La mayoría de los países se acercaron a un acuerdo común, pero Polonia y algunos otros países mantuvieron objeciones al paquete de sanciones propuesto el 7 de diciembre.

El desacuerdo fundamental gira en torno a si la UE debería facilitar las exportaciones de fertilizantes rusos por los puertos europeos, incluso en el caso de que estas empresas tengan vínculos con sujetos incluidos en la lista negra.

Algunos argumentan que las restricciones de la UE supondrán una amenaza para la seguridad alimentaria de los países en desarrollo, mientras que otros sostienen que la flexibilización permitirá a los dueños de empresas de fertilizantes eludir las sanciones de Bruselas contra ellos.

Entretanto, algunos estados miembros piden que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) participe en la autorización de las exportaciones de fertilizantes a los países que lo necesiten.

Por regla general, el noveno paquete de sanciones propuesto debe ser aprobado por el Consejo y el Parlamento Europeos para entrar en vigor.