(VOVworld) – La crisis de deuda de Grecia se acerca a la etapa final en la que el gobierno agota el presupuesto para cubrir los gastos urgentes mientras que el plazo de liquidación de deudas está a punto de llegar. En este momento, los esfuerzos de Atenas en la negociación con la troika compuesta por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional se estancan. La existencia de Grecia en la Unión Europea se encuentra en la situación más crítica.
El Banco Central Europeo declaró el 22 de abril continuar proyectando créditos a los bancos griegos siempre y cuando sean capaces de liquidar las deudas y tengan propiedades hipotecarias. Con anterioridad, la directora general del Fondo Monetario Internacional, Christine Largarde afirmó que no se autoriza el retraso de Atenas en el pago de una deuda de 2 mil 500 millones de euros para mayo próximo. La razón por la que los prestamistas no continúan rescatando al país heleno radica en el incumplimiento de este gobierno de los requisitos de la reforma administrativa y social, la privatización y el ahorro de los gastos públicos. Con un presupuesto casi en blanco como ahora, las condiciones de los acreedores constituyen un gran desafío para Grecia cuyo gobierno está al borde de la quiebra.
Economía en miseria
El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras (Foto: Bloomberg)
De momento, la tensión proyecta sombras a todo el país después de que Atenas confiscara temporalmente reservas de los órganos gubernamentales y organizaciones públicas, desde hospitales y universidades hasta fondos destinados a liquidar la deuda soberana. Para satisfacer las demandas urgentes de Grecia, se necesitan 3 mil millones de euros incluidos el salario, la seguridad social y el interés de préstamos que vencen su plazo. Durante los últimos 6 años de la crisis, Grecia nunca ha recurrido a tal movilización forzosa como ahora, lo que refleja el punto muerto del país heleno en medio del vacío presupuesto y la presión creciente de sus prestamistas. Para la población griega, aunque cualquier decisión gubernamental tiene que ser aprobada por el Parlamento antes de ponerla en vigencia, los últimos acontecimientos constituyen “una gota de agua que desborda el vaso” luego de años de practicar la política de austeridad.
Las administraciones locales han rechazado firmemente tal decisión considerándola injusta e inaceptable la gestión estatal de los fondos locales, lo que paralizaría el funcionamiento de estos aparatos. Además, el traslado de las reservas locales al Banco Central provocaría el caos financiero en el contexto en que los indicadores principales en la bolsa de Grecia acaban de registrar un desplome del 3,3%. Sin embargo, pese al repudio, el gobierno se reserva su opinión argumentando que se trata de un préstamo público a corto plazo que será devuelto a las localidades conforme a las demandas necesarias en un plazo de 15 a 20 días.
Sin embargo, surge la pregunta de dónde viene el presupuesto para pagar estos recursos movilizados. El gobierno se quedó sin respuesta.
Nuevo panorama para Grecia
Grecia espera alcanzar un acuerdo con los acreedores internacionales para
desembolsar 7 mil millones de euros del rescate financiero
El 24 de abril es la fecha tope para que ministros de Finanzas de la Unión Europea se reúnan en Letonia y tomar la decisión final sobre el caso de Grecia. Sin embargo, hasta la fecha, Atenas no ha podido presentar su plan de reforma económica según los requisitos de los acreedores internacionales a cambio de un desembolso de 7 mil 200 millones de euros remanentes en un paquete de 240 mil millones de euros dedicados por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a Grecia en 2010. La imposibilidad de alcanzar el acuerdo final entre los prestamistas y Atenas se debe a la demanda europea de que el país heleno redoble sus esfuerzos para reforzar su economía sumergida en la deuda mientras que el gobierno griego no acepta el recorte de los gastos públicos y considera el aumento de la recaudación presupuestaria por vía de tributación fiscal.
Desde la victoria electoral hasta la fecha, el Partido izquierdista Syriza de Grecia enfrenta numerosas presiones. Ante la población se comprometió a conducir el país fuera de la austeridad y permanecer en la eurozona. Sin embargo, esta promesa parece imposible de cumplirse. Para encontrar una salida, considera aliarse con dos menores partidos de centroizquierda para mantener la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional y en caso necesario se excluyen a los legisladores de extrema izquierda quienes apoyan la salida de Grecia de la eurozona. En idéntico sentido, el gobierno de Atenas está dispuesto a firmar un nuevo acuerdo con esta zona de unidad monetaria y el Fondo Monetario Internacional a sabiendas de que resulta difícil mejorar la economía nacional.
No se puede decir si Grecia sale de la eurozona, se le excluya también de la Unión Europea. Los reglamentos regionales autorizan a sus miembros la salida de la agrupación pero existen la ambigüedad en las leyes sobre los países no involucrados en la zona del euro. Una vez se salga del bloque de los 28, Atenas tiene que reevaluar sus alianzas económica, política y militar. Aunque este panorama resulta difícil de presentarse, Grecia está a merced de la peor perspectiva.