Las tensiones entre Israel y la ONU aumentaron cuando el 11 de octubre la fuerza de paz de la ONU en el Líbano (FPNUL) afirmó que el ejército israelí había llevado a cabo una serie de ataques contra sus instalaciones en el sur del Líbano, destruyendo una torre de vigilancia, varios equipos de comunicaciones y de iluminación, además de herir a varios miembros del personal de la FPNUL.
Acción peligrosa
Dicho ataque marca una nueva y peligrosa escalada del conflicto, que cada vez da más señales de extenderse en el Líbano. Según la ONU, la fuerza de mantenimiento de la paz de la organización en el sur del Líbano se ha visto afectada por asaltos 20 veces desde que Israel anunció el lanzamiento de una campaña ofensiva terrestre limitada contra objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano a finales de septiembre.
En particular, 5 empleados de esta fuerza resultaron heridos y la puerta de una base de la FPNUL fue derribada por un tanque israelí, acción que la parte de la ONU tildó de intencionada.
Andrea Tenenti, portavoz de la FPNUL, declaró: “Sé que la parte israelí está investigando lo sucedido, pero creo que lo que está claro es que una vez bombardearon la torre de vigilancia dentro de nuestro cuartel general, o las cámaras, el equipo de comunicación y la iluminación en las posiciones de la FPNUL, o acercaron drones a las fortificaciones. Eso es muy preocupante porque lo consideramos un ataque deliberado contra nuestras fuerzas”.
Al explicar las medidas que causaron tensión con la ONU, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que las críticas al ejército del país eran inexactas porque había pedido en repetidas ocasiones a la FPNUL retirarse del sur del Líbano, especialmente en lugares alrededor de la Línea Verde, la frontera que divide el Líbano con el norte de Israel y los Altos del Golán, para evitar que la FPNUL se convierta en un “escudo humano” para las fuerzas de Hezbolá. Sin embargo, esta explicación no cuenta con el apoyo de la comunidad internacional. La mayoría de los países y organizaciones han emitido declaraciones considerando que los ataques del ejército israelí contra la FPNUL son “inaceptables” y deben cesar de inmediato. En una declaración publicada el 14 de octubre, los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, incluidos los aliados de Israel, pidieron a todas las partes que respeten la seguridad del personal y las instalaciones de la FPNUL. La declaración del Consejo de Seguridad afirmó que las fuerzas de mantenimiento de la paz y las instalaciones de las Naciones Unidas nunca han sido objetivo de un ataque, y reafirmó el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU a la FPNUL y la importancia de esta fuerza para la estabilidad en la región.
El vicesecretario general de la ONU a cargo de las fuerzas de paz, Jean-Pierre Lacroix, también afirmó que la FPNUL no se retirará de ninguna posición alrededor de la Línea Verde, a pesar de las demandas de Israel.
“Las fuerzas de mantenimiento de la paz permanecen en todas las posiciones. Esta es una decisión que hemos tomado después de considerar todos los factores, incluida la seguridad de nuestras fuerzas de paz, así como nuestras responsabilidades en esta misión y con las personas”, dijo Jean-Pierre Lacroix.
Israel enfrenta una ola de críticas
Entre los países y organizaciones internacionales que protestaron por las acciones de Tel Aviv contra la FPNUL, los países de la Unión Europea (UE) reaccionaron con mayor ferocidad. En una serie de declaraciones conjuntas emitidas estos últimos días, los dirigentes de Francia, Italia, Alemania y España criticaron duramente la actuación del ejército israelí. Todos estos son países con soldados que participan en la FPNUL y son los más firmes partidarios de la implementación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU en 2006 para preservar la paz en la frontera entre Israel y el Líbano.
En este sentido, los observadores creen que la UE puede considerar el ataque a la FPNUL como una provocación diplomática, lo que conducirá a una reacción más fuerte de los países europeos hacia Israel.
El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió el 12 de octubre que su país “no toleraría” una repetición del ataque a la FPNUL, mientras que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pidió a toda la UE que reconociera al Estado palestino y suspendiera el Acuerdo de Libre Comercio con Israel.
El dirigente de España enfatizó lo siguiente: “Creo que la Comisión Europea y los gobiernos de todos los países europeos deben responder de una vez por todos a la repetición formal que hicimos dos países europeos, España e Irlanda, hace ya nueve meses y suspender el acuerdo de asociación con el gobierno de Israel”.
Por parte de la Comisión Europea, en una declaración publicada el 14 de octubre, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, afirmó que los 27 estados miembros del bloque continental están unidos para pedir a Israel que detenga todas las acciones que pongan en peligro a las fuerzas de paz de la ONU.
Al igual que la UE, muchos otros países también solicitan al ejército israelí que detenga todas las acciones que ataquen a la FPNUL, por cualquier motivo.
Según el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, estas acciones no sólo causan peligro sobre el terreno, sino que también dañan la reputación de la ONU y del Consejo de Seguridad, cuando la mayor organización multilateral del planeta no puede garantizar exclusivamente la seguridad de sus propios empleados. Por ello, Erdogan pidió a la comunidad internacional, especialmente a los aliados occidentales de Israel, que ejerzan una mayor presión sobre esa nación hebrea, tanto diplomática como militarmente, para poner fin a la actual escalada en el Líbano.
Sin embargo, estos llamamientos corren el riesgo de estancarse cuando, en su última declaración del 15 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que el ejército del país continuará con todas las operaciones contra Hezbolá en el Líbano, mientras sigue advirtiendo a la FPNUL que se mantenga alejada de las zonas de combate, lo que genera preocupaciones sobre nuevos incidentes entre las fuerzas de seguridad de la ONU.