(VOVworld) - 37 años después de la guerra y l7 de la normalización de sus relaciones, Vietnam y Estados Unidos andan por el mismo puente de amistad, en pos de eliminar todos los prejuicios y hostilidades, y cicatrizar las heridas de guerra. Para dar esos largos pasos de avance hubo aportes no pequeños de las mujeres norteamericanas.
Participante del movimiento antibélico cuando era estudiante, y hasta 20ll, senadora del estado de Washington, Keren Lynne Keiser tuvo la oportunidad de pisar la tierra vietnamita para asistir al proceso de reconciliación entre ambas naciones. A través de este viaje con el propósito de estudiar la realidad en Vietnam y realizar actividades humanitarias, Keiser quiso transmitir un mensaje a los electores y pueblo norteamericanos para que presten atención a Vietnam, contribuyan a la reparación de las consecuencias de la guerra e impulsen las relaciones de cooperación entre ambos pueblos. Ella y su esposo, un veterano estadounidense de la guerra en Vietnam, apoyan de todo corazón a este país indochino y los vínculos Vietnam-Estados Unidos mediante las actividades de ayuda. “En l993, antes de que Vietnam y Estados Unidos establecieran relaciones diplomáticas, mi marido hizo una película sobre los ex soldados vietnamitas. Con el tema “Dos décadas de despertar” el filme recibió reacciones positivas del público norteamericano, y ayudó al pueblo y a los veteranos estadounidenses a comprender más a Vietnam, su guerra y las secuelas dejadas al pueblo vietnamita”.
La guerra prolongada en Vietnam preocupó a muchas mujeres estadounidenses
Con el mismo deseo de aportar algo a favor de la reconciliación, impulsar los intercambios e intensificar la comprensión entre ambos pueblos, Cherry Mellor, en su calidad de dirigente de la escuela secundaria George School (estado de Pensyvania, Estados Unidos) vino a Vietnam 6 veces desde la normalización de los vínculos entre los dos países. Con la idea de que el cambio de la conciencia de los dos pueblos debe empezar desde el joven sector, anualmente trae a profesores y alumnos de su colegio al país indochino para mezclarse con la vida del pueblo y participar en trabajos voluntarios en algunos establecimientos humanitarios. Ella expresó: “Quiero ayudar a los alumnos a tener una visión real sobre la guerra en Vietnam, ya que la mayoría de ellos nacieron después de aquella contienda. Considero que esto es útil para ellos en el proceso de estudio. Las actividades voluntarias, caritativas y los trabajos de intereses públicos realizados en esta gira les ayudarán a conocer muchas cosas. Ellos mismos jugarán el rol más grande en el impulso de las relaciones Vietnam-Estados Unidos en los próximos tiempos”.
Su sentimiento hacia Vietnam aumentaba cada día más cuando en 2003 decidió recibir en adopción a un niño abandonado en el centro de protección social y cuidado de los huérfanos y discapacitados de Bac Ninh. Además, anualmente realiza actividades de apoyo humanitario a las localidades pobres y familias en situación difícil en Vietnam.
Quizás en este país indochino la organización “Árbol de paz” sea conocida por muchas personas. Partiendo de la idea de una familia norteamericana cuyo único hijo murió en la cruel guerra en Vietnam, nació “Árbol de paz” y en los últimos l7 años, ese hogar ha convertido el dolor en actos de ayuda al pueblo y los niños vietnamitas para que superen las secuelas de la guerra. Rae Cheney, madre estadounidense, cofundadora de dicha institución compartió su sentimiento: “Quiero que ellos entiendan lo que padezco, porque soy una madre. Comprendo la emoción y el dolor de las madres que perdieron sus hijos, por ello quiero conversar y ser su amiga para decirles que todo será mejor y quiero hacer algo para que esta vida sea más hermosa. Contribuir con mi fuerza a la organización “Árbol de paz Vietnam” ha sido mi elección”.
Rae Cheney abraza a una madre vietnamita, cuyo hijo consagró la vida
a defensar la patria
Aunque tiene 90 años de edad, es incansable en sentimiento y esfuerzo, Rae Cheney todavía participa junto con su hija y los amigos vietnamitas y norteamericanos, en especial los niños, en la cicatrización de las heridas de guerra para devolverles tranquilidad a sus vidas. Más de 50 mil bombas y minas desactivadas, cientos de casas, escuelas preescolares y bibliotecas construidas, cerca de mil víctimas de bombas y minas que recibieron ayuda, unos cien mil árboles cultivados en las tierras libres de materiales explosivos fueron resultados de las actividades efectuadas por “Árbol de paz” en los l7 años pasados.
Los sentimientos de las norteamericanas se han consolidado y están entendiendo la amistad entre los pueblos de Vietnam y Estados Unidos como un símbolo que debe ser multiplicado cuando en el mundo existen zonas llenas de violencia y guerra./.