Procesión de ofrendas de culto al patrón de la aldea antes de comenzar el festival (Foto: Ngoc Anh/VOV5)

Cuenta la leyenda que en el año 273 antes de Jesucristo, la décimo octava dinastía de los reyes Hung preparaba la lucha contra los invasores del reino Shu. En aquel momento, encargó al general Phan Tay Nhac liderar el ejército. Cuando este atravesaba la aldea de Huong Canh, ordenó llevar a cabo un concurso de cocina de arroz para seleccionar a los mejores cocineros al servicio de los soldados. Después de salir victorioso de la guerra, Phan Tay Nhac se asentó en esa tierra y enseñó a los pobladores locales cómo cultivar moreras y gusanos de seda para crear telas, además de organizar una competición de encender fuego y cocinar arroz el 8 de enero de cada año lunar para conmemorar la unidad entre los soldados y los compatriotas en la lucha por la defensa nacional. Después de su fallecimiento, fue venerado por los aldeanos como patrón del poblado celebrando anualmente las actividades en honor de este héroe nacional. Nguyen Vinh Hop, representante de la Comisión de Culto de la aldea de Thi Cam, informó: “Antaño no había cerillas, por lo tanto se encendía el fuego mediante la fricción entre dos palos de bambú con yesca. Hay cuatro equipos participantes porque en el pasado la aldea se dividía en cuatro caseríos. Compiten en la creación de fuego, el transporte de agua para cocer el arroz y la elaboración de este grano. Cada disciplina tiene sus propios galardones. Después de colocar el arroz cocido en el altar del santo y realizar el rito comienza la evaluación de la calidad de esta ofrenda. Hay un primer premio, un segundo y dos terceros”.

En el recinto de la casa comunal resuenan golpes de tambor y aplausos de los visitantes (Foto: Ngoc Anh/VOV5)

En vísperas del festival, los grupos participantes preparan las herramientas necesarias para cocinar el arroz como una maja y un mortero, paja y una olla para competir y encontrar a quienes cumplen con las faenas con mayor rapidez sin afectar la calidad del producto. El comité organizador reparte a cada equipo un kilogramo de arroz con el cual los participantes lo pilan rápidamente sin romper el grano y después, lo descascarillan y lavan. Un joven de cada grupo corre 800 metros desde la casa comunal de la aldea hasta un lugar predeterminado para recoger agua y después, regresa al lugar de inicio donde tiene lugar el festival de cocina de arroz. El evento continúa con la competición de encender fuego. Según las reglas de juego, cada equipo elige a cuatro jóvenes para participar en la competición que pone a dos grupos uno contra el otro en una prueba de fuerza. Los competidores jalan una cuerda de bambú colocada entre dos palos que contienen la materia seca y muy inflamable. Las fricciones continuas calientan la yesca. Cuando aparece el humo, soplan hasta que se inicie la combustión con la cual se usa para cocer el arroz. Una vez termina esta labor, resuenan en la casa comunal del poblado golpes de tambor y aplausos de los aldeanos y turistas en un ambiente rebosante de humo y fuego.

Los participantes en la competición de cocina del arroz. (Foto: Ngoc Anh/VOV5)

Cuando se acaba el agua en la olla, cada equipo la esconde entre la paja calcinada hasta que el plato esté bien cocinado. Después de que se quemen los inciensos, el jurado busca cuatro ollas puestas bajo los montones de ceniza de paja y las que estén bien ocultadas serán las favoritas para ganar. Luego, saca de cada olla un cuenco de arroz para ofrendar al patrón de la aldea y la evalúa con notas. Al respecto, Vu Dang Quyen, representante de la Comisión de la Reliquia Histórica de la Casa Comunal de Thi Cam y encargado de divulgar sobre el festival de cocina de arroz del poblado homónimo, dijo lo siguiente: “La competición consiste en pilar, lavar y cocer el arroz. Cada equipo consta de 10 personas. Dura desde las 11 de la mañana hasta el mediodía. El arroz es cultivado por los lugareños y elegido para ofrendar al santo de la aldea. Este año, los aldeanos están muy contentos con sus premios porque sus equipos realizaron satisfactoriamente todas las disciplinas y encendieron el fuego con facilidad gracias a la bonanza del tiempo. Esta es una buena señal y augura un nuevo año con mucha salud y prosperidad”.

La entrega de premios a los equipos participantes en el festival. (Foto: Ngoc Anh/VOV5)

Después de anunciar el resultado de la competición, cada persona disfruta del arroz ofrendado al santo de la aldea creyendo que si lo come tendrá suerte durante todo el año. Además, los adultos harán buenos negocios y los niños crecerán y obedecerán a sus padres.