El secretario de prensa del presidente ruso y portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. (Foto: IRNA/VNA) |
La reacción de Moscú se produjo inmediatamente después que los gobiernos de los países del bloque comunitario acordaran endurecer las normas de movilidad de los representantes rusos, en medio de la creciente preocupación por presuntas actividades de espionaje y sabotaje financiadas por Rusia.
Según la nueva normativa, los diplomáticos rusos destinados en un Estado miembro de la UE deberán notificar previamente a las autoridades de otros países antes de cruzar sus fronteras. Además, los gobiernos tendrán potestad para denegar su entrada.
La medida, impulsada por la República Checa, forma parte del nuevo paquete de sanciones aprobado en Bruselas en respuesta a la operación militar especial de Rusia en Ucrania.