El acuerdo nuclear de Irán titulado “Plan Integral de Acción Conjunta” fue firmado en 2015 entre este país y el Grupo P5+1 compuesto por Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, Rusia y Alemania. Según el documento, Teherán aceptó reducir su programa nuclear a cambio de la eliminación de la mayoría de las sanciones internacionales impuestas. Este hecho es considerado como una victoria diplomática del expresidente norteamericano, Barack Obama. Sin embargo, desde que asumió el cargo, el actual ocupante de la Casa Blanca, Donald Trump está determinado a retirarse unilateralmente o suprimir dicho tratado, calificándolo de “ridículo” y “el peor acuerdo de la historia”.
La escalada de tensión crece
Desde la rúbrica del documento, la AIEA, encargada de supervisar el cumplimiento del mismo por parte de la nación persa ha mantenido las actualizaciones de información sobre el tema. El último informe publicado este 9 de octubre confirmó el estancamiento iraní de algunas de sus actividades nucleares mientras que su almacén de uranio enriquecido no supera el nivel acordado de 300 kilogramos. El reporte descartó también la intensión de Teherán de edificar el reactor de Arak capaz de fabricar armas nucleares.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump en la reunión efectuada este 5 de octubre con los altos funcionarios militares en la Casa Blanca (Foto: VNA) |
Sin embargo, Washington rechaza todos los informes antes mencionados. En una reunión con altos funcionarios militares efectuada el día 5 del presente mes en la Casa Blanca, Donald Trump afirmó que Estados Unidos no permite a Irán poseer armamentos de dicho tipo. De igual modo, atribuyó los conflictos bélicos causantes de la crisis en Oriente Medio al apoyo del país persa al terrorismo para justificar su decisión de poner fin al programa nuclear de Irán, además de acusarlo del incumplimiento del acuerdo suscrito. Pese a la preocupación de la comunidad internacional y el llamamiento a la conciliación, Washington anunció la declaración de renuncia del tratado para el próximo 12 de octubre y reiteró que el Congreso norteamericano tiene 60 días para considerar si aplicará otras medidas disciplinarias contra Teherán.
En respuesta, Irán lanzó represalias contra Estados Unidos. En una reunión de la Asamblea General de la ONU celebrada anteriormente, el presidente del país persa, Hassan Rouhani criticó las declaraciones de Donald Trump, tildándolas de “hostiles, sin carácter constructivo, y en contra de la paz y el respeto a los países involucrados”. De esta manera, afirmó que su nación no busca romper el acuerdo nuclear pero que está dispuesto a salir del mismo inmediatamente en caso de que Estados Unidos tomara acciones provocativas y a responder categóricamente a cualquier infracción de los países involucrados. Además, calificó a Israel, aliado de la nación norteamericana en Oriente Medio como una amenaza para la seguridad regional y global al poseer un gigantesco arsenal nuclear, acusando a esta coalición Estados Unidos-Israel de conspirar contra la soberanía de los países de la zona.
Consecuencias imprevisibles
Las advertencias recíprocas han incrementado la preocupación internacional. El presidente de Francia, Emmanuel Macron opinó que no hay más opción que cumplir el acuerdo nuclear iraní firmado en 2015. Si Estados Unidos lo refuta, profundizará su aislamiento diplomático con la Unión Europea, dado que esta apoya el documento. Entretanto, Rusia advirtió de las posibles consecuencias negativas en caso de que la Casa Blanca no siga el tratado. Los expertos opinan que si Estados Unidos insiste en salir de dicho acuerdo, aparecerán cada vez más potencias armamentísticas que agravarían la tensión en Oriente Medio.
Los acontecimientos antes mencionados han perjudicado las relaciones entre Washington y Teherán. Si se neutraliza el tratado, Irán continuará enriqueciendo el uranio y sufrirá nuevas sanciones. Los observadores opinan que la resolución unilateral del Gobierno de Donald Trump de acusar del incumplimiento del acuerdo del Consejo de Seguridad de la ONU a la nación persa o del apoyo de la misma al terrorismo sólo aislará a Estados Unidos de la comunidad internacional. En este sentido, Irán tiene motivos para reanudar sus actividades nucleares, lo que intensificaría la crisis regional.