(VOVworld) – El 23 de enero, el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, anunció en un discurso esperado desde hace tiempo que convocará un referendo sobre la permanencia de su país en la Unión Europea (UE) si es reelegido en 2015. La declaración muestra una situación embarazosa entre el reino y la UE y augura un futuro incierto de estas relaciones.
David Cameron promete un referéndum en 2017 sobre la
permanencia de Reino Unido en la Unión Europea
En su alocución en Londres, Cameron manifestó que ante todo, desea renegociar las condiciones sobre la membresía de Reino Unido en la UE frente la creciente inconformidad de los ciudadanos británicos, quienes decidirán la permanencia o salida del bloque. El primer ministro británico también aclaró que si su Partido conservador consigue una victoria clara en los sufragios universales en 2015, el referéndum será convocado a finales de 2017.
Se puede ver que la crisis de la deuda soberana es la causa principal de esta actitud del Reino Unido. La declaración de David Cameron demuestra la incomodidad que siente Reino Unido por la gestión de la Unión Europea. Esta psicología tiene un origen remoto en discordancias por parte de Londres en diferentes asuntos del bloque, en especial lo referido al presupuesto. Además, el anuncio sobre el referéndum en un momento considerado inapropiado tras muchas dudas y cavilaciones evidencia las presiones sobre el primer ministro desde su propio partido para plantear posiciones más duras en relación con su estatuto dentro de la UE, así como los desafíos que enfrenta su Ejecutivo con la política anti UE del Partido Independiente de Reino Unido (UKIP) para defender los intereses nacionales en cuanto a la diplomacia y la economía.
En realidad, si Reino Unido abandona la UE, podrá ahorrar cada año unos 8 mil millones de euros de la aportación financiera a Bruselas, excluirse de la política agraria común que provoca la reducción del precio de sus productos agrícolas y alimentos, despejarse de las preocupaciones sobre el impuesto a las transacciones financieras y retirarse de las reglas financieras europeas. Sin embargo, las pérdidas que sufrirá Gran Bretaña con su eventual salida de la UE podrán ser considerables, pues el bloque representa la mitad del valor exportable de ese país. Por otro lado, Reino Unido debería renegociar decenas de acuerdos comerciales bilaterales en una posición más desfavorable que cuando es miembro de la UE. El papel y la posición de Londres en la arena internacional también serán perjudicados en parte.
Por lo tanto, el discurso de David Cameron choca en seguida con una fuerte reacción. El líder del opositor Partido laborista de Reino Unido, Ed Milliband, estimó que la decisión del primer ministro no se basa en los intereses económicos del país. Con anterioridad, el vice primer ministro británico, Nick Clegg dijo que Cameron amenaza a la economía nacional por generar un estado poco claro de la posición en la UE. Clegg estimó además que las disputas sobre la membresía de Reino Unido en el bloque ejercerán influencias negativas en el empleo y el crecimiento económico así como en la captación de inversiones extranjeras en el país. Ford y BMW, dos Grupos que generan 20 mil empleos en Gran Bretaña, advirtieron al premier David Cameron de una posible parálisis económica si Londres corta sus relaciones con la UE. Mientras tanto, un sondeo realizado por YouGov los pasados 17 y 18 de enero demuestran que solo un 34% de los encuestados apoyan la salida de Reino Unido de la UE, en relación con el 50% en noviembre de 2012.
La declaración de Cameron también inquieta a muchos de los aliados de Reino Unido. Washington considera que el probable abandono por Londres de la UE puede hacer daño a las relaciones del país europeo con EEUU. El presidente de la Comisión del Parlamento de Alemania sobre asuntos de la UE afirmó que la salida de Reino Unido se traducirá en una tragedia económica del bloque. Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, advirtió de un Apocalipsis total de los 27. A su vez, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, calificó la apuesta de Cameron como un plan peligroso.
Incorporado tarde a la UE en 1973 y hasta la fecha excluido de la eurozona de 17 miembros, Reino Unido propone ahora su plan de consulta popular sobre su permanencia dentro del bloque europeo. El futuro de las relaciones entre este país y la UE está cubierto por una sombría niebla de incertidumbre desde el interior del bloque.