Mansión de Bao Dai, en la ciudad de Da Lat. (Foto: The Hung/VOV5)
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El sendero que conduce a la colina de Ai An serpentea entre un bosque de pinos del barrio 4 de Da Lat, que hasta hace pocos meses fue capital de la provincia de Lam Dong. A medida que avanza hacia la Mansión de Bao Dai, el visitante respira aire puro, impregnado del aroma de la resina. Al cruzar la entrada del recinto, se adentra en un mundo distinto, gobernado por la elegancia, la serenidad y el romanticismo.
Natural de la provincia norteña de Tuyen Quang, Dinh Thi Phuong quedó cautivada en su primer viaje a Da Lat, especialmente al descubrir la arquitectura y los valores históricos de la Mansión III.
La muchacha dijo lo siguiente: “Es la primera vez que vengo aquí. Conocía el lugar por las clases del colegio, aunque ya no recordaba mucho. Ahora, como turista, redescubro la mansión. Su arquitectura es un verdadero deleite y, al igual que su mobiliario, muy adelantada a su tiempo”.
Turistas descansan en un recorrido por la Mansión. (Foto: The Hung/VOV5)
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Construida entre 1933 y 1938, la Mansión de Bao Dai cuenta con dos plantas y 25 habitaciones, concebidas en un estilo europeo con sutiles toques orientales. En la planta baja, el rey trabajaba y recibía a sus invitados; la superior servía de hogar para la familia imperial, con las estancias del monarca, de la reina Nam Phuong y de sus hijos.
Con el paso de los años, las puertas y molduras de madera han adquirido los tonos del tiempo. La luz se filtra por los ventanales y se posa sobre el escritorio del rey, mientras las fotografías en blanco y negro de Bao Dai, colgadas en las paredes, evocan el esplendor de quien cerró el capítulo de la monarquía vietnamita.
Salón de estar de la Mansión. (Foto: The Hung/VOV5)
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Hoang Van Trinh, guía turístico de la provincia de Tuyen Quang, comentó: “Todos los visitantes reconocen la belleza de este lugar. Los objetos se conservan en excelente estado. Es un destino ideal para repasar la historia nacional y, además, contribuye a los ingresos turísticos de Da Lat”.
A lo largo del corredor embaldosado, el aroma de la madera envejecida se mezcla con el perfume de las flores, creando una fragancia única, imposible de hallar en otro lugar. Al final del pasillo se encuentra el Pabellón de Vong Nguyet, del que se dice que servía como mirador lunar para el emperador y su consorte. El jardín que rodea la villa, con parterres multicolores y árboles cuidadosamente podados, conserva en cada rincón las huellas del tiempo.
Interior del Palacio. (Foto: The Hung/VOV5)
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Hoy, el complejo se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de Da Lat. Cada día recibe a cientos de visitantes, tanto nacionales como extranjeros, que no solo buscan hacerse fotografías, sino también admirar la belleza clásica del entorno natural y conocer más sobre una dinastía que ya forma parte de la historia.
Objetos expuestos en la Mansión de Bai Dai. (Foto: The Hung/VOV5) |
Para Thu Thuy, de 30 años y natural de Hanói, visitar la Mansión III es una oportunidad para disfrutar de la arquitectura y, al mismo tiempo, acercarse a la vida del último rey de Vietnam.
“Creo que este es un destino imprescindible de Da Lat, tanto por su paisaje como por su arquitectura. La mansión se levanta sobre una colina poética rodeada de pinos. Me impresiona que hace más de 80 años se construyera con un diseño tan bello y moderno. No solo es hermosa, también me ayuda a mí y a mis hijos a comprender mejor la historia y la vida del último monarca del país. Esta visita no es solo un viaje, es una experiencia reveladora”, expresó la turista.
En medio del bullicio de la vida moderna, la Mansión III permanece serena, como testigo del pasado. No solo guarda vestigios de la historia, sino que encarna la armonía entre el ser humano, la arquitectura y el paisaje de Da Lat. Un lugar que, sin duda, merece ser visitado al menos una vez en la vida.