Los Raglai cuentan con dos instrumentos musicales tradicionales: el gong de Ma La y el Chapi. Según los patriarcas, este último se elabora artesanalmente a partir de cañas de bambú, cuyas notas se asemejan a las del Ma La. El Chapi cuenta con ocho cuerdas, nombradas por los Raglai como madre, padre e hijas, reflejo de su significado sonoro y espiritual.

Para su fabricación, se selecciona bambú de alta calidad procedente de las montañas, capaz de emitir sonidos armónicos. Cada pieza debe medir unos 40 centímetros de largo y entre 7 y 8 de diámetro. Este instrumento simboliza la conexión con la naturaleza: cada ejemplar está hecho a mano y refleja la impronta y el alma de su creador. El artista Chamale Au, de la comuna de Ma Noi, distrito de Ninh Son, es la única persona que aún sabe cómo construir y tocar el Chapi.

“Debemos recolectar el bambú del bosque, que no debe ser ni muy grueso ni muy fino. El bambú del valle no produce buen sonido, por tanto se debe cosechar bambú que crece en las altas montañas. Luego se seca al sol durante al menos cinco meses. La elaboración de Chapi es difícil”, afirmó Chamale Au.

El artista Chamale Au. (Foto: Nguyen Lam/VNP)

El Chapi tiene una apariencia sencilla: cuerpo, cuerdas y trastes. Su fabricación exige años de experiencia, gran destreza técnica y verdadera pasión. La parte más compleja es dividir las fibras del bambú para crear las cuerdas, que deben ser muy finas y ligeras para producir los sonidos característicos del instrumento.

Sus melodías no son fuertes, sino suaves y envolventes, especialmente para quienes se encuentran cerca. El ritmo no es apresurado ni lento, sino que evoca el fluir del agua y el susurro de las hojas.

Para los Raglai, el Chapi no solo expresa las emociones de la vida cotidiana, sino que representa el alma y la identidad cultural del pueblo. Sus notas evocan el espíritu de las montañas y los bosques, afirma Mau Hong Thai, residente de la comuna de Phuoc Hoa, en el distrito de Thuan Nam. Añade que este instrumento también ha sido vehículo de memoria colectiva:

“Incluso el hogar más pobre tiene un Chapi. Tocamos el Chapi en ocasiones especiales y en los campos para ahuyentar a los animales salvajes. Durante las batallas contra los agresores, tocamos el Chapi para animar a soldados y jóvenes a luchar”.

Con el fin de preservar esta herencia cultural, las autoridades de Ninh Thuan han puesto en marcha cursos destinados a enseñar a los jóvenes a tocar instrumentos tradicionales, como explica el artista Mai Tham, de la comuna de Phuoc Thang, distrito de Bac Ai: “Si el pueblo Raglai no aprendiera a tocar instrumentos musicales como el Ma La, el Chapi y el Khen, ni los enseñara a la siguiente generación, nadie los conocería. Por lo tanto, deberían existir cursos que contribuyan a preservar la fuerte identidad cultural de Raglai”.

El artista Chamale Au siente el sonido del instrumento que está construyendo. (Foto: Nguyen Lam/VNP)

Gracias a estas iniciativas, crece el interés de los jóvenes por la tradición musical de su etnia. Es el caso de Kator Thi Tang, de la comuna de Phuoc Binh, distrito de Bac Ai, quien dijo lo siguiente: “El artista Mai Tham me enseñó a tocar el Ma La, el Khen y el Chapi. Al principio, me costaba tocarlos. Pero después de unos días, se me hicieron más fáciles. Seguiremos practicando para preservar la identidad cultural de Raglai”.

El Chapi no es solo un instrumento, sino también un símbolo profundamente ligado a la vida espiritual de los Raglai. En medio del avance de la modernización y la integración internacional, el compromiso de la comunidad y de los artistas con la preservación y promoción de este legado ayudará a mantener viva el alma del pueblo Raglai y a perpetuar la magia sonora del Chapi.