El presidente francés, Emmanuel Macron, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en Barcelona el 19 de enero. (Foto: AP) |
En consecuencia, el tratado insta a ambos países a apoyar la adopción de medidas para proteger a las empresas europeas contra la coerción económica y las prácticas desleales, así como una “ambiciosa política industrial europea destinada a reforzar la autonomía estratégica y la capacidad de recuperación de la UE”.
Las referencias a la política industrial se producen en medio de un intenso debate en el seno de la UE sobre cómo responder a las medidas de apoyo gubernamentales en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos.
La UE teme que la legislación estadounidense perjudique injustamente a sus empresas, porque muchas de las subvenciones sólo se destinan a productos que se fabrican en Norteamérica.