Según analistas internacionales, las intervenciones de Estados Unidos en Medio Oriente en 2020 han llevado la marca personal del presidente Donald Trump, un político conocido por sus decisiones espontáneas. A pesar de haber recibido numerosas críticas, resultan evidentes las positivas muestras de paz que han aparecido en la zona, considerada el punto caliente del mundo durante décadas.
Soldados estadounidenses en una base militar en la provincia siria de Hasakeh, el 6 de octubre. (Foto: AFP/VNA) |
Promover reconciliación entre Israel y el mundo árabe
Cabe destacar que uno de los mayores logros en las relaciones internacionales en 2020, así como a lo largo de los cuatro años de presidencia de Donald Trump, es la firma de una serie de acuerdos con el objetivo de normalizar las relaciones entre Israel y el mundo árabe.
El pasado 15 de septiembre, a merced de numerosos esfuerzos de intermediación por parte de Trump, el Gobierno israelí y dos países árabes, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, sellaron acuerdos de paz en la Casa Blanca en presencia del líder estadounidense. Con esta firma, los EAU y Bahréin se convirtieron en el tercer y cuarto país árabe, respectivamente, en poner fin oficial al estado de guerra y normalizar sus relaciones diplomáticas con Israel. Antes de eso, en 1979, Egipto fue la primera nación árabe y, en 1994, Jordania, la segunda, que pusieron fin a los vínculos hostiles con el territorio judío.
Poco más de un mes después, el 23 de octubre del presente año, Trump anunció que Israel había llegado a un acuerdo para normalizar las relaciones exteriores con Sudán. Posteriormente, el 10 de diciembre, señaló que Marruecos había hecho lo mismo con Tel Aviv. Además, según la administración estadounidense, algunos otros países árabes habían mostrado su disposición al establecimiento de relaciones con Israel.
A pesar de las reacciones contrarias, incluso la feroz oposición de Palestina y algunos países árabes, resulta irrefutable que, con la exitosa creación de acuerdos que normalizan los vínculos entre Israel y las naciones árabes, la administración de Trump ha impulsado una tendencia de reconciliación activa en Medio Oriente.
El presidente estadounidense, Donald Trump (d.) publica el plan de paz de Medio Oriente, el 28 de enero de 2020. (Foto: AP) |
Reforzar el aislamiento y las sanciones contra Irán
No obstante, como muchas iniciativas de la política exterior de Estados Unidos en los últimos años, la intervención y los esfuerzos del Gobierno de Trump para influir en el Medio Oriente no siempre han recibido el aplauso de la comunidad internacional. Un ejemplo de ello es la dura política hacia Irán.
En enero de 2020, Washington inquietó al mundo al lanzar un ataque aéreo que se saldó con el asesinato del general Qassem Soleiman, ex comandante de la fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica. Este atentado ha sido tildado como una provocación peligrosa. En respuesta, Irán allanó varias bases militares que albergaban tropas estadounidenses en Irak, pero no causó ninguna baja.
Estados Unidos también impuso más sanciones contra Teherán en los meses de enero y marzo, acusándole de violar la Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre el programa nuclear. Al mismo tiempo, impulsó los esfuerzos para que la ONU prorrogara el embargo de armas aplicado desde 2015. Junto con las sanciones y el aislamiento impuestos a Irán, la administración estadounidense ha confirmado públicamente su voluntad de adoptar medidas militares en contra de Teherán. A principios de julio, el enviado especial de Estados Unidos a cargo de Irán, Brian Hook, afirmó que la alternativa militar siempre queda abierta para evitar que la República Islámica desarrolle armas nucleares.
Contrarias a los esfuerzos para promover la reconciliación entre Israel y los países árabes, las políticas estadounidenses de embargo, aislamiento y amenaza militar contra Irán en 2020, han desencadenado la preocupación de la opinión pública mundial sobre el futuro del Medio Oriente, zona que ha enfrentado muchos desafíos e incertidumbres durante décadas.