. El experto en terrorismo Richard English, profesor de las universidades de Belfast Queen y Saint Andrews, alertó de una posible arremetida de gran escala contra el Reino Unido, y el problema era cuando sucedería. Incluso, más recientemente, en febrero de 2017, Max Hill, especialista en Derecho del Reino Unido, opinó que organizaciones terroristas islámicas ya han puesto su mirada en una serie de ciudades británicas y que las víctimas serán civiles, sin importar su raza ni el color de su piel.

Agentes de seguridad y de socorro desplazando a las víctimas al hospital  (Foto: AFP/ VNA)

En un discurso pronunciado el 26 de febrero en el canal ITV, la ministra del Interior de ese país, Amber Rudd, coincidió con la estimación de Hill sobre la amenaza terrorista que enfrenta el Reino Unido. También afirmó que garantizar la seguridad nacional es el trabajo más importante, de lo cual debe ocuparse un titular del Interior. Además de las advertencias de los expertos y políticos, el propio Estado Islámico mostró claramente su intención al difundir a principio de 2016 una cinta de vídeo con la amenaza dirigida a ese país europeo.

En realidad, la policía británica descubrió dispositivos dudosos y detuvo a personas sospechosas de perpetrar actos terroristas a finales de ese año. Aunque lograron resolverlos a tiempo, los hechos muestran el surgimiento de los “lobos solitarios” en el seno del Reino Unido. En apenas cuatro años, las unidades de seguridad han neutralizado 13 complots terroristas contra el país.

Reacción del gobierno

Frente a los actos terroristas, el Reino Unido ha realizado reformas notables. Desde agosto de 2014, la entonces ministra del Interior, Theresa May, ahora jefa del gobierno, puso a las fuerzas policiales en estado de disposición. Se ha reforzado la seguridad en las calles y estaciones de metro, mientras los patrullajes policiales aumentan, sobre todo en las líneas más concurridas de Londres. En los últimos dos años, el Reino Unido mantiene en la segunda categoría (grave) la alerta de seguridad. Mientras, se amplió el cuerpo antiterrorista con la decisión de la Agencia de Inteligencia (MI6) de reclutar unos mil agentes para los próximos cinco años. En tanto, otros mil serán seleccionados por la Agencia de Seguridad (MI5) y el mando de Información del gobierno (GCHQ, por sus siglas en inglés). El jefe del MI6, Alex Younger, reveló que Londres decidió desembolsar unos 2 mil 500 millones de libras esterlinas para los organismos de inteligencia y seguridad, a fin de garantizarles suficientes recursos destinados al impedimiento y a la  neutralización de todas las maniobras terroristas.

La primera ministra Theresa May condena el atentado del 22 de marzo, en el Palacio de Westminster (Foto: AFP/ VNA)

El Reino Unido también fortalece la cooperación internacional en la ardua batalla contra el terrorismo. En su visita oficial a París el 28 de julio de 2016, el ministro de Relaciones Exteriores británico, Boris Johnson, acordó con su homólogo francés, Jean Marc Ayrault, un proyecto de trabajo conjunto en este campo. Johnson aseguró que su país acompañará siempre a Francia en la lucha antiterrorista. Por otra parte, Londres ratificó su compromiso en ese tema con muchos otros Estados.

Esto es lo que se hacía antes del atentado del 22 de marzo. Seguramente, tras este hecho, deberán realizarse acciones más contundentes para garantizar la seguridad. Lo ocurrido en Londres, pese a las advertencias y previsiones, evidencia lo duro del combate contra el terrorismo en el Reino Unido en particular y en otros países europeos en general.