Cumbre de la OTAN: presión por el gasto militar y dudas sobre la política de seguridad de Estados Unidos

Quang Dũng
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(VOVWORLD) - La Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), celebrada los días 24 y 25 de junio en La Haya (Países Bajos), estuvo marcada por una fuerte presión para incrementar el gasto en defensa, así como por crecientes interrogantes en torno al compromiso de seguridad de Estados Unidos con Europa y su posicionamiento frente a los conflictos en Ucrania y Oriente Medio.

El encuentro congregó a los jefes de Estado y de Gobierno de los 32 países miembros de la alianza, con la participación destacada del presidente estadounidense Donald Trump, quien asistió por primera vez desde el inicio de su segundo mandato.

Cumbre de la OTAN: presión por el gasto militar y dudas sobre la política de seguridad de Estados Unidos - ảnh 1Banderas de los países miembros, frente a la sede de la cumbre de la OTAN en La Haya, Países Bajos, 23 de junio de 2025. (Foto: REUTERS/Yves Herman)

Un objetivo del 5 % del PIB

El 23 de junio, un día antes del inicio oficial de la cumbre, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, anunció que los Estados miembros habían alcanzado un acuerdo histórico para elevar el gasto en defensa hasta el 5 % del Producto Interior Bruto (PIB). De este porcentaje, el 3,5 % se destinará al gasto militar directo, mientras que el 1,5 % restante se empleará en infraestructuras y servicios conexos.

El acuerdo fue posible tras la decisión del Gobierno español, el más reticente a la propuesta, de ceder finalmente ante la presión de Estados Unidos y de varios países de Europa Central y del Este, a pesar de que el presidente del Gobierno Pedro Sánchez había calificado públicamente ese objetivo como “absurdo y contraproducente”.

Este consenso da respuesta a una de las demandas históricas de la administración Trump, ya expresada durante su primer mandato, en relación con el aumento significativo de los presupuestos de defensa por parte de los aliados europeos. Según los analistas, este avance podría, al menos teóricamente, satisfacer al inquilino de la Casa Blanca y facilitar un arranque favorable de la cumbre, evitando tensiones similares a las registradas durante la reciente reunión del G7 en Canadá, en la que Trump abandonó anticipadamente el encuentro y los participantes no lograron consensuar una declaración final.

No obstante, el trasfondo continúa siendo complejo. Max Bergmann, director del Programa sobre Europa, Rusia y Eurasia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington, advirtió que este esfuerzo colectivo por alcanzar el umbral del 5 % podría, en realidad, precipitar una retirada progresiva del compromiso de seguridad estadounidense con el continente europeo.

“En Europa se piensa que, si se acepta aumentar significativamente el gasto en defensa, eso complacerá al presidente Trump y garantizará la permanencia de Estados Unidos en Europa. Pero, en mi opinión, ocurrirá precisamente lo contrario: el presidente y su administración podrían interpretarlo como una señal de que Europa, por fin, ha asumido colectivamente su responsabilidad en materia de defensa, y que, por tanto, la presencia estadounidense ya no es necesaria. En este sentido, la gran cuestión que sobrevuela esta cumbre es el intento de Washington de reducir drásticamente su presencia militar en Europa y en el resto del mundo”, señaló.

Por su parte, Iana Maisuradze, analista del Centro de Política Europea (EPC), con sede en Bruselas, señaló que persisten serias dudas sobre la viabilidad de alcanzar el objetivo del 5 % del PIB entre los países miembros, dada la disparidad de sus capacidades financieras.

Ucrania, Oriente Medio y la divergencia transatlántica

Además de las tensiones internas relativas al gasto militar y la incierta implicación de Estados Unidos en la seguridad europea, los conflictos en Ucrania y Oriente Medio ocuparon un lugar central en la agenda de la Cumbre de La Haya.

Respecto a la guerra ruso-ucraniana, se acentúa la divergencia entre Washington y el resto de sus aliados en cuanto a la estrategia frente a Moscú y el apoyo a Kiev. Mientras varios líderes europeos insisten en que la adhesión de Ucrania a la OTAN es un “proceso irreversible”, altos cargos estadounidenses, incluido el presidente Trump, han rechazado dicha posibilidad. En paralelo, Washington ha comenzado a reducir tanto su ayuda financiera como su respaldo militar a Ucrania, marcando así un giro respecto a su postura anterior. En contraste, el secretario general Mark Rutte anunció el compromiso de la alianza de destinar 40 mil millones de dólares en asistencia a Ucrania durante 2025.

Cumbre de la OTAN: presión por el gasto militar y dudas sobre la política de seguridad de Estados Unidos - ảnh 2El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en conferencia de prensa previa a la cumbre, La Haya, Países Bajos, 23 de junio de 2025. (Foto: REUTERS/Yves Herman)

En vísperas de la cumbre, la Unión Europea y Canadá celebraron el 23 de junio una reunión paralela en la que firmaron un Acuerdo de Cooperación en Defensa. Este gesto ha sido interpretado como una señal clara de que algunos de los principales aliados de la OTAN están explorando vías propias ante la creciente imprevisibilidad de la política exterior estadounidense.

En cuanto al escenario cada vez más tenso en Oriente Medio, marcado por la confrontación entre Israel e Irán y la activa implicación de Estados Unidos, los miembros europeos de la alianza reconocen las dificultades para incidir en las decisiones de Washington y para articular una postura común.

Beatrice de Graaf, experta en seguridad y terrorismo de la Universidad de Utrecht, declaró: “Los líderes europeos desean aún mantener a Estados Unidos implicado en este proceso: sí, ejercer presión sobre Irán, pero también abrir una vía diplomática. Tanto el primer ministro británico, Keir Starmer, como el presidente francés, Emmanuel Macron, destacan la necesidad de mantener el diálogo con Teherán y consideran que se está avanzando en la dirección adecuada. En ese contexto, Europa podría tener una nueva oportunidad para reactivar una solución diplomática”.

Según diversos analistas, los esfuerzos de la Unión Europea por reanudar el diálogo con Irán podrían verse impulsados por las recientes declaraciones del presidente Trump, quien anunció que Israel e Irán habrían aceptado un alto el fuego total, y expresó su voluntad de encaminarse hacia una solución diplomática duradera con la República Islámica.

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JUAN D.

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