El G77 lucha por un orden socioeconómico más equitativo en el mundo

Quang Dũng
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(VOVWORLD) - La Cumbre del Grupo de los 77 países en desarrollo (G77) y China, que tuvo lugar el pasado fin de semana en La Habana, Cuba, enfatizó el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación, considerándolas un nuevo motor de crecimiento para los países en desarrollo. La conferencia también defendió la necesidad de emprender una reforma urgente y profunda de las actuales instituciones globales.
El G77 lucha por un orden socioeconómico más equitativo en el mundo - ảnh 1El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, habla en la Cumbre del G77+China, en La Habana, el 15 de septiembre de 2023. (Foto: Xinhua)

Al concluir los dos días de reuniones (15 y 16 de septiembre), los países miembros del G77 emitieron una declaración final que incluye 46 puntos, llamando a la comunidad internacional, a las Naciones Unidas y a las instituciones financieras mundiales a apoyar los esfuerzos de los países del Sur para desarrollar los sistemas nacionales de ciencia, tecnología e innovación. La declaración también reitera las demandas de un orden económico y social internacional más equitativo.

Reducir la brecha y la desigualdad tecnológicas

Bajo el título “Retos actuales del desarrollo: El papel de la ciencia, la tecnología y la innovación”, la cita dedicó la mayor parte de su agenda a debatir y proponer soluciones para lograr una mayor cooperación entre los países miembros en ciencia, tecnología e innovación como estrategias para su desarrollo.

También hizo hincapié en cerrar la brecha de desarrollo entre los países del G77 y los países desarrollados, encaminándose a la eliminación de la discriminación en el acceso a los logros científicos y tecnológicos del mundo.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, cuyo país ostenta este año la presidencia rotativa del mecanismo, dijo que datos de la ONU muestran que 10 países representan el 90% de las patentes y el 70% de las exportaciones de tecnologías avanzadas de producción digital. Según el mandatario, es necesario eliminar esta injusticia, porque será imposible alcanzar el objetivo de un mundo justo mientras unas pocas economías desarrolladas todavía posean y dominen la mayoría de la tecnología avanzada y se nieguen a compartirla:

“Luchemos por nuestro derecho al desarrollo, que es también el derecho a existir. Sólo así estaremos en condiciones de concurrir a la revolución técnica en pie de igualdad cientifico-técnica”.

Entre las 120 ponencias presentadas en la reunión, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva anunció que al asumir el papel de presidente del grupo de principales economías industrializadas y emergentes del mundo (G20) en 2024, Brasil propondrá establecer grupos de trabajo sobre ciencia, tecnología e innovación para promover los intereses de los países en desarrollo en este campo. Los miembros del G77 emitieron conjuntamente la Declaración de La Habana, expresando la percepción común y el consenso del bloque sobre una serie de estrategias de desarrollo de ciencia, tecnología e innovación, considerándolas como una fuerza impulsora para el crecimiento inclusivo. Se comprometieron a fortalecer los mecanismos de cooperación Norte-Sur y Sur-Sur, modelos trilaterales y otros nuevos mecanismos de colaboración en estos ámbitos.

Particularmente, la conferencia apoyó la propuesta de Cuba de declarar el 16 de septiembre como Día Internacional de la Ciencia, Tecnología e Innovación del Sur.

Por establecer un nuevo orden mundial más equitativo

Además de promover la cooperación en ciencia, tecnología e innovación, los países del G77 y China debatieron firmemente sobre la situación global actual y afirmaron que es necesario que haya cambios fundamentales en la gobernanza global. Durante su alocución, el presidente argentino, Alberto Fernández, dijo que la pandemia de covid-19 marcó un punto de inflexión al exponer la desigualdad en el acceso a las vacunas entre países, porque el 90% de las dosis vacunas contra el coronavirus está en manos de unos 10 países. El mandatario palestino, Mahmoud Abbas, y el presidente colombiano, Gustavo Petro, criticaron “el doble rasero” impuesto por varias potencias a la hora de resolver los grandes conflictos en el mundo, y pidieron a las Naciones Unidas que dé más importancia a las voces de los países del Sur.

El G77 lucha por un orden socioeconómico más equitativo en el mundo - ảnh 2 El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres. (Foto: Xinhua)

Estos llamados recibieron un gran aplauso por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, quien evaluó que en las últimas décadas, los países del Sur se han visto atrapados en muchas crisis originadas en países desarrollados y se han convertido en las mayores víctimas de ellas. Por ende, el titular de la ONU acogió con satisfacción los esfuerzos para mejorar la posición de los países del Sur Global en el ámbito internacional y expresó su confianza en que el mundo necesita corregir la injusticia con los países en desarrollo: “La pobreza va en aumento y el hambre es cada vez mayor. Los precios están disparados, la deuda es exorbitante y los desastres son cada vez más frecuentes. Los sistemas y los marcos mundiales les han fallado. La conclusión está clara: el mundo le está fallando a los países en desarrollo", aseguró Guterres.

Un comunicado posterior al cónclave, informa que el presidente cubano Miguel Díaz-Canel asiste al 78 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su calidad de presidente pro-témpore del G77+China, para exponer los resultados de la cumbre celebrada los últimos dos días en La Habana. Cuba presentará los reclamos del bloque en varias reuniones de alto nivel de la ONU, incluida la sesión de diálogo de alto nivel sobre financiación para el desarrollo prevista para el 20 de septiembre, acotó.

Según observadores, el lanzamiento de una declaración fuerte por parte de la Cumbre del G77+China apenas unos días antes de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas muestra que los países del Sur están decididos a reafirmar su posición cada vez más importante e independiente en el sistema de gobernanza global. Además, la frustración por parte de los países del G77 ejercerá más presión, obligando a muchas instituciones políticas y financieras internacionales a reformarse sustancialmente para poder responder mejor a los desafíos globales.

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