El sistema de misiles antiaéreos estadounidense Patriot desplegado en Polonia (Foto: AFP)
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El Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto firmado en 1987 prohibió a las partes poseer misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales, cuya distancia de alcance estuviera entre 500 y 5.500 kilómetros debido a la desconfianza y preocupación de usarlos para atacarse entre sí. Estos tipos de armas tienen tiempos de vuelo muy cortos, por lo que se consideraron una herramienta de control de otras armas nucleares con el fin de prevenir una carrera armamentista durante la Guerra Fría.
El nacimiento del citado pacto junto al Tratado sobre Misiles Antibalísticos, al de Reducción de Armas Estratégicas (START 1) firmado en 1991 entre Estados Unidos y la Unión Soviética, junto a los acuerdos posteriores entre Washington y Moscú START 2 y START 3, ratificados respectivamente en 1993 y 2010, contribuyó en parte a impedir un enfrentamiento nuclear entre las dos potencias en Europa, creando una relativa estabilidad para ese continente durante los últimos 30 años y abriendo la esperanza de un mundo libre de armas nucleares.
Intenciones de Washington
De hecho, las intenciones de la Casa Blanca de salirse de la INF no son inesperadas porque hubo rumores de su colapso en la última década. La razón oficial dada por Estados Unidos fue que Rusia violó severamente los términos del tratado, una excusa que el Gobierno del ex presidente Barack Obama usó en varias ocasiones.
Sin embargo, según los especialistas, la decisión de Trump está arraigada en su actitud de desaprobar los acuerdos internacionales.
Observaron que, si realmente se retira, Washington puede desplegar una versión modificada del misil de crucero Tomahawk para lanzar desde tierra. Anteriormente, había estado armado con ojivas convencionales a bordo de barcos y submarinos, y ahora podría equiparse con cabezas nucleares.
Otro factor a considerar es China, país que ha tratado de modernizar su Ejército con grandes inversiones destinadas al desarrollo de nuevas armas, especialmente misiles. Funcionarios militares de alto rango de Estados Unidos dijeron que si Beijing quiere formar parte del tratado, no podrá hacerlo ya que alrededor del 95 por ciento de sus misiles balísticos y de crucero violan el acuerdo. Informaron también que algunos cohetes chinos tienen un alcance de hasta 15.000 kilómetros, lo que significa que es posible cubrir todo el territorio estadounidense.
Según el senador republicano Tom Cotton, China es una de las razones por la que la Administración estadounidense decidió abandonar el INF con Rusia. Incluso, el mandatario Donald Trump reconoció el 20 de octubre que su decisión también se deriva de la necesidad de responder al arsenal nuclear de Beijing.
Posiblemente, la declaración del inquilino de la Casa Blanca será un “movimiento” para que Washington obligue a Moscú a comprometerse firmemente a no violar el Tratado antes de su cumbre con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
¿Cuál es el siguiente paso?
No importa cuál es la intención verdadera de Estados Unidos después de su anuncio de retirarse del pacto, la opinión pública internacional sigue mostrando la preocupación profunda por este nuevo movimiento de Washington, deseando que las dos partes realicen un diálogo constructivo para mantener el documento.
Otro problema que se plantea es que el pais norteamericano sigue sin aprobar una decisión de prolongar el Tratado START 3 con Rusia después del 2021, momento que expira. La razón es que Donald Trump lo considera más beneficioso para Moscú que para Washington.
Con el abandono de Estados Unidos del Acuerdo de Misiles Antibalísticos (ABM), su posible salida del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto y la expiración del Nuevo Tratado START en 2021, el mundo se encuentra en una confrontación estratégica entre las dos potencias nucleares porque no están sujetos a ninguna restricción, situación que se dará por primera vez desde 1972.
Ante tal panorama, la comunidad internacional pidió a Estados Unidos considerar con cautela su decisión y expresó la esperanza de que la cumbre entre el presidente norteamericano, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se celebre con prontitud a fin de resolver las discrepancias entre ambas partes para garantizar así la estabilidad mundial.