Tran Phuong Lan, una madre de buen corazón

Ngọc Anh
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(VOVWORLD) - Tran Phuong Lan es una madre generosa ya que adoptó a un niño con epidermólisis ampollosa, conocido también como EB, y patrocinó a docenas de otros pequeños del país con este raro trastorno genético de la piel. Con un buen corazón y sus decididas contribuciones a las actividades caritativas, la ciudad de Hanói le otorgó recientemente el título de “Ciudadano de élite de la capital” en 2018.
Tran Phuong Lan, una madre de buen corazón - ảnh 1 Tran Phuong Lan cuida de su hijo adoptivo Kem en el hospital

Nacida en 1977 en la provincia norteña de Ha Nam, Tran Phuong Lan vive ahora en Hanói. Cría sola a su única hija y un niño con epidermólisis ampollosa a quien adoptó después de divorciarse. Ansiosa por brindar el mejor cuidado a sus hijos, creó un club de infantes afectados con esta enfermedad que se manifiesta desde el nacimiento por la fragilidad, sensibilidad y extrema vulnerabilidad de la piel. Ella recordó: “En 2010 conocí a una niña llamada Bong que padecía de epidermólisis ampollosa. Había sido abandonada y estaba al cuidado de la pagoda Bo De. Ella era muy bonita y decidí crear una página de fans en Facebook. Así es como nació el club de pequeños con EB. Estudié métodos de tratamiento y atención y traté a la pequeña Bong en mi casa durante más de un año. Hoy vive en la pagoda de Bo De”.

El tratamiento médico a un paciente con EB puede costar hasta mil millones de dongs al año. Para financiar la atención a los niños con ese padecimiento, Tran Phuong Lan se vio obligada a realizar varios trabajos ocasionales, incluida la venta de artículos para recién nacidos. Desde su creación, el club infantil de EB ha ayudado a tratar a muchos infantes enfermos. La filántropa indicó: “Mi club tiene tres miembros, pues además de mí, incluye el señor Tien Nguyen, que vive en Australia, y a la señora Hanh, en la calle Van Phuc, Hanói. Tien Nguyen está a cargo de comprar los medicamentos y Hanh administra las finanzas, mientras yo vendo artículos para bebés y cuido a los niños. Cubro personalmente la mitad de los gastos del club y el resto de los fondos procede de amigos, familiares y donantes. Nuestro grupo ya ha ofrecido ayuda a 50 infantes y actualmente cuidamos a 33. Viajé a 52 provincias y ciudades de todo el país para buscar niños con EB. Los medicamentos y otros suministros no están disponibles en Vietnam, por lo que tenemos que comprarlos en Estados Unidos y Australia. Hasta ahora nuestro club es el único de su tipo en Vietnam”.

Tran Phuong Lan adoptó al pequeño Nguyen Hong Vu hace cuatro años. Aquejado de EB, fue abandonado un día después de nacer. Desde entonces ella lo ha estado criando y cuidando. Hoy el pequeño Vu, apodado cariñosamente Kem, está bien, camina solo, habla y ríe, un pequeño milagro porque cuando nació, los médicos le habían augurado solo unos pocos meses de vida.

La hermosa historia de Tran Phuong Lan y el pequeño Kem conmovió a todos en el vecindario. Ellos los apoyan cuanto pueden e incluso se ponen de acuerdo para cuidarlo en ausencia de su madre adoptiva. Pero la generosidad de Lan no solo alcanza al pequeño Kem. Al respecto, ella agregó: “Hace un tiempo, recibí en casa al pequeño Thinh, que también tenía EB. Su familia, radicada en la provincia altiplana de Gia Lai, lo puso en mis manos durante tres meses y medio. En ese momento solo pesaba 1,8 kilos y cuando se fue, ya pesaba cinco. En cuanto a Kem, sus medicamentos me cuestan cientos de millones de dongs. Dos días sin medicamentos y vendajes habrían sido suficientes para morirse debido a las infecciones generalizadas. En 2016, fue hospitalizado tres veces y la economía de mi familia estaba completamente agotada. Tuve que vender dos casas para curarlo. Mi actual vivienda me la compró mi padre”.

Tran Phuong Lan desea concienciar a la comunidad sobre esta rara y peligrosa enfermedad y ofrecer a los cuidadores información sobre cómo cuidar y qué hacer para atender los niños que la padecen. Durante los últimos ocho años, gracias a la generosidad de Tran Phuong Lan, muchos pequeños con EB han sido tratados. Hoy van a la escuela y todos sueñan con un futuro brillante.

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