(VOVworld) - La Organización de las Naciones Unidas se fundó el 24 de octubre de 1945 con el objetivo de impedir guerras, alejar conflictos, mantener la paz y la seguridad en el mundo. Ya han pasado 68 años del surgimiento en los que ha dejado sentir su influencia global y ahora debe enfrentar pérdidas de confianza por los que arriesga con verse sin protagonismo central. Por eso, se busca reformar el sistema de la ONU conforme a la actual situación que es una demanda apremiante de la mayoría de sus países miembros.
Problemas surgidos en la actualidad
No se puede negar el papel trascendental de la ONU en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional desde su nacimiento. Según estadísticas, en los últimos 68 años, los mayores aportes de las Naciones Unidas consisten en evitar una nueva guerra mundial, reducir el 80% de los conflictos, el 80% de los genocidios y choques políticos, impulsar la descolonización y convertir a los territorios no autónomos en países independientes.
Las fuerzas del mantenimiento de la paz de la ONU trabajan en
una sala de maternidad en Liberia
Sin embargo, en medio de la impetuosa globalización, el orden jurídico internacional pierde equilibrio debido a la influencia creciente de las potencias y el cambio de concepción sobre la soberanía nacional en diferentes países mientras que las actividades de la ONU no se adaptan a las transformaciones. Los conflictos no dejan de acontecer con actos terroristas, el uso de armas químicas y la prueba de armamentos nucleares, entre otros focos amenazadores. Además, el prestigio y la eficiencia operativa de la ONU sufren perjuicios debido a la demora de los programas humanitarios y la insuficiencia de fuerzas de mantenimiento de la paz.
Las fuerzas del mantenimiento de la paz de la ONU rescatan a los niños
de un orfanato inundado en Haití
Recientemente, Arabia Saudita rechazó el escaño para el que fue elegido en el Consejo de Seguridad de la ONU por sentirse descontento con la incapacidad de esta organización para solucionar el conflicto en Siria. El gobierno de Riad arguyó que desde que estallara la guerra civil en el país de Oriente Medio en marzo de 2011 hasta el 27 de septiembre de 2013, dos miembros permanentes China y Rusia han vetado propuestas de resoluciones presentadas por potencias occidentales. Finalmente ese Órgano alcanzó un acuerdo para exigir la destrucción del arsenal químico en poder de Damasco. Para muchos países la decisión de Arabia Saudita, resultó una “gran sorpresa” o cuanto menos “una actitud extraña” porque hasta el entonces ningún Estado renuncia a una oportunidad para hacerse sentir en la palestra internacional. Sin embargo, observadores lo analizan como una demostración de creciente desconfianza a la mayor organización multilateral.
Reformas para el interés común
Al echar una mirara retrospectiva a los 68 años de la fundación y el desarrollo, la ONU ha realizado tres reformas ceñidas al aumento del número de miembros en los Consejos Socioeconómico y de Seguridad. En los años 90, trazó un plan de reforma completo que consistía en desarrollar y materializar las metas del milenio y reestructurar su secretaría y su operación. Sin embargo, en los últimos 20 años, no se han registrado progresos en el cumplimiento de las tareas para las que fueron creadas. Problemas jurídicos y factuales obstaculizan el proceso de reforma. Primero, se trata del restrictivo estatuto de miembro permanente del Consejo de Seguridad y el privilegiado derecho al veto. Aunque casi todos los países concuerdan en la necesidad imperiosa de reformar la organización de las Naciones Unidas se hace imposible en el marco de las actuales estipulaciones de la Carta fundacional, puesto que cualquier modificación de la misma, al igual que para adoptar decisiones de gran envergadura, se requiere el consenso de los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Si a ellos les satisfacen las actuales estructuras y regulaciones, pueden vetar cualquier reforma. A toda vista se trata de un estancamiento jurídico. En segundo lugar, persisten conflictos de interés que provocan divisiones entre los países miembros de la ONU y entre los bloques de Estados.
El quid de la cuestión radica en cómo encontrar soluciones integrales y armoniosas para satisfacer las demandas particulares y generales de todos los países y regiones del mundo. No obstante, parece que esta es una misión imposible porque el criterio de los grupos de interés es diferente y las estratagemas de cada parte para sacar provechos tienden a aumentar. Es claro que el camino de reforma de la ONU será prolongado en el tiempo para alcanzar la meta.