Los líderes de la UE asisten a la reunión informal en el Palacio de Christiansborg en Copenhague, Dinamarca, el 1 de octubre de 2025. (Foto: Ritzau Scanpix/Thomas Traasdahl/REUTERS)

La cumbre de la UE tuvo lugar el 1 de octubre en Copenhague (Dinamarca) y fue seguida por la 7.ª Cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), el día 2. El evento reunió a los jefes de Estado de los 27 países miembros de la UE y a los líderes de otros 17 países de la CPE.

Desafíos de seguridad sin precedentes

En un momento en que el conflicto entre Rusia y Ucrania sigue siendo complicado, y países como Polonia, Estonia, Dinamarca y Hungría han informado sobre una serie de recientes incidentes de seguridad relacionados con vehículos aéreos no tripulados (drones) y ciberataques a infraestructuras críticas, la Cumbre de Copenhague dedicó gran parte de su tiempo a debatir los riesgos de seguridad para Europa, así como la urgente necesidad de aumentar las capacidades de defensa del bloque.

En su intervención, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, declaró que Europa se encuentra en la situación más peligrosa desde la Segunda Guerra Mundial, tanto en términos de seguridad geopolítica como económica. La jefa del gobierno danés, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo Europeo, advirtió que el viejo continente se encuentra, de hecho, en un estado de conflicto constante, con nuevas amenazas a la seguridad. 

“Europa enfrenta no solo ataques híbridos, sino una guerra híbrida en marcha. Requiere una aceleración de nuestro rearme. Cuando digo esto, significa que necesitamos construir una sociedad europea más fuerte y centrarnos en los ciberataques, el sabotaje y las capacidades antidrones. Por eso hemos estado hablando de construir un muro antidrones, que sería muy útil en caso de guerra híbrida”, recalcó Frederiksen.

Esta opinión recibió el apoyo de numerosos líderes de la UE. El canciller alemán, Friedrich Merz, afirmó que Europa no está actualmente en guerra, pero ya no está en paz. Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, admitió que el prolongado conflicto entre Rusia y Ucrania y sus consecuencias han sumido al continente y Rusia en una confrontación constante.

Sin embargo, a pesar de una visión común, los países de la UE no han logrado avances significativos en los cuatro proyectos de defensa más importantes, entre ellos, un muro antidrones; la vigilancia del flanco oriental de la alianza; un escudo antiaéreo y un escudo de defensa espacial.

La primera ministra danesa, Mette Frederiksen. (Foto: REUTERS/Piroschka van de Wouw)

En lo que respecta al muro antidrones, las conversaciones aún no han dado lugar a acciones concretas, principalmente debido a desacuerdos sobre cuestiones presupuestarias y sobre los mecanismos de coordinación entre la Comisión Europea (CE) y las principales potencias de defensa de la UE (Francia, Alemania e Italia).

Según el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, esta iniciativa no es una prioridad absoluta y será difícil implementarla en los próximos años. Pistorius enfatizó que Europa debe centrarse en acelerar el desarrollo de armas y tecnología de defensa para mantenerse al día con el progreso mundial, en lugar de poner demasiadas expectativas en un proyecto a largo plazo.

Preocupaciones por la competitividad

Si bien el tema de seguridad y defensa, así como los continuos esfuerzos para apoyar a Ucrania, acapararon la mayor parte del tiempo de debate de los líderes de la UE, la creciente competencia económica y estratégica también obligó a los países del bloque a impulsar otros planes importantes relacionados con la capacidad competitiva del bloque.

En este sentido, los países de la UE celebraron una conferencia independiente al respecto, con la participación de representantes de corporaciones líderes del bloque.

Según el primer ministro polaco, Donald Tusk, Europa debe afrontar la realidad de que, debido a los elevados costes energéticos mundiales, muchas empresas están abandonando el continente. Por lo tanto, la UE debe implementar con celeridad medidas destinadas a proteger a las empresas europeas, mediante el apoyo financiero, políticas preferenciales y la eliminación de las barreras existentes para aumentar su competitividad.

Mientras tanto, el presidente francés, Emmanuel Macron, enfatizó seis áreas clave en las que Europa debe invertir para proteger su competitividad futura, entre ellas: la innovación, la tecnología cuántica, la inteligencia artificial (IA), la salud, la defensa y la tecnología verde. El mandatario también criticó el hecho de no contar con regulaciones lo suficientemente sólidas para proteger a las empresas europeas en el mercado interno y frente a compañías no europeas. Macron añadió: “Europa es el único lugar donde se puede financiar con el dinero de los contribuyentes al 100% a empresas no europeas. Es el único lugar donde se regula a sus propias empresas, pero al mismo tiempo se negocia la eliminación de barreras a favor de las entidades no europeas con un doble rasero”.

Según la propuesta del presidente francés, reiterada en numerosas ocasiones y respaldada por varios países de la UE, este bloque comunitario debe desarrollar próximamente una propia estrategia de producción y consumo; es decir, priorizar las empresas y productos europeos en todas las transacciones que compitan con entidades extranjeras.

Macron consideró que los principales competidores económicos de Europa, Estados Unidos y China, tienen estrategias similares, por lo que la UE no puede ser lenta si no quiere quedar aún más rezagada en la competencia estratégica con dichas potencias mundiales.