(VOVworld) – La octava Conferencia de Cancilleres de Japón, China y Corea del Sur se inaugurará el 24 de agosto en Tokio, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores del país del sol naciente. Se trata de la primera la reunión de este tipo en los últimos 5 años, y su meta es solucionar las diferencias entre las tres naciones vecinas del Noreste Asiático. Sin embargo, las acciones negativas de las partes involucradas en vísperas del encuentro pueden afectar sus chances de éxito.
Para preparar la conferencia, los vicetitulares de la diplomacia de dichos países se reunieron ya, este 21 de agosto en Tokio. Se trataba de la oncena cita a nivel ministerial desde que fuera promovido este mecanismo en marzo de 2007 para crear un foro a tres bandas.
Abordan temas críticos
Cancilleres de Japón, Fumio Kishida (i) y de China, Wang Yi (Foto: IndianExpress)
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Los participantes del inminente encuentro en Tokio son el ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Fumio Kishida, y sus homólogos de Corea del Sur y de China, Kim Hyoung-zhin y Wang Yi respectivamente. Por primera vez un líder de la diplomacia de Beijing visita la nación del sol naciente desde que Xi Jinping asumiera la presidencia de China en 2012.
Según la agenda, las partes debatirán sobre los temas primordiales de la región y del resto del mundo, en particular sus futuras cooperaciones tripartitas, los diferendos limítrofes entre China y Japón, y el programa nuclear de Pyongyang. Cabe la posibilidad de que los cancilleres chino y surcoreano discutan también sobre el despliegue del sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD) en su fase final.
Además, la cita sirve de preparativo para concretar la agenda de la cumbre de los tres países del Noreste de Asia, a celebrarse al margen de la reunión cimera del Grupo de los 20 países industrializados y emergentes en Hangzhou, China, a principios de septiembre.
Con esos temas importantes, la Cancillería surcoreana calificó dicha Conferencia de Relaciones Exteriores como una ocasión para debatir los asuntos espinosos, en espera de nuevas oportunidades de colaboración en beneficio de las partes concernientes.
Tensiones en vísperas de la reunión
Aunque acordaron la celebración del evento, las discrepancias que tiene Beijing con Tokio y Seúl afectarán considerablemente el resultado final de la cita. En especial, se prevé que las contiendas entre China y Japón en torno al archipiélago que llaman Senkaku y Diaoyu respectivamente, serán un punto clave en la agenda. En vísperas del encuentro, Japón declaró que aumenta el presupuesto de sus fuerzas militares dados los problemas regionales; se trata de más de 50 mil millones de dólares en total para el ejercicio 2017, es decir un 2,3% más alto que para el presente año fiscal. Una vez aprobado este monto, será el número récord que el gobierno nipón está dispuesto a gastar para crear escudos antimisiles más avanzados.
Tokio considera también construir más barcos de patrullaje para desplegar alrededor del territorio en disputa con Beijing, según un plan que el gobierno tiene que aprobar muy pronto. Las tensiones permanecen incluso un día antes de la conferencia de cancilleres. La ministra de Defensa de Japón, Tomomi Inada, acaba de visitar el enclave de las Fuerzas de Autodefensa Marítima (MSDF) en Yokosuka, al suroeste de Tokio; declaró que se necesita reforzar las misiones de alerta y vigilancia en el caso de que China tenga operaciones cada vez más amenazadoras en el mar.
La postura de Tokio es una respuesta al hecho de que desde principios de agosto, se han detectado una serie de barcos pesqueros y de policía marítima de Beijing en las aguas niponas o cercanas al archipiélago de Senkaku/Diaoyu. Por eso, Japón envió varias notas diplomáticas a China protestando contra estas acciones violatorias.
El pasado mes de julio, Washington y Seúl acordaron desplegar el sistema antimisiles estadounidense THAAD en el territorio surcoreano para consolidar la capacidad defensiva frente a las amenazas norcoreanas, dañando así sus relaciones con Beijing. La Cancillería del gigante asiático consideró este hecho como “perjudicial” a los beneficios de seguridad regional. Del mismo modo, su presidente y secretario general el Partido Comunista, Xi Jinping, exhortó a Seúl a considerar la preocupación de Beijing y manejar con discreción ese plan. Además de esta advertencia, China neutralizó la entrega de visados de negocios a empresas importantes de Corea del Sur, y reforzó el control de la ola coreana, de productos culturales en particular, desparramada en su territorio como en otros países de la región.
Las discrepancias recientes entre los tres países del Noreste Asiático podrían demorar la Conferencia de sus cancilleres. La comunidad internacional espera que esta octava cita tenga realmente lugar, y que las partes logren superar sus diferencias para impulsar la cooperación por la paz, estabilidad y el desarrollo tanto de la región como del resto del mundo.