 Muchos países del mundo han reconocido la economía de mercado de Vietnam. (Foto de ilustración: VOV) |
Para las fuerzas poco amigables de Vietnam, la economía de mercado y el socialismo son factores opuestos y mutuamente excluyentes, por lo que su asociación es imposible. La consideran una idea idealista y carente de base científica, basándose en la teoría de que la economía de mercado es un producto del capitalismo, irreconciliable con los objetivos del socialismo. Partiendo de esta conceptualización, estimaron que Vietnam debe transformarse en una economía de mercado y tomar el camino del capitalismo.
No obstante, según expertos, esta lógica es infundada y subjetiva. En primer lugar, el origen y la naturaleza de la economía de mercado es la mercantil. Los conceptos de esta (en torno a los valores, precios, mercancías y moneda), y sus reglas (relativas al valor, la competencia y la relación oferta-demanda) son los mismos de la economía de mercado. Indicaron que estos conceptos y reglas nacieron antes del capitalismo y han sido utilizados en función del desarrollo de la economía capitalista. Hoy en día, la economía de mercado de los países capitalistas desarrollados en el mundo se rige bajo el control del Estado y está regulada por manos tanto visibles como invisibles. Existen varios modelos de economía de este tipo en correspondencia con los distintos niveles de intervención estatal.
 Una vista de Ciudad Ho Chi Minh, la locomotora económica de Vietnam. (Foto: VNA) |
En segundo lugar, la economía de mercado es un producto de la civilización de la humanidad, no del capitalismo. Este ha utilizado la economía de mercado para la persistencia, el movimiento y el desarrollo de su propio sistema. Hasta la fecha, en el mundo aparecen diversos modelos de economía de mercado, como el liberal en Estados Unidos, el social en Alemania y el inclusivo en Suecia. En cuanto a Vietnam, el modelo que está aplicando es una economía de mercado en transición al socialismo. Se trata de una combinación armoniosa entre factores de la economía mercantil y del capitalismo para construir infraestructuras para el socialismo.
Tercero, en la economía de mercado bajo la gestión estatal, incluso en los países desarrollados, el Estado crea el marco legal para la competencia, protegiendo y promoviendo las actividades legítimas e impidiendo y frenando el monopolio y las competencias insanas, además de regular y abordar las fallas del mercado. Se puede decir que, en todas las economías de mercado, los Estados rigen sus movimientos, respetando y favoreciendo las operaciones económicas y, a la vez, limitando y reparando los impactos negativos causados por el mismo modelo. Eso garantiza un ambiente estable para el desarrollo económico y el cumplimiento de los objetivos sociales, en bien de la igualdad social y el bienestar de la población.
El cuarto punto, que es el más importante, es que en el proceso renovador de Vietnam, su modelo económico propio reúne, en lo fundamental, todos los elementos de la economía de mercado moderna según las pautas internacionales, a saber, la diversificación de las formas de posesión y sectores económicos, la libre producción, comercio y circulación de los bienes no prohibidos, así como la competencia equitativa, un sistema de mercado que se desarrolla cada vez con mayor sincronismo y una gestión estatal renovada basada en leyes, políticas y planes y en la no injerencia en las actividades de producción y comercio de los sujetos económicos. También avanza hacia la estabilidad macroeconómica y la reparación de las fallas de la economía de mercado.
Tras 35 años de la aplicación del Doi Moi (Renovación), Vietnam ha alcanzado logros importantes e integrales en todas las esferas, especialmente en el ámbito económico, lo que contribuye a la solidificada posición y el elevado prestigio de los que hoy goza este país en el plano mundial.
Así, con una visión integral, sistemática, objetiva, científica y práctica a lo largo de los 35 años de la implementación de la política de renovación, la economía de mercado con orientación socialista de Vietnam se reafirma como una economía moderna e integracionista, la cual funciona con plenitud y homogeneidad según las reglas del mercado y bajo la gestión del Estado de derecho socialista y el liderazgo del Partido Comunista, a fin de asegurar que avance en el correcto camino hacia las metas de “pueblo próspero y país poderoso, democrático, justo y moderno”. Desde luego, los argumentos en contra de este modelo no podrán eclipsar los logros de la economía de mercado propio de Vietnam, y mucho menos desviar el camino que eligieron su Partido y pueblo: el socialismo.