Según la cartera, tras la retirada unilateral de Estados Unidos del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) en 2019, Rusia adoptó una política de moderación, absteniéndose de desplegar misiles INF en regiones sensibles, mientras Washington no introdujera armamento similar.
Sin embargo, Moscú acusa a Estados Unidos y a la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN) de seguir una dirección contraria. Diversos sistemas como los misiles Typhon, Dark Eagle y PrSM ya han sido probados, producidos en serie y desplegados en ejercicios militares en Dinamarca, Filipinas, Australia y varios países europeos.
El Ministerio subrayó que el levantamiento de la prohibición es una consecuencia inevitable, tras múltiples advertencias ignoradas por Washington y sus aliados.