El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (d) y su homólogo ruso, Vladimir Putin. (Foto: AFP/VNA)
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Uno de los últimos acontecimientos más destacados es el hecho de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó el 4 de mayo su deseo de organizar un encuentro con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en una gira europea programada para junio de este año. En particular, esta es la segunda vez consecutiva en un mes que el inquilino de la Casa Blanca hace tal declaración. Anteriormente, en abril, también formuló votos por una reunión con el jefe del Kremlin en un tercer país para debatir las tensiones relacionadas con Rusia.
Aunque Moscú aún no ha confirmado su participación en el posible encuentro, el asesor del presidente ruso, Yury Ushakov, anunció que el plan de organización del mismo estaba en marcha.
Según analistas, esas son señales realmente positivas en el contexto de la escalada de tensiones entre Rusia y los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), relacionadas con diversos asuntos.
Crecientes tensiones
Apenas unos días antes del anuncio de Biden sobre la posible reunión con Putin, Rusia y la Unión Europea (UE), un aliado de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, tomaron repetidamente medidas de represalia entre sí.
El pasado 30 de abril, poco después de que Moscú anunciara la prohibición de entrada para ocho funcionarios de la UE, incluidos el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourova, el bloque comunitario convocó al embajador ruso ante esta organización para expresar su oposición a ello.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, condenaron la decisión rusa y confirmaron que responderían con medidas adecuadas.
A este respecto, el Gobierno ruso declaró que su decisión fue en respuesta a la prohibición de entrada y congelación de activos impuestos en marzo por el Consejo Europeo contra funcionarios rusos por cargos relacionados con el arresto del líder opositor ruso, Alexei Navalny.
Seguido de las sanciones impuestas por la UE, varios de sus Estados miembros, encabezados por la República Checa, aplicaron medidas contra el país euroasiático, incluida la expulsión de muchos de sus diplomáticos.
La situación entre Rusia y la UE es tan tensa que muchos analistas evaluaron que los vínculos bilaterales están en el nivel más bajo desde la Guerra Fría.
Además de las restricciones aplicadas por la UE, Moscú tiene que lidiar con la presión por parte de Estados Unidos. El pasado 15 de abril, Washington anunció más sanciones contra Rusia, incluidas la expulsión de sus 10 diplomáticos y la congelación de activos para unas 40 personas y entidades rusas. En ese momento, el Kremlin respondió con la expulsión de 10 diplomáticos estadounidenses de Rusia.
Con las crecientes tensiones, analistas consideraron “poco factible” la mejora de los nexos binacionales a corto plazo.
Perspectivas sobre cooperación y diálogo
Entre las evoluciones registradas en las relaciones entre Rusia y Occidente durante el último tiempo, la opinión pública estaba especialmente interesada en las acciones de Estados Unidos.
Según analistas, Washington quiere transmitir a Moscú el mensaje de que está listo tanto para dialogar como para actuar con dureza en el caso necesario. Dijeron que la política estadounidense con Rusia bajo la presidencia de Joe Biden ha cambiado claramente y es considerada más dura que la de su predecesor Donald Trump. Se espera que esta tendencia obstaculice la capacidad de mejorar rápidamente los vínculos binacionales, señalaron.
Sin embargo, expertos dijeron que en las relaciones ruso-occidentales todavía hay oportunidades de que mejoren. Porque, indicaron, la realidad de lo que ha sucedido a lo largo de los años ha demostrado que Occidente necesita el papel de Rusia para resolver muchos temas candentes internacionales, incluidos el problema nuclear de Irán, la situación de Oriente Medio, las tensiones en Ucrania y los espacios postsoviéticos.
Además, en la actual crisis, Moscú siempre muestra su buena voluntad para la cooperación y el diálogo. Esto explica por qué dentro del propio Occidente siempre existen opiniones que apoyan la tendencia de cooperación con Rusia, en lugar de confrontación.
En el futuro inmediato, la voluntad del presidente de Estados Unidos de dialogar con su homólogo ruso es considerada una señal positiva para aliviar la actual escalada de tensiones, sin importar el contenido y los resultados del encuentro.