(VOVworld) – Pese a la crítica de la comunidad internacional, en abril, la República Popular Democrática de Corea continuó realizando pruebas nucleares. Su acción ha intensificado la situación en la península coreana, lo que significa la imposibilidad de reanudar las negociaciones acerca del tema nuclear en esa área.
El primero de abril, la República Popular Democrática de Corea lanzó un misil de corto alcance hacia el mar en el sur de ese país. Esta acción se produjo pocas horas después de que los dirigentes de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón se comprometieran a estrechar la coordinación para impedir el desarrollo del programa nuclear por parte de Pyongyang. Dos semanas siguientes, Corea del Norte disparó el misil de Masudan que potencialmente podía golpear Guam y quizás las islas Shemya a las afueras de Alaska. El Ejército surcoreano afirmó que el mencionado ensayo fracasó pero esa era la primera vez que Pyongyang lanzaba un misil balístico móvil de dicho tipo.
Consolidación del potencial nuclear
Misil lanzado desde un submarino de Corea del Norte el 24 de abril de 2016 (Foto: KCNA)
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Luego de los dos lanzamientos, el 24 del corriente mes, Corea del Norte declaró “gran éxito” el tercero llevado a cabo desde un submarino bajo la dirección del presidente Kim Jong-un. El líder norcoreano elogió a los funcionarios y científicos implicados y les exigió impulsar el despliegue del proyecto para consolidar el potencial nuclear y así poder atacar los blancos en Estados Unidos y Corea del Sur en el momento deseado. Ante esta situación, Jeffrey Lewis, Instituto Middlebury de Estudios Internacionales de Monterey en California, Estados Unidos advirtió que si Pyongyang lo logra, esta sería un salto adelante en su ambición de desarrollo de misiles para lanzar desde los submarinos, su última acción para demostrar el potencial militar. En la actualidad, existen muchas preocupaciones por la posibilidad de que Corea del Norte realice otras pruebas nucleares en el futuro cercano en el contexto en que Estados Unidos y Corea del Sur detectaron la semana pasada los movimientos irregulares en la central nuclear de Punggye-ri de Pyongyang. Existen también otras evidencias que afirman el bloqueo de acceso a la base de pruebas atómicas de Punggye-ri en el condado de Kilju, provincia de Hamgyong del Norte. Una acción similar fue tomada cuando la República Popular Democrática de Corea realizaba su cuarto ensayo nuclear a principios de 2016.
En el actual escenario, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama advirtió de graves riesgos que derivan de las continuas pruebas nucleares de Pyongyang. Según el inquilino de la Casa Blanca, aunque fracasó en la mayoría de los ensayos, Corea del Norte ha adquirido nuevos conocimientos y acumulado experiencias prácticas al respecto. De esta manera, Washington y sus aliados necesitan ser conscientes de esta amenaza.
Enfrentamiento en lugar de negociación
Medios de comunicación de Corea del Sur publica noticia sobre una prueba nuclear de Pyongyang (Foto: AP)
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En la última declaración, el canciller norcoreano, Ri Thae Song afirmó el criterio de no congelar las pruebas nucleares aunque Estados Unidos termine sus ejercicios militares anuales con Corea del Sur. Entretanto, analistas evaluaron que los lanzamientos de misiles forman parte de los esfuerzos de Kim Jong-un para reforzar su posición en vísperas del Congreso del Partido de los Trabajadores de Corea a celebrarse en mayo próximo, un evento jamás visto durante los últimos 36 años. Otros opinaron que Kim Jong-un quiere aprovechar este acontecimiento para reafirmar que su país posee armas nucleares y tiene un gran potencial militar.
Las últimas acciones de Pyongyang hacen que Seúl mantenga el nivel de alerta frente a su posible quinto ensayo nuclear. La presidenta surcoreana, Park Geun Hye advirtió que si el país vecino insiste en actos provocadores, sufrirá sanciones más categóricas. En tanto, China desplegó efectivos en la frontera con Corea del Norte mientras Estados Unidos ha reforzado su capacidad defensiva. El presidente norteamericano, Barack Obama reveló que Washington está prestando mayor atención al despliegue de lanzacohetes y el establecimiento de un sistema de escudo antimisil para enfrentar las amenazas norcoreanas aunque reconoce los retos en la búsqueda de una solución eficaz en cuanto al tema. Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Ernest aseveró que el único camino de Pyongyang para reincorporarse a la comunidad internacional es la desnuclearización de la península coreana y el acatamiento de las obligaciones internacionales. En idéntico sentido, Corea del Sur, Estados Unidos y Japón exhortaron a la ONU a aprobar otras sanciones contra Corea del Norte si realiza la quinta prueba nuclear. Las nuevas resoluciones incluyen castigos más severos según los cuales se prohíben a los países exportar crudo a la República Popular Democrática de Corea y se impiden los vuelos norcoreanos por sus respectivos territorios aéreos. En Europa, Francia instó al bloque regional a aprobar medidas adicionales contra Pyongyang.
La península coreana ha estado separada desde la Segunda Guerra Mundial en 1945. Hasta la fecha, ambas partes coreanas se encuentran teóricamente en estado de guerra. En este sentido, los lanzamientos continuos de misiles por parte de Pyongyang en los últimos tiempos no sólo perjudican la paz en esa zona sino también agrava la situación mundial.