Dos semanas después del peor terremoto en casi un siglo en el sur de Turquía, las autoridades turcas y sirias, así como las organizaciones internacionales, aún evalúan los daños del desastre. Se pronostica que los daños totales serán enormes y que la reconstrucción ciertamente tomará mucho tiempo y consumirá ingentes cantidades de dinero que supera la capacidad actual de ambos países afectados.
Habitantes turcos agradecen a fuerzas vietnamitas de rescate por sus entusiastas esfuerzos de apoyo.
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Reconstrucción: tarea desafiante
Según la evaluación preliminar, el terremoto destruyó unos 345 mil apartamentos en 11 provincias y ciudades de Turquía, y 105 mil edificios dañados. Además, miles de kilómetros de caminos y cientos de obras de infraestructura de electricidad, telecomunicaciones y riego fueron demolidos o dañados.
De acuerdo con la Confederación Turca de Empresas, el sismo ha dejado un rastro de destrucción que podría costarle a Ankara hasta 84 mil 100 millones de dólares, desglosados en 70 mil 800 millones por el costo de reparación de viviendas, 10 mil 400 millones por la pérdida de ingresos, y dos mil 900 millones por la merma de días laborales.
Mientras, algunas organizaciones internacionales también han afirmado que los daños económicos causados por el terremoto a Turquía ascendieron a decenas de miles de millones de dólares, muy superiores a los de Siria. En particular, el Banco estadounidense JP Morgan estimó que los severos daños a la infraestructura destruida en Turquía podrían ascender a 25 mil millones de dólares, equivalentes al 2,5% de su Producto Interno Bruto (PIB). Ankara podría tardar entre 3 y 5 años en recuperarse de los perjuicios y completar la reconstrucción.
La entidad aseguró que la economía turca realmente aún no puede escapar de la severa crisis inflacionaria que ha durado varios meses, mientras que el contexto político del país también es complejo. Por tanto, será un desafío para la meta de Ankara de reconstruir 30 mil edificios residenciales desde principios de marzo, como anunció el pasado 14 de febrero el presidente Recep Tayyip Erdogan. Además, este país euroasiático también tiene que maximizar sus recursos en labores de socorro de emergencia para más de 100 mil heridos y otros millones de ciudadanos sin casa.
Para Siria, la situación incluso es más desafiante. Según expertos, las difíciles condiciones económicas derivadas de las sanciones de Occidente y la compleja situación bélica actual dificultan el proceso de reconstrucción, que puede tomar décadas.
Soporte internacional
Se puede afirmar que la reconstrucción y recuperación del terremoto en Turquía y Siria ha recibido la atención y el apoyo de muchos países y organizaciones internacionales justo después del desastre. Apenas tres días después de la tragedia, el Banco Mundial (BM) aportó mil 780 millones de dólares a Turquía para ayudarle a aliviar las secuelas. Además, decenas de países, incluido Vietnam y varias instituciones financieras internacionales, pronto anunciaron paquetes de apoyo de diferentes tamaños para ayudar a Turquía y Siria a llevar a cabo los trabajos de reconstrucción necesarios. El último 19 de febrero, el gobierno de Estados Unidos anunció entregar a Ankara otro paquete de asistencia financiera por valor de 100 millones de dólares para labores de recuperación.
Sin embargo, la recuperación tras devastadores terremotos demanda mayores compromisos por parte de la comunidad internacional, especialmente de las principales instituciones financieras como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los países ricos.
En consecuencia, es necesario convocar pronto conferencias internacionales y regionales sobre la reconstrucción en Turquía y Siria, con una amplia participación de los países ricos y las grandes instituciones financieras. En cuanto a Siria, la comunidad internacional también debería encontrar pronto una solución satisfactoria para poner fin a la guerra civil y presionar a Occidente para que levante las sanciones contra el país árabe.
Entre los esfuerzos de reconstrucción, se deben priorizar soluciones que permitan suministrar medios de subsistencia a decenas de millones de residentes afectados por la tragedia y dedicar recursos adecuados al trabajo de ayuda humanitaria con los damnificados del desastre. De esta manera, el 16 de febrero, el secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó una campaña para recaudar mil millones de dólares para ayudar a los afectados. El mismo día, la Cruz Roja Internacional solicitó más de 700 millones de dólares en ayuda de emergencia para este fin.