 Vendedoras atienden a unas clientes de una tienda en la aldea de la seda de Van Phuc, en Hanói |
Vietnam tiene ahora 5.400 aldeas artesanales con una cincuentena de oficios tradicionales. Sus bienes se exportan a 160 países y territorios del mundo, creando un volumen de mil 700 millones de dólares al año.
La idea tiene como objetivo desarrollar productos agrícolas, no agrícolas y de servicios de alta competitividad según la cadena de valor. Al respecto, Nguyen Minh Tien, jefe de la Oficina de Coordinación del Programa Nacional de la Nueva Ruralidad, informó:“Nos esforzaremos para que hasta finales del presente año, todas las provincias y ciudades ratifiquen su plan de acción específico, lo cual ayudará a sus empresas y hogares productores a acceder al programa. También seleccionaremos varias localidades para realizarlo de manera piloto, como lo hicimos para el programa de construcción del nuevo campo. Como parte del plan, hemos identificado 4.823 productos altamente competitivos”.
La realidad demuestra que el despliegue de la referida iniciativa es necesario porque esa contribuye a promover el desarrollo de aldeas artesanales vietnamitas hacia la profesionalidad, presentar la marca y mejorar la competitividad de sus productos en el mercado internacional. Luu Duy Dan, presidente de la Asociación de Aldeas Artesanales de Vietnam, indicó:“Creo que deberíamos organizar más ferias para que los pueblos de artesanía, tales como los de cerámica de Bat Trang, Minh Long y Bau Truc, promocionen sus productos tradicionales. Paralelamente, podemos presentar allí platos típicos de cada región del país. Lo más importante es elevar el nivel cultural de los artesanos quienes contribuirán a llevar productos tradicionales vietnamitas al exterior”.
Para desplegar más efectivamente el proyecto, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Vietnam ha establecido centros de desarrollo artesanal en diferentes localidades, ha organizado cursos de formación de habilidades de oficio y ha ayudado a los productores a acceder a préstamos con bajo interés. Hasta la fecha, unas treinta ciudades y provincias han aplicado el programa en diferentes niveles y con buenas iniciativas destinadas a mejorar la calidad y diversificar el diseño de sus productos. Entre los lugares sobresalientes en este ámbito, destacan las aldeas de la seda de Van Phuc, la cestería de Phu Vinh, los abanicos de papel de Chang Son, la fundición de plata de Dong Xam o las pinturas folclóricas de Dong Ho. Nguyen Huu Duc, jefe del grupo del OCOP de la provincia central de Ha Tinh, dijo: “Al asistir al programa, enviamos a delegados para adquirir experiencias de la provincia de Quang Ninh, donde alberga un gran número de aldeas artesanales que aplicaron exitosamente este modelo. Incluso, organizamos visitas al extranjero para aprender más al respecto. Además, establecemos una fuerza especializada de la identidad de marcas y desarrollamos las regulaciones de gestión del programa en aras de garantizar la calidad de los productos según los estándares internacionales y reforzar la confianza de los consumidores”.
El programa “Cada comuna, un producto” no solo ayuda a crear empleos para los trabajadores rurales, sino que también contribuye a la construcción del nuevo campo y a la preservación de los valores culturales tradicionales de los pueblos vietnamitas. Merced a estos beneficios, se está convirtiendo en un movimiento importante que estimula el desarrollo económico rural.