(VOVworld) – Dentro de una semana, los británicos decidirán por referéndum si su país se quedará o no en la Unión Europea. Los previos sondeos al referendo han arrojado un avance al Brexit (salida del Reino Unido), lo que representa una preocupación tanto para los dirigentes y políticos británicos como para las autoridades del bloque europeo, quienes han procurado sensibilizar a los votantes británicos sobre el peligro de ese posible desenlace.

El plebiscito del 23 de junio se efectuará para cumplir los compromisos de David Cameron en su pasada campaña electoral. Entonces, para responder a los llamados al Brexit desde las filas de su partido Conservador y de la formación UKIP, prometió que si ganaba las elecciones generales de mayo de 2015, realizaría un referéndum sobre la Unión Europea, a sabiendas de sus riesgos y consecuencias.  

El primer ministro David Cameron habla en una reunión de la Cámara de los Lores de Reino Unido (Foto:BBC/VNA)

Resultados imprevisibles de las encuestas

Los resultados de las encuestas efectuadas de modo consecutivo en los últimos días corroboraron una tendencia alcista del apoyo a la salida de Reino Unido. La consulta de la firma YouGov, publicada el 10 de junio en el periódico The Times otorgó al Brexit el 46% de respaldo, un ascenso de tres puntos frente a otra realizada en la semana pasada, mientras que la campaña por la permanencia en el grupo comunitario cayó tres puntos hasta el 39%. El mismo sondeo también confirmó un 11% de los indecisos y un 4% de segura abstención.

Otra consulta hecha por el diario Independiente mostró una situación similar, al situar en diez puntos la brecha entre las dos campañas, con el Brexit por delante con el 55% de apoyo. Se trata del mayor nivel de todas las encuestas realizadas por este rotativo durante todo el año.

Mientras, los resultados de los otros sondeos efectuados por las agencias ORB e ICM también arrojaron que se está imponiendo el Brexit.

Se repite en Reino Unido un referéndum similar al de 1975

El hecho de que los electores británicos no se vean muy interesados en la Unión Europea radica en la historia de las relaciones entre su país y el bloque. En realidad, el referendo del 23 de junio venidero no es el primer de su tipo en Gran Bretaña. Aunque esta nación y la otrora Comunidad Económica Europea, hoy la Unión Europea, ya tienen más de 4 décadas de vínculo, Reino Unido no es uno de los estados fundadores del bloque. Solo en 1973, es decir a más de 20 años de la creación de esa Comunidad (1952), el gobierno británico, bajo el poder del Partido Laborista, aprobó la integración del país. No obstante, dos años después, en 1975, un referéndum sobre el retiro de esa comunidad fue celebrado. En aquella consulta, un 76% de los votantes desaprobaron este proyecto.

Por otro lado, según analistas, mientras casi todos los otros países integrantes de la Unión Europea se incorporaron en el bloque por razones claras y permanentes, Gran Bretaña nunca ha demostrado su verdadero interés en ser miembro del grupo. Una muestra evidente de ello es que hasta ahora permanece fuera de la zona euro y del espacio de Shengen de libre circulación entre las fronteras interiores. Lo que motivó el ingreso de Londres quizás fue la posibilidad de acceder al área de libre comercio regional. Sin embargo en muchas ocasiones sus ciudadanos han demostrado su decepción o rechazo a numerosas políticas de la Unión. Según estadísticas, Gran Bretaña es el país de mayor aportación al presupuesto del bloque desde que se confirmó su membresía pero lo que recibe de la Unión es mucho menos (de solo 4 mil 500 millones de libras esterlinas en 2015 en comparación con sus contribuciones en el mismo año de 13 mil millones de libras esterlinas). A esto se suma la ampliación de las estipulaciones de carácter injerencista de la Unión Europea en su sistema jurídico, en los principios del mercado laboral y otros sectores del país, lo cual ha causado indignación en sus ciudadanos. Para colmo de males, las crisis financiera y migratoria también ponen en vilo a los británicos.

Futuro de Reino Unido y certidumbre de Unión Europea

En medio de las consecutivas encuestas en el Reino Unido, sus autoridades al igual que las de la Unión Europea y de varios otros países miembros se han apresurado en su actuación para promover el apoyo de los electores británicos. En el debate del 14 de junio entre los políticos líderes de Reino Unido transmitido en directo por Internet, los que apoyan la salida del país del bloque europeo refutaron todos los riesgos económicos que puede entrañar este guión, argumentando que las políticas comunitarias están frenando el desarrollo de la economía nacional. Dibujaron la perspectiva de un Reino Unido impotente en el futuro ante la ola de cientos de miles de inmigrantes que inundará el país cada año provocando la sobrecarga de los servicios públicos nacionales. En tanto, sus interlocutores se defendieron esgrimiendo la protección social y laboral de los ciudadanos y el acceso al mercado de 500 millones de dólares de la comunidad europea si el país sigue permaneciendo en ella. El ministerio de Hacienda de Reino Unido advirtió que el país podrá enfrentar un déficit presupuestario de hasta 30 mil millones de libras esterlinas si ocurre el Brexit. Mientras, el primer ministro David Cameron abogó por el respaldo de sus conciudadanos a la permanencia del país dentro del bloque europeo para mantener la influencia nacional. En este contexto, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk alertó que el supuesto abandono de Londres puede ser el comienzo de un colapso tanto de la Unión como de toda la civilización política europea.

Obviamente el futuro de Gran Bretaña en particular y la certidumbre de la Unión Europea en general dependerán en gran medida de este referéndum. Todo se decidirá el próximo día 23.