“Para mí, Hanói es más hermosa al amanecer. Me encanta observar la ciudad en ese instante. Las casas antiguas, con sus techos de tejas, la pintura descascarada y los muros cubiertos de musgo, cobran vida cuando los vecinos salen a los balcones a ejercitarse o contemplar las calles en calma. Eso es lo que hace única a Hanói”.
Así lo compartió Pham Hoang Chien, habitante de la capital, al hablar sobre su ciudad natal. Según él, los distintos tonos de amarillo en los edificios de estilo francés otorgan a las calles una belleza solemne y melancólica.
La Ópera de Hanói, uno de los edificios emblemáticos de la capital, se terminó de construir en 1911 siguiendo el modelo de la Ópera Garnier de París (Francia). (Foto: Quang Hung/VOV) |
El casco antiguo y la conocida “zona francesa” de Hanói resguardan construcciones emblemáticas que definen el paisaje urbano de la capital. Introducida hace más de un siglo, la influencia arquitectónica europea, específicamente la de Francia, se mezcló con rasgos autóctonos, dando origen al característico estilo indochino.
Aunque mantenían proporciones occidentales, los acabados evidencian una marcada huella vietnamita y motivos propios de la dinastía Nguyen.
Muchas casas conservan puertas tradicionales de madera con paneles ornamentales, motivos de crisantemos, diseños en espiral, murciélagos que simbolizan longevidad y emblemas de durazno, elementos característicos de la estética oriental.
Inscripciones en vietnamita o en escritura “Han-Nom”, una combinación de caracteres chinos y vietnamitas, decoran las fachadas y han sido cuidadosamente preservadas por generaciones de propietarios.
Según el arquitecto Tran Huy Anh, Hanói ha atravesado un siglo de transformación urbana influida por corrientes occidentales, dando lugar a una variedad de estilos arquitectónicos a lo largo del tiempo.
“Los edificios del casco antiguo y del barrio francés son como piezas de un rompecabezas que forman una imagen refinada y armoniosa. Nos permiten imaginar una Hanói del futuro que, aun en su desarrollo, conserve una belleza que muchas ciudades asiáticas han perdido en su camino hacia la modernización”, subrayó el arquitecto.
Las casas de estilo francés en Hanói han sido fuente de inspiración para numerosos artistas, entre ellos el pintor Bui Quang Khiem, originario del casco antiguo. Fascinado por la convivencia entre lo antiguo y lo contemporáneo, Khiem ha retratado en sus grabados escenas urbanas donde la arquitectura colonial dialoga con la vida moderna.
En 2018 su obra fue reconocida en la Exposición de Artes Plásticas de la capital gracias a una pieza que mostraba una antigua casa con fachada tradicional, transformada parcialmente en un local de repuestos para motocicletas. Su mayor anhelo es seguir explorando y retratando la vida cotidiana de los hanoyenses en estos hogares cargados de historia.
“Si Hanói no contara con sus tradicionales calles antiguas, los artistas carecerían de mucha inspiración. Si el pintor Bui Xuan Phai no hubiese reconocido esa belleza y revitalizado su valor, probablemente se habría perdido. Las casas viejas que menciona el músico Trinh Cong Son en su canción ‘Recordando el otoño de Hanói’, con sus sencillos tejados marrones inclinados, o las imágenes de temas del compositor Phu Quang, nos conmueven profundamente. Estas escenas son únicas y no se encuentran en ninguna otra ciudad”, expresó Khiem.
La villa francesa ubicada en el número 49 de la calle Tran Hung Dao, Hanói, finalizó su restauración en 2022. (Foto: Quang Hung/VOV) |
Numerosos edificios de arquitectura francesa, tras más de un siglo de existencia, se han transformado en espacios multifuncionales que permiten a la población conocer y apreciar tanto la estructura arquitectónica como la vida de la antigua Hanói.
Entre ellos destaca el Gran Teatro de Hanói, construido entre 1901 y 1911, inspirado en el diseño de la Ópera Garnier de París. Este teatro, uno de los más emblemáticos de Vietnam, acoge importantes eventos de la capital y es reconocido por sus espectáculos de artes escénicas clásicas.
Mientras tanto, varias villas del barrio francés han sido restauradas y adaptadas como espacios culturales. Por ejemplo, la villa francesa ubicada en el número 49 de la calle Tran Hung Dao, que originalmente fue un jardín residencial para un médico francés construido por artesanos vietnamitas, funciona actualmente como un centro de intercambio cultural. El lugar está dedicado a la conservación del patrimonio arquitectónico de Hanói y al fomento del diálogo cultural, especialmente entre Vietnam y Francia.
Al respecto, la arquitecta francesa Emma Reix, explicó: “La arquitectura de las villas en Hanói recuerda a las casas particulares del campo francés. No fueron diseñadas siguiendo un plan urbano rígido, sino como residencias de jardín o casas de descanso. En Francia, las villas varían según la región en materiales y estilo, pero las de Hanói comparten métodos constructivos y materiales uniformes, predominando la piedra”.
Las viejas residencias, las majestuosas villas y las edificaciones de arquitectura francesa se alzan como susurros pausados en medio del ajetreo incesante de Hanói. Estos lugares invitan a quienes los observan a viajar al pasado, a conectar con la esencia de una ciudad que guarda en su historia la profundidad y el alma de su gente.