La festividad Pang A de los La Ha, en la aldea de Na Tay, del distrito de Muong La, provincia de Son La, se celebra en la primavera con el objetivo de pedir buenas cosechas, salud y suerte para todo el pueblo, además de expresar su agradecimiento a las deidades y los sacerdotes que lo protegen de las enfermedades y otras penalidades.
Un hechicero está invocando a las deidades y los espíritus protectores de la aldea en el festejo Pang A
(Foto: dantocmiennui.vn)
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El celebrante de la ceremonia debe ser un brujo de muy alto nivel. Los autóctonos recurren a su poder para invocar a los espíritus y conectarles con los seres divinos. Las personas que son curadas tras acudir a consultarle y solicitar sus prácticas curativas, devienen sus hijos adoptivos y son invitadas al festejo. También asisten a la festividad los representantes del gobierno local y los lugareños y residentes de los poblados cercanos.
El hechicero Lo Van Phang, de la aldea de Na Tay, en la comuna de Pi Tong, dijo lo siguiente: “El festejo Pang A se remonta a tiempos muy lejanos, pero no lo celebramos todos los años, sino solamente cuando logramos abundantes cosechas. Lo efectuamos para solicitar suerte, salud y prosperidad. Es también un buen motivo de encuentro con nuestros familiares, parientes y amigos”.
Entre los preparativos, los pobladores sacrifican dos cerdos, uno para la ceremonia y el otro para rendir tributos a los antepasados. Los hijos adoptivos del brujo llevan pollos, arroz, licores y frutas, entre otros productos cultivados o hechos por ellos mismos. Los rituales se efectúa en el espacio principal de la casa del celebrante, donde se colocan una caña de azúcar, un árbol de plátano y un “cay neu” (palo de bambú en el que están colgadas figuritas de animales tejidos con el mismo material, tales como caballos, aves y cigarras, así como varios tipos de flores). Finalizada la preparación, el brujo comienza a invocar a las deidades del cielo, la tierra, el bosque y la montaña, así como a los espíritus para que testimonien su gratitud y la de los pobladores y les bendigan con una vida feliz y unas abundantes cosechas.
El ritual y la parte festiva se celebran en la casa del brujo de más alto nivel (Foto: dantocmiennui.vn)
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Después de esta ceremonia, se exponen las ofrendas en una mesa para que el brujo invite a los antepasados a disfrutar de las comidas. Luego, su ayudante las reparte entre los miembros de la comunidad presentes.
La última parte es la festiva y la más animada. Se hacen brindis con el aguardiente, cantan y bailan alrededor del “cay neu” con los ritmos tradicionales. Numerosos jóvenes se conocen y contraen matrimonios a partir de la celebración Pang A. Al respecto, Quang Van Chung, residente de la aldea de Na Tay, agregó: “Cantamos y bailamos solo cuando terminan los ritos y el homenaje a las deidades. Esta fiesta conecta a la gente y estrecha la solidaridad para la construcción y el desarrollo de nuestras aldeas. No es extraño que después de esta fiesta muchos jóvenes establezcan relaciones conyugales y vivan felices”.
Esta fiesta es preservada de generación en generación por la comunidad autóctona, ya que no solo es una tradición enraizada de sus habitantes, sino también una ocasión de encuentro e intercambio entre ellos para prosperar juntos.