Costumbre de nominación de los Giay

Lê Phương
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(VOVworld) - En su vida, los compatriotas Giay prestan especial atención a los niños. Según su concepción, el nacimiento de cada niño es una gran alegría del linaje. Su expectativa se refleja en la ceremonia de poner nombre a la criatura, un rito lleno de identidad nacional.

(VOVworld) - En su vida, los compatriotas Giay prestan especial atención a los niños. Según su concepción, el nacimiento de cada niño es una gran alegría del linaje. Su expectativa se refleja en la ceremonia de poner nombre a la criatura, un rito lleno de identidad nacional.

De acuerdo con la costumbre de los Giay, un niño recibe nombre después de un mes de nacido. Ellos consideran que si este acto de culto se celebra en ese lapso todo será muy perfecto. Sin embargo, a veces la ceremonia se efectúa algunos días antes, o varios meses después del nacimiento.

Los Giay “no toman mucho en consideración a los varones ni menosprecian a las hembras” y tampoco discriminan el trato hacia ellos, pero la nominación del primer hijo se realiza con más solemnidad que los demás. El señor San A Son de la etnia Giay en la ciudad Lao Cai, dio a conocer: “Generalmente el nombramiento del primer hijo se celebra a los 30 a 33 días de nacido. De no coincidir con una fecha apropiada, se debe seleccionar otra conveniente y efectuar una fiesta bastante grande, para invitar a los parientes paternos y maternos.”

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Poner nombre a los niños no solo es un asunto propio de alguna familia,
sino una actividad comunitaria muy importante para los Giay


En comparación con otras etnias, la ceremonia de poner nombre de los Giay es más simple y no es necesario invitar al mago. Los ofrecimientos incluyen la carne de cerdo, pollo, pato, inciensos y flores. Después de preparar las comidas y ofrendas, el rito se inicia en presencia de los allegados. Los abuelos paternos o una tía sostienen al bebé ante el altar, para presentarlo a los antepasados. San Chang, investigador de la etnia Giay, dijo: “Cuando los invitados comen, los padres del niño llevan una bandeja en la cual se ponen 8 tazas de vino tinto, un incensario y una escudilla de arroz con un huevo para pedir a las personas de edad avanzada poner nombre a su hijo. Quien tiene mayor edad propone primero un nombre y arroja algunos granos de arroz al huevo, si uno de estos queda en el huevo, el nombre es aceptado. Si ningún grano queda, otra persona hará lo mismo hasta que se adopte un nombre oficial para la criatura.”

 En especial, el bebé no es tocayo de sus familiares en tres generaciones. Después de nombrarlo, los invitados le desean buena suerte y entregan regalos consistentes en un par de pulseras, una moneda de plata, dinero en efectivo y pasteles. En esta fiesta, la participación de los parientes maternos es indispensable. El señor Chang explicó: “Los familiares maternos regalan una colgadura y paños. Al entregarlos ellos entonan una canción, relatando el proceso de preparación del terreno para cultivar algodón, tejer tela y coser la colgadura. Desean salud y que la criatura coma bien y crezca rápidamente. Por su parte, los allegados paternos también interpretan un canto para agradecer a la familia materna por sus obsequios.”

https://ssl.gstatic.com/ui/v1/icons/mail/images/cleardot.gifLos donativos son puestos en el altar junto a la bandeja de ofrendas para que los antecesores reconozcan a la criatura, cuyo nombre es acorde a la aspiración de ambas familias. Si el niño es el primer nieto de la estirpe, desde la ceremonia de nominación, se llama a sus abuelos y padres por su nombre. El señor San A Son aclaró: “El matrimonio que todavía no tiene hijo se llama por sus nombres verdaderos. Si lo tiene, después del nombramiento, ellos se llaman por el nombre de su hijo. Por ejemplo, el señor A pone el nombre B a su hijo, se les llamará a él y a su esposa por el nombre B. Respecto a sus abuelos será igual.”

Los Giay consideran que el empleo del nombre de su hijo y nieto es un orgullo. Por lo tanto, si alguien les llama intencional o sin intención por sus viejos nombres, esto será una ofensa. La ceremonia de poner nombre refleja el traspaso continuo de las generaciones, la práctica y el orden de la raza. Esta es una hermosa costumbre mantenida hasta hoy por los Giay y contribuye a diversificar y enriquecer más el tesoro cultural de esta minoría étnica. 

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