Quedan grandes obstáculos en búsqueda de paz decisiva para Yemen

Anh Huyen
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(VOVworld) – La nueva ronda de negociaciones de paz en Yemen, bajo el auspicio de las Naciones Unidas, enfrenta de nuevo riesgo de estancar. Los hutíes, un grupo insurgente zaidí chiíta, rechazaron recientemente las propuestas de la ONU sobre un plan de pacificación, y exigen la creación de un gobierno de unidad nacional. Además, la agravación de tensiones hace disminuir la esperanza de que finalice el conflicto.
(VOVworld) – La nueva ronda de negociaciones de paz en Yemen, bajo el auspicio de las Naciones Unidas, enfrenta de nuevo riesgo de estancar. Los hutíes, un grupo insurgente zaidí chiíta, rechazaron recientemente las propuestas de la ONU sobre un plan de pacificación, y exigen la creación de un gobierno de unidad nacional. Además, la agravación de tensiones hace disminuir la esperanza de que finalice el conflicto.

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Yemen está viviendo una extensa crisis

La crisis en Yemen puede considerarse como una guerra civil abierta. Tiene alta posibilidad de prolongarse, porque todos los intentos de conversación por la paz han fallido, a pesar de que el mediador sea la Liga Árabe o la ONU. La nación del Oriente Medio cayó en desorden después del golpe de estado contra el entonces presidente Ali Abdullah Saleh, en 2012. El conflicto ha cobrado seis mil 400 vidas, y obligó a unos dos millones 800 mil personas a dejar su hogar. Más de 80% de los yemenitas necesitan urgentemente ayudas humanitarias.

Negociaciones en punto muerto, por falta de voz común

La delegación del gobierno que participaba en las negociaciones de paz, en Kuwait, facilitadas por la ONU, decidió irse después del rechazo por parte de las fuerzas hutíes, de un plan de paz propuesto por esta última. El borrador del acuerdo, emitido después de las reuniones de los últimos meses en Kuwait, solicita a los insurgentes hutíes que abandonen Saná. La capital está ocupada por ellas desde septiembre del 2014, y se les pidió que entreguen sus armas en un límite de 45 días. Este plan, elaborado por el Enviado Especial de la ONU para Yemen, Ismail Ould Cheikh Ahmed, tiene como objetivo renovar el proceso de pacificación en esta nación. Según un proyecto anterior, el mismo diplomático propuso la creación de un gobierno de unidad nacional, incluyendo miembros de la guerrilla, pero el gabinete del presidente Abd-Rabbu Manssur Hadi no estuvo de acuerdo. En cuanto al nuevo plan, lo anularon los hutíes, reafirmando que para alcanzar una paz decisiva, se necesita un poder ejecutivo con nuevo mandatario y otros ministros.

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Las negociaciones de paz en Kuwait no dieron resultados positivos para el proceso de pacificación en Yemen

En el pasado, en varias ocasiones las conversaciones por la paz en Yemen, auspiciadas por la ONU, estancaron por falta de unanimidad respecto al tema. Mientras los hutíes insisten en la formación de un nuevo gobierno de unidad nacional, el actual exhorta la aplicación de la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que abarca la petición a los insurgentes y sus aliados de retirarse de las zonas ocupadas desde 2014, incluida la capital, y entregar armas pesadas.

Los conflictos se agravaron aún más cuando los hutíes y su aliado el Partido Congreso General de Pueblo, del expresidente Ali Abdullah Saleh, anunciaron la formación de un Consejo Político Extremo conjunto, con el fin de gobernar el país. Saná considera que el acto es un nuevo golpe de estado, y afirma que no dialogará con los rebeldes de cualquier manera. Mientras, las tensiones entre soldados gubernamentales e insurgentes, en la zona fronteriza, siguen teniendo lugar, con costos de vida.

Conflicto entre corrientes religiosas

La complejidad de la crisis yemení proviene de divergencias religiosas. Tanto en esta nación como en el resto de Medio Oriente, los conflictos entre las sectas musulmanas sunita y chiita siguen ocurriendo, debido a discrepancias respecto a las palabras de Mahoma. La situación se complicó aún más en 2009, cuando Yemen se convirtió en una fortaleza del grupo terrorista Al-Qaeda, cuya ideología es principalmente de carácter sunita, mientras los hutíes son fieles al chiismo. Por lo tanto, estos últimos luchan contra Al-Qaeda, y Yemen se ha convertido en terreno de batalla entre las fuerzas militares gubernamentales y dichos grupos.

Destacándose como una de las milicias más poderosas de Yemen, los hutíes no cesan de enfrentar al ejército nacional desde 2009 en la región norte. En 2011, el presidente Ali Abdullah Saleh fue derrocado y Abd-Rabbu Manssur Hadi ascendió al cargo de dirigente del país, reconocido por la comunidad internacional. En enero del 2015, los rebeldes obligaron a Hadi a renunciar, por lo cual tuvo que fugar a Arabia Saudita. El 25 de marzo, una coalición de diez estados del Golfo y del mundo árabe ejerció varios bombardeos para frenar el paso de los hutíes hacia el sur del país. Desde entonces, Yemen cayó en una espiral de violencia y de división.

Pese a los esfuerzos de la comunidad internacional, liderada por la ONU, las partes involucradas en Yemen aún no han encontrado una voz común respecto a los integrantes del próximo gobierno de transición. La paz y estabilidad en esta nación de Oriente Medio no se ha establecido, lo cual significa que las tensiones en la región no se aliviarán en un tiempo cercano.

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