En ocasión de la primera visita a Japón de Grossi desde que ese país asiático comenzó a descargar el líquido contaminado al mar, en agosto del año pasado, Hayashi enfatizó “la importancia” del OIEA en el progreso de vertido y añadió que su nación “quiere seguir cooperando de forma estrecha” con esa organización internacional.
 Contenedores de aguas residuales en el reactor nuclear de Fukushima, Japón, el 22 de agosto de 2023. (Foto: Kyodo/VNA) |
Rafael Grossi, por su parte, inspeccionará la central nuclear de Fukushima Daiichi e intercambiará visiones con pescadores locales sobre la descarga de agua durante este tiempo en Japón.
El OIEA presentó en julio del año pasado un informe exhaustivo concluyendo que la liberación de agua tratada respeta normas de seguridad mundial y “el impacto radiológico en los seres humanos y el medio ambiente no es significante”.
El ministro de Asuntos Exteriores japonés, Yoko Kamikawa, aseguró el último septiembre que la OIEA continuaría haciendo seguimientos y revisiones de los efectos del vertido de agua contaminada al ámbito marítimo del Océano Pacífico.