 Bich Ngoc traza líneas básicas antes de tatuar una cicatriz. (Foto proporcionada por la personaje) |
En una habitación de unos 30 metros cuadrados ubicada en el callejón de Dai La, en el distrito de Hai Ba Trung, Tran Thi Bich Ngoc, una chica alta con reflejos en su cabello, observa la cicatriz que corre a lo largo del abdomen de una mujer. Bich Ngoc dibuja a partir de la cicatriz una rama de flor de melocotón rosa, y luego pide la opinión de la clienta. A la mujer parece gustarle mucho este modelo.
“Quiero cubrir la marca de la cesárea. Podía ir a un hospital o a un centro cosmético, pero quería algo diferente y original. Nunca antes había tenido un tatuaje. Cuando vi en Facebook a Bich Ngoc, conocida por tatuar en cicatrices, sentí curiosidad. Cuando ella me propuso algunos modelos, me gustó su estilo y decidí hacerme uno”, dijo.
Bich Ngoc dibujaba meticulosamente cada racimo de flores de durazno en la piel de la clienta. Al principio, esta última no se sentía cómoda porque tenía miedo al dolor, pero la artista, al mismo tiempo que tatuaba, charlaba con la mujer, incluso le explicaba historias personales para que olvidara su temor y relajara todo su cuerpo. La joven artista de 28 años de edad compartió:
“Mis clientes son de todos los estratos sociales. Aquí vienen trabajadores, funcionarios y jubilados, entre otros, incluso hay personas de similar edad de mis padres. Por lo general, las mujeres quieren ocultar la cicatriz después de una cesárea. Mientras, a los hombres les gusta reparar deformaciones corporales tras intervenciones de cirugías o tatuarse el nombre de sus hijos. Aconsejo a los clientes sobre lo que se debe y no se debe hacer al tatuar, especialmente en las áreas sensibles. Las mujeres embarazadas no deben hacerse nunca un tatuaje. El tatuaje más largo que hice duró unas 12 horas”, señaló.
 Bich Ngoc tatuando una rama de flor de melocotón rosa a una clienta. (Foto proporcionada por la personaje) |
Cada línea de la rama de flor aparecía cada vez más claramente y después de 10 horas de arduo trabajo, la tatuadora creó una bella obra de arte a partir de una cicatriz. Esta nueva imagen dejó a la clienta extremadamente satisfecha.
“Después del proceso de tatuaje, mostré enseguida la obra a mi esposo y amigos. Para mí es un recuerdo sagrado de la maternidad”.
La satisfacción de la clientela trae felicidad a Bich Ngoc. Refiriéndose a la oportunidad de dedicarse a esta profesión, dijo que tenía curiosidad por el arte del tatuaje desde el bachillerato. Después de graduarse en Diseño de Bellas Artes de la Universidad de Teatro y Artes Escénicas en Hanói, compró los materiales para aprender a tatuar de forma autodidacta y con los conocimientos adquiridos en la universidad, empezó a desarrollar su habilidad en este campo.
Inicialmente, Bich Ngoc aprendió a utilizar la máquina de tatuar, cortar formas, garantizar la higiene y memorizar el método de uso de las agujas para conseguir exactamente el efecto necesario. Después de eso, ella practicó con pieles artificiales durante un tiempo. Al confiar en sí misma, comenzó a recibir pedidos fáciles. Seguir esta carrera fue un gran punto de inflexión en su vida, compartió.
“Al principio, cuando veía las cicatrices en la piel de otras personas, sentía miedo, pero gradualmente comprendí cómo se sentía mi cliente con su deformación. Para la mayoría de las personas que se hacen un tatuaje en una cicatriz, la intervención en hospitales no puede resolver su problema. Esto significa que cuando encuentran una oportunidad para taparlo, no puedo rechazar su petición. Mi trabajo es similar al de un médico. Cuando pongo la aguja en la piel de otra persona, tengo que completar el trabajo lo más preciso posible”.
 Otra obra realizada por la tatuadora Bich Ngoc. (Foto proporcionada por la personaje) |
Según Bich Ngoc, tatuar en una cicatriz resulta difícil porque depende mucho del estado de salud y el cuerpo del cliente. Los tatuadores se ven obligados a crear obras capaces de tapar la deficiencia, y también garantizar la calidad estética en respuesta a la clientela. A pesar de dedicarse a esta profesión durante muchos años, cada tatuaje en una cicatriz le trae nuevas e interesantes experiencias.
“Antes de trabajar como tatuadora, nunca había pensado que tantas personas tenían cicatrices severas, incluso a algunas les afecta gravemente en su vida cotidiana. Muchos clientes me enviaron mensajes de agradecimiento. Eso me motiva a seguir adelante”.
Tran Thi Bich Ngoc está participando en un curso de maestría sobre el cine en la Universidad de Teatro y Artes Escénicas en Hanói. Además, desea formar a jóvenes interesados en el tatuaje. Seguir este trabajo, especialmente para una chica joven como ella, es muy difícil y exigente, pero siempre se alienta a sí misma para satisfacer a la clientela, sobre todo a las mujeres. Esto es una gran felicidad para ella.