(VOVworld) – Los fuertes debates y las acciones amenazantes caracterizaron las relaciones entre países en Noreste de Asia en 2013. Así, la región se convirtió en uno de los lugares con mayor posibilidad del estallido de enfrentamientos en el mundo.
El año 2013 empezó con expectativas de nuevos avances para los vínculos entre los países del Noreste Asiático, pero finalizó con más tensiones entre China, Corea del Sur y Japón por asuntos históricos y disputas territoriales en el Mar Oriental de China.
Aumento de inestabilidad regional
En comparación con la frialdad diplomática entre Corea del Sur y Japón, causada por la visita del ex presidente surcoreano, Lee Myung-bak, al archipiélago en disputa de Dokdo/Takeshima a finales de agosto último, los lazos bilaterales entre Japón y China no se quedan a la zaga. “Aterrizajes” de activistas chinos al disputado archipiélago Diaoyu/Senkaku y el intento japonés de nacionalizar tres de las cinco islas han deteriorado los nexos bilaterales hasta un nivel de difícil de recuperar, a pesar de los esfuerzos de mediación de la comunidad internacional. Desde entonces, frecuentemente barcos y aviones chinos invaden el espacio aéreo y las aguas territoriales de cayos bajo la administración japonesa, provocaron continuos cruces verbales entre funcionarios diplomáticos de las dos naciones.
La nueva zona de identificación de defensa aérea china
Hasta finales del 2013, la situación se ha hecho cada vez más tensa, con la disposición de acometer acciones militares por ambas partes. Respondiendo a la presencia de buques chinos aparentemente de pesca en las aguas territoriales de las islas de Diaoyu/Senkaku, las fuerzas de defensa costera de Japón reforzaron sus efectivos en una permanente vigilia. Además, Tokio dispuso recientemente derribar a cualquier avión extranjero no tripulado que entre en su espacio y no responda a las advertencias, en tanto Beijing había declarado unilateralmente con anterioridad establecer una nueva zona de identificación de defensa aérea en el Mar del Este de China, que incluye también el islote sumergido de Ieodo (o Roca de Suyan, en chino), controlado por Corea del Sur. Estos actos elevan las preocupaciones sobre prolongadas controversias territoriales entre China, Japón y Corea del Sur en los próximos tiempos.
Posibilidad de una carrera armamentista
Se teme que la escalada de tensiones en el Noreste de Asia sea la razón principal para que los Estados de la región fortalezcan sus capacidades militares e inviertan más en la defensa nacional. A mediados de diciembre de 2013, Japón anunció que dedicará hasta 240 mil millones de dólares del presupuesto militar para el próximo quinquenio con la modernización de armamentos y unidades anfibias de reacción rápida. Se trata del primer aumento de los gastos militares de Tokio en los últimos 11 años.
Nuevo aumento militar japonés se destinará a la compra de armas y
el establecimiento de unidades anfibias de reacción rápida
Cabe decir que las disputas territoriales en el Noreste Asiático no es un tema nuevo para los países en la región, sino un problema persistente durante muchos años. Sin embargo, las crecientes tensiones registradas en los últimos tiempos muestran los frenéticos esfuerzos de las partes involucradas en buscar nuevos recursos naturales en las estratégicas islas, además de reafirmar la posición de cada nación.
Paz y cooperación tendencia principal
Aunque las controversias han alcanzado un punto aparentemente incontrolable, la situación en 2013 parecía seguir bajo control, lo que demuestra las profundas aspiraciones de los países de la región de mantener la paz y la estabilidad, mediante la colaboración y el diálogo. Al entrar en 2014, tanto China, Japón, como Corea del Sur, manifiestan cautela en manipular el asunto, evitando dar pasos malos que dañarían la seguridad y el desarrollo común de Asia-Pacífico, especialmente en la circunstancia de abundantes dificultades y desafíos para el crecimiento económico regional y mundial. Esto ha generado una esperanza internacional de que la situación siga bajo control, pese a la previsión de que el 2014 seguirá siendo “un año turbulento” para Noreste de Asia, y observadores internacionales ven con poco optimismo la posibilidad de alcanzar una paz pronta en la zona a través de las conversaciones.