Alemania y su papel de liderazgo de la UE en tiempos de crisis

Hồng Vân
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(VOVWORLD) -El próximo 1 de julio, Alemania asumirá oficialmente el cargo de presidente rotativo del Consejo de la Unión Europea (UE) por un período de 6 meses. El papel principal y la influencia de Berlín son particularmente necesarios, en el contexto de que el bloque comunitario enfrenta muchos desafíos tanto internos como externos. Los mismos también representan tremendos obstáculos para el futuro desempeño del país germano. 
Alemania y su papel de liderazgo de la UE en tiempos de crisis - ảnh 1 La canciller alemana, Angela Merkel. (Foto: VNA)

En preparación para la presidencia de la UE, Alemania dedicó mucho tiempo a establecer una lista de prioridades, incluidos el control de gases de efecto invernadero, las relaciones con el Reino Unido en el período post-Brexit, y el presupuesto de la agrupación. Sin embargo, el brote de la pandemia del Covid-19 le obligó a cambiar su plan, según el cual Berlín se concentrará en superar la epidemia, reconstruir la economía regional y fortalecer el bloque ante futuras crisis.

Dificultades que enfrentar

Cabe destacar que el mayor desafío que encara la UE es la crisis sanitaria vinculada con el virus SARS-CoV-2, cuando generó un “golpe” sin precedentes en todo el continente con más de 140 mil muertes y restricciones de viaje que afectan a cientos de millones de personas. Este brote pandémico causó un grave impacto económico en el Viejo Continente, empujando a los países de la eurozona a la peor recesión en casi un siglo.

Según el informe publicado por la Comisión Europea (CE), el Producto Interno Bruto (PIB) de la región caerá un 7,4% este año. Se pronosticó que los Estados miembros de la UE enfrentarán una grave decadencia económica. Grecia, Italia, España, Croacia y Francia serán los países más afectados. El país galo prevé una caída del PIB del 8,2% en 2020, mientras el de Alemania, la mayor economía de la eurozona, se reducirá un 6,5%. Además, se prevé que el desempleo aumentará al 9%.

Otra dificultad es la división entre los miembros de la UE, especialmente en la prevención, lucha y superación de las consecuencias de la enfermedad. El 27 de mayo pasado, la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, anunció un paquete de rescate valorado en 750 mil millones de euros para sacar al bloque de la crisis sanitaria. Sin embargo, Austria, Países Bajos, Suecia y Dinamarca se opusieron a este plan porque querían que la UE otorgara préstamos en lugar de subsidios.

Por otro lado, las estrictas medidas de control fronterizo para frenar la propagación pandémica alteran el mercado intrarregional y minan la ambición de una Europa sin fronteras. La crisis actual ha planteado a los Estados integrantes dificultades sin precedentes, tanto económicas como sociales, las cuales requieren que Alemania tome medidas decisivas en calidad de presidente rotativo del bloque.

En términos de diplomacia, los desafíos no son pequeños. Berlín se vio obligada a anunciar el 3 de junio el aplazamiento de la Cumbre UE-China programada para septiembre, en la ciudad teutona de Leipzig. La canciller alemana, Angela Merkel, ponía grandes expectativas en esta conferencia, considerándola como una oportunidad para instar a China a cumplir sus compromisos recíprocos en las relaciones comerciales entre ambas partes.

Además, las relaciones con Rusia también son un tema que la UE debe abordar, para poder frenar su creciente influencia y también promover la cooperación bilateral, especialmente en el sector energético.

Prioridades de Alemania

De hecho, el país germano es consciente de las dificultades que enfrentará. En un discurso a finales de abril de 2020, Merkel afirmó que el futuro desempeño de Alemania “se verá afectado por el Covid-19 y sus consecuencias”. Subrayó que el virus letal seguirá dominando la vida política en Europa si no se desarrolla una vacuna contra el mismo. Agregó que el cambio climático y la salud pública serán asuntos prioritarios del país en su mandato.

En consecuencia, Berlín promoverá un sistema de salud europeo eficaz para todas las naciones integrantes, abordará el tema de los impuestos sobre las transacciones financieras y las tasas impositivas mínimas, así como reforzará un sistema de comercio de emisiones de carbono para barcos y aviones.

Esta no será la primera vez ni la última que Alemania asumirá la presidencia rotativa de la UE. Sin embargo, este es sin duda uno de los momentos más difíciles en la historia del bloque comunitario desde su fundación en 1993. El país germano también debe superar muchos desafíos para que el Viejo Continente “vuelva a ser fuerte”.

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