(VOVworld) – Aunque los resultados oficiales del referéndum sobre el borrador de la nueva Constitución de Tailandia sólo serán publicados el próximo 10 de agosto, hasta la fecha, más del 94 por ciento de los votos escrutados demuestran que los tailandeses aprueban el documento. Este resultado manifiesta un afán de sistema político y económico estable en el país de pagodas doradas sobre.
El primer ministro de Tailandia, Prayuth Chan-ocha con su voto en la mano
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El referendo del pasado 7 de agosto fue la primera participación de los tailandeses a un plebiscito después de que el actual primer ministro Prayut Chan-ocha, anteriormente Comandante del Ejército terrestre nacional, derrocara al gobierno electo de Yingluck Shinawatra en 2014. La nación está divida tras haber sufrido una década de inestabilidad política, la cual ha afectado en gran medida al crecimiento económico y el progreso democrático. También se ha cobrado numerosas vidas durante las manifestaciones en las calles del país.
El escrutinio preliminar de los votos demuestra que más de 60 por ciento de los electores respalda el borrador de la nueva Constitución, mientras 30 por ciento de ellos está en contra. Lo más notable es que este documento recibe apoyo en todas las zonas, excepto el Noreste, donde la mayoría del electorado refuta los proyectos elaborados por el régimen militar. Particularmente en Bangkok, la tasa de acuerdo llega hasta 70 por ciento.
¿Por qué electores tailandeses están de acuerdo?
El referéndum del pasado domingo es una prueba de confianza en el gobierno del premier Chan-ocha, quien lideró el país después del golpe de estado en 2014. El nuevo régimen no sólo ha traído la estabilidad y puesto fin a continuos disturbios y divisiones políticas que afectó a Tailandia durante varios años.
Por esta crisis política, concretamente, el turismo, las exportaciones y las inversiones estuvieron paralizados. Sin embargo, en el primer trimestre del 2016, el crecimiento del Producto Interno Bruto de la nación alcanzó 3,2 por ciento, su nivel más alto en los últimos tres años. Se trata de un esfuerzo considerable de las autoridades militares, gracias a la aplicación de 10 métodos para incentivar la economía. Este logro también trae confianza para los pobladores tailandeses en el desarrollo económico, en un contexto de estabilidad política.
El apoyo de los ciudadanos al gobierno militar se debe a que consideran que la nueva Constitución sanará las cicatrices de las divisiones sufridas durante una década. Según varios expertos, este respaldo demuestra un cansancio con los trastornos políticos después del golpe de estado contra el entonces premier Thaskin Shinawatra en 2006. La mayoría de los tailandeses desea que el ejército tome papeles protagónicos en la formación de un gobierno capaz de garantizar el desarrollo del país.
De acuerdo con Parinya Thewanarumitkul, profesor de la Universidad de Thammasat, el resultado preliminar del plebiscito manifiesta la preocupación de los pobladores frente a disturbios como los que precedieron el golpe de estado de 2014. Por su parte, el analista Sukhum Nuansakul, exrector de la Universidad de Ramkhamhaeng, opinó que los votos señalan una aceptación al gobierno militar, entregándole el derecho de formar un nuevo gabinete. Lo más importante es que los electores no confían más en los políticos que apreciaban antes.
Con todo, según los rechazadores, el resultado del plebiscito no es correcto porque el gobierno de Prayuth Chan-ocha prohibió previamente los debates públicos sobre el borrador de Constitución. Las personas que critican este documento pueden ser sancionadas con hasta 10 años de cárcel. Las medidas de restricción desfavorecieron el conocimiento sobre los contenidos injustos del borrador, e hicieron que los electores se apresuraron.
Respuesta con cautela de los partidos políticos
Los dirigentes del partido Pheu Thai, fuerza que apoya el exprimer ministro Thaksin Shinawatra, aceptaron el resultado del referendo, revelando a la vez que continuarán luchando por la democracia en cualquier circunstancia. Sin embargo, recalcaron que la baja tasa de electores participantes en el plebiscito demuestra claramente la actitud de los habitantes. En la realidad, sólo unos 55 por ciento de los 50,5 millones de electores asistieron al evento, lo cual es más bajo que los 57 por ciento acreditados en el referendo del 2007. La exprimer ministra, Yingluck Shinawatra, consideró que se trata de un retroceso para el país, ya que es un borrador de Constitución no democrática.
Por su parte, el también expremier Abhisit Veijajiva, presidente del Partido Democrático, votó a favor en el plebiscito, exhortando a otros partidos políticos a hacer lo mismo. Enfatizó que el mayor interés de Tailandia es la materialización del plan encaminado a las elecciones generales en 2017.
Mientras, el gobierno de Chan-ocha ratificó que los comicios serán organizados en 2017, conforme al plan trazado, de cualquier forma, si los electores aceptan o no el borrador. Según el vicepremier y ministro de Defensa, general Prawit Wongsuwon, los militares del país no desean crear un partido político y él mismo no se presentará como candidato al puesto de jefe del nuevo gobierno. Al actual régimen militar todavía le queda mucho por hacer, incluida la preparación para las elecciones; los políticos podrán empezar sus campañas electorales una vez entren en vigor las leyes adecuadas.
Tailandia ha observado varios golpes de estado desde que un gobierno tirano fue reemplazado por una monarquía constitucional en 1932. El borrador de la Constitución, una vez aprobado por sus habitantes, se convertirá en la vigésima edición de Constitución tailandesa, manifestando una esperanza de estabilidad por parte de los ciudadanos.