Estalla el conflicto en Nagorno-Karabaj

Bá Thi
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(VOVWORLD) - En los últimos días del mes de septiembre, la región de Nagorno-Karabaj, un espacio postsoviético, se ha convertido de repente en un punto candente en el mundo. Los ejércitos armenio y azerbaiyano luchan ferozmente entre sí, utilizan armamento de guerra pesado como tanques, artillería de largo alcance e incluso han desplegado aviones de combate. A muchos les preocupa que, si no se pone freno a estas pugnas con prontitud, el conflicto podría escalar a un peor escenario para la región.
Estalla el conflicto en Nagorno-Karabaj - ảnh 1 Las tensiones en la área en disputa Nagorno-Karabaj escalan desde el 27 de septiembre. (Foto: vtv.vn)

El enfrentamiento armado estalló el 27 de septiembre cuando las fuerzas militares de Armenia y Azerbaiyán se acusaron mutuamente de lanzar una ofensiva previa a sus objetivos en Nagorno-Karabaj, un área fronteriza objeto de disputa entre ambas partes. Cada uno ha atribuido la agresión al contrario. Los ataques aéreos y los bombardeos han causado enormes pérdidas a ambos países.

 En un comunicado anunciado el 28 de septiembre, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán declaró que durante los combates en la línea de contacto en Nagorno-Karabaj, Armenia había perdido más de 550 efectivos militares. La misma cartera también afirmó que el ejército azerí había destruido 22 tanques y otros vehículos blindados pesados, 15 unidades del sistema de defensa antiaérea de OSA, 18 drones, 8 soportes de artillería y 3 depósitos de municiones armenios.

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Armenia informó sobre el fallecimiento de 200 soldados azerbaiyanos en combate y la destrucción de 30 tanques. Además, mostró su rechazo hacia el número de bajas y pérdidas publicado por Azerbaiyán. Este organismo confirmó las cifras de 100 heridos y el fallecimiento de 16 efectivos. Ambas partes emitieron simultáneamente vídeos y fotos de los ataques dirigidos a las fuerzas enemigas como evidencia de sus afirmaciones sobre los daños infligidos a la otra parte.

Feroz lucha y el riesgo de una escalada del conflicto

Según varias fuentes y analistas, el enfrentamiento entre Azerbaiyán y Armenia ocurrido el 27 de septiembre es mucho más feroz que aquellos que estallaron en julio, debido especialmente a la cantidad de artillería pesada empleada por ambos países. Sin embargo, lo más preocupante en este momento es que las dos partes siguen mostrando posturas muy duras e inamovibles que pueden agravar la actual situación de crisis.

Tanto Armenia como Azerbaiyán acusan a la contraparte de movilizar fuerzas externas para participar en los combates, atribuyendo de esta manera el origen de la ofensiva al contrario.

En concreto, Armenia afirmó que Turquía había enviado unos 4 mil francotiradores sirios, multitud de drones y expertos militares a Nagorno-Karabaj con el fin de apoyar al ejército azerí, pero no aportó pruebas. Por su parte, autoridades azerbaiyanas negaron estas informaciones y culparon a Armenia del uso de mercenarios de Siria y algunos países del Medio Oriente en la zona de Nagorno-Karabaj, pero tampoco proporcionaron ninguna evidencia específica.

El embajador armenio en Rusia, Vardan Toganyan, declaró que su país no dudaría en utilizar los misiles balísticos Iskander si Ankara recurría a los F-16 turcos en la región fronteriza de Nagorno-Karabaj. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Azerbaiyán, Jeyhun Bayramov, anunció que su país pondría en marcha una respuesta simétrica si Armenia opera en combate el sistema ruso de misiles tácticos Iskander. Mientras tanto, el presidente turco, Tayyip Erdogan, afirmó el 27 de septiembre que seguiría apoyando a Azerbaiyán en el conflicto con Armenia como lo viene haciendo.

Estalla el conflicto en Nagorno-Karabaj - ảnh 2 Se sospecha en la imagen que un tanque del ejército azerí fuera atacado. (Foto: AP)

Preocupaciones de la comunidad internacional

Frente a la severa escalada militar en Nagorno-Karabaj, muchas potencias han expresado su postura contraria al conflicto y han instado a las partes involucradas a calmar sus posiciones.

El 27 de septiembre, el presidente ruso, Vladimir Putin, emitió una declaración en la que mostraba su profunda preocupación y pedía a Armenia y Azerbaiyán hacer todo lo posible para evitar que el conflicto se agravase y poner fin a las hostilidades desplegadas por ambas partes. El mismo día, el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que estaba analizando el asunto y expresó su deseo de que los dos países pusieran fin a los enfrentamientos. Manifestando el mismo punto de vista, la Unión Europea (UE) advirtió de la probabilidad de que las tensiones en Nagorno-Karabaj se intensifiquen y desencadenen graves consecuencias, hecho que amenazaría la estabilidad de la región. La UE instó a todas las partes involucradas a un inmediato cese al fuego. El bloque regional también solicitó el fin de las hostilidades y la desescalada de tensiones. Además, recomendó que las potencias regionales se abstuvieran de intervenir en este asunto.

Fuentes diplomáticas han señalado que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas prevé celebrar debates urgentes a puerta cerrada el 29 de septiembre para hacer consideraciones sobre el asunto de Nagorno-Karabaj. Alemania y Francia propusieron celebrar este pleno con el apoyo de países europeos que actualmente son miembros del Consejo de Seguridad como Bélgica, el Reino Unido y Estonia.

Entretanto, analistas y expertos internacionales creen que si bien el riesgo de una escalada del conflicto militar en Nagorno-Karabaj aún existe, la participación de la comunidad internacional es una contribución extremadamente necesaria que podría ayudar a aliviar las tensiones. En concreto, con su posición e intereses especiales en la región, Rusia se esforzará por evitar que un arriesgado conflicto estalle cerca de su frontera.


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