El consenso se alcanzó después de que numerosas delegaciones aceptaran cláusulas menos estrictas respecto a la eliminación de los combustibles fósiles.
 El presidente de la COP30, André Correa do Lago, rodeado por reporteros en Belem, Brasil, el 21 de noviembre de 2025. (Foto: REUTERS/Anderson Coelho) |
El acuerdo “mutirão”, término que dio identidad a la cumbre y que en la lengua indígena tupí-guaraní alude a un esfuerzo colectivo, reúne los desafíos más complejos del proceso negociador de este año.
El pacto introduce un mecanismo para que los Estados puedan cooperar de manera voluntaria en la reducción de las emisiones de carbono y seguir avanzando hacia el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales.
La cita recoge la referencia al compromiso asumido en la COP28 de Dubái de avanzar en la transición lejos de los combustibles fósiles, aunque esa formulación, cargada de sensibilidad política, finalmente no fue incluida de forma explícita en el documento.
La conferencia no logró consensuar una hoja de ruta para la eliminación de los combustibles fósiles. En sustitución, el presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, propuso crear un itinerario voluntario para los países dispuestos a sumarse a ese esfuerzo y un plan paralelo destinado a frenar la deforestación.