El primer ministro Shinzo Abe (segundo, a la izq.) y otros dirigentes de PLD en la sede de esta formación en Tokio el 22 de octubre (Foto: Xinhua/ VNA)

Al ganar las dos terceras partes de los escaños en la Cámara de los Representantes, Shinzo Abe cuenta con mucha ventaja a la hora de aprobar las políticas destinadas a dinamizar la economía y las finanzas. Además, con una creciente popularidad, la coalición gobernante puede acelerar la reforma de la Constitución, sin modificar desde el término de la Segunda Guerra Mundial y aclarar la posición legal de las Fuerzas de Auto-Defensa de Japón. Esta victoria también evidencia la confianza que los electores nipones continúan poniendo en el PLD y en su primer ministro.

Condiciones favorables para promover el desarrollo económico

Cuando Shinzo Abe retomó el puesto de jefe de Gobierno en diciembre de 2012, Japón se enfrentó a varios problemas económicos, como la desaceleración del crecimiento y el aumento de la inflación. La primera prioridad del reelegido primer ministro fue cumplir con los compromisos prometidos durante su campaña electoral, incluida la política denominada Abenomics. Este plan de reforma económica comprende tres tareas principales que consisten en promover los gastos públicos, aflojar la política monetaria e impulsar un amplio y profundo crecimiento económico.

Durante los hasta ahora tres mandatos de Abe, Japón ha logrado avances muy notables. La tasa de desempleo disminuyó de modo considerable hasta quedar por debajo del 3% en la actualidad. Mientras, la devaluación del yen (moneda nacional) incentiva las exportaciones del país. Por otra parte, los índices en el mercado de valores se mantienen en altos niveles durante los últimos años. Aunque existen polémicas en torno a Abenomics, la realidad demuestra que este programa funciona. Varios analistas estimaron que el reciente triunfo del PLD promete un mayor crecimiento y estabilidad para la economía de Japón. Son también señales de que la ciudadanía desea la continua implementación de Abenomics. Inmediatamente después de confirmarse los resultados de los comicios, representantes de las empresas niponas celebraron la victoria de la coalición gobernante, considerándola el inicio de una etapa política estable del país. El círculo empresarial muestra su interés en que el Gobierno resuelva la actual falta de mano de obra, aplique medidas eficientes para mejorar la productividad y acelere la reestructuración para sentar unas bases sólidas de la economía.

Mantener la estabilidad y la seguridad nacional

Paralelamente al tema económico, la modificación del artículo 9 de la Constitución japonesa en cuanto al papel de las Fuerzas de Auto-Defensa de este país y la capacidad del Gobierno de manejar una supuesta crisis con Corea del Norte, también constituyeron puntos importantes para decidir los resultados de las últimas votaciones. Hasta ahora, el primer ministro Shinzo Abe ha sido muy apreciado por sus habilidades diplomáticas en torno a la cuestión nuclear de la República Popular Democrática de Corea. Ahora que siguen aumentando las tensiones en la península coreana a causa de los ensayos de misiles balísticos llevados a cabo por Pyongyang, el electorado japonés cree que su país necesita a un líder firme y de política dura capaz de frenar las amenazas del país vecino.

Desde la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas militares estadounidenses acuarteladas en Japón se encargan de garantizar la seguridad y la defensa de la nación mientras que esta solo mantiene una tropa limitada para su autodefensa. Bajo la administración de Shinzo Abe, el cuerpo de Auto-Defensa de Japón desempeña un papel cada vez mayor, y los expertos estiman que con el consolidado liderazgo del PLD en el escenario político del país nipón, el proceso de reforma constitucional continuará su avance. No obstante, este será un tema que requerirá una acción muy cautelosa por parte del primer ministro. El cambio del carácter pacifista del país, vigente desde 1945, con la inminente conversión de las Fuerzas de Auto-Defensa en un cuerpo militar más activo, despierta preocupaciones de una mayor intervención de Tokio en las guerras. Por eso, una acelerada modificación de la Constitución supone el inicio de varias controversias y puede desprestigiar al PLD. Sin embargo, recientemente, el mismo Shinzo Abe descartó la reforma constitucional para antes del 2020 y afirmó que cualquier ajuste necesita someterse a una consulta popular.

El mandato de la nueva Cámara de los Representantes se prolongará hasta octubre de 2021 y en los próximos 4 años, el premier japonés debe mantener su prestigio y al mismo tiempo impulsar una política más severa en los asuntos internos y  externos. Sin duda, la victoria en las elecciones de la Cámara Baja representa una motivación para que su equipo continúe aplicando los proyectos y las políticas adoptados, en beneficio de los intereses nacionales y por el bienestar de la ciudadanía.