El presidente estadounidense, Donald Trump (d) en la reunión con su par norcoreano, en junio de 2018 en Singapur (Foto: AFP/VNA)

Desde la primera cumbre Trump-Kim el pasado 12 de junio en Singapur, la comunidad internacional esperaba con ansiedad el segundo encuentro, que se hizo oficial cuando el mandatario norteamericano lo anunció en su discurso del Estado de la Unión el pasado 5 de febrero, en el cual detalló la fecha y el país donde tendría lugar tan importante evento político. Según lo programado, los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte se reunirá en Hanói, Vietnam, en los días 27 y 28 del corriente mes.

Gran significado del acontecimiento

La primera cumbre dio resultados bastantes positivos, con la firma de una declaración conjunta a través de la cual Washington dio garantías de seguridad a Pyongyang a cambio de que este avanzara hacia la completa desnuclearización de su territorio. Sin embargo, desde esa reunión, el proceso de negociación ha estado estancado porque las dos partes no acaban de ponerse de acuerdo sobre cómo interpretar el concepto de “desnuclearización”.

La segunda cumbre, ocho meses después, será una buena oportunidad para establecer pasos concretos y verificables en esa materia. El 31 de enero pasado, el Gobierno estadounidense expuso sus expectativas para la venidera cita, incluida una lista completa del arsenal nuclear de Corea del Norte. En cambio, Washington está listo a declarar el fin de la guerra de Corea, reanudar las relaciones diplomáticas y ayudar el desarrollo económico norcoreano.

Entretanto, políticos de varios países destacaron la importancia de la segunda cumbre Trump-Kim. El presidente surcoreano, Moon Jae-in, valoró que la reunión será un hito decisivo para el proceso de paz y la desnuclearización en la península coreana, así como contribuirá a promover los principios acordados a un nivel más específico y práctico y establecer nuevos nexos entre Estados Unidos y Corea del Norte. Por su parte, el ministro de Defensa de Japón, Takeshi Iwaya, dijo que su país espera resultados más concretos en la segunda cita. China también expresó su respaldo y le deseó resultados positivos. 

Para los observadores internacionales, con dos días de trabajo, uno más que en la primera, la segunda cita entre los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte sería propicia para un anuncio oficial del fin de la guerra de Corea.

Foto de ilustración (Fuente: vtv.vn)

Preparativos activos

Entendiendo la importancia del evento, tanto Washington como Pyongyang se han esforzado para llegar a un consenso sobre los contenidos a debatir, incluida la creación de un Grupo Especial encargado de los preparativos de la segunda cumbre. Distintas reuniones a nivel de expertos han sido llevadas a cabo a fin de zanjar diferencias. La de esta semana se concentra en aclarar el proceso de desnuclearización de Corea del Norte y los pasos correspondientes de Estados Unidos, incluida la reducción de las sanciones, una condición que Pyongyang ha reclamado insistentemente en los últimos tiempos. En esos días los medios de comunicación norcoreanos también urgieron a la Casa Blanca a adoptar medidas equivalentes a las de su país con el propósito de lograr un “gran acuerdo” en la próxima reunión.

Washington y Seúl tienen programado realizar el próximo 17 de febrero otra ronda de conversaciones entre sus funcionarios encargados de los asuntos de un paìs en el otro para elaborar un borrador de los temas a debatir en la segunda cumbre, que abordará también la posición de Estados Unidos sobre la desnuclearización de la península coreana.

Las relaciones entre Washington y Pyongyang han experimentado cambios positivos desde el período de preparación de su primera cumbre hasta el momento, aunque todavía quedan tensiones. La comunidad internacional espera que el segundo encuentro, en Vietnam, no solo imprima un nuevo impulso a sus nexos, sino también ayude a establecer un mecanismo de paz permanente en la península coreana.